¡Gustabo, me gusta tu hermano! 《Volkacio》

Capítulo XV

El ruso dio un suspiro y entró a comisaría.

Varios de los presentes lo miraron. En especial aquello que traía en las manos, detrás de su espalda.

—Miren, Moussa, Rose...

—Ulaaah...

Santoyo y los otros dos lo miraban algo alejados.

—¿Para quién serán?—Preguntó Rose, mientras acomodaba un poco su ropa, quería saber a quien le daría eso.

—De seguro para el inspector Pérez.

—Sí, sí.

—¿El de cresta?

—Sí, ese mismo.

—¿Son pareja?

—No sabemos—Respondió el moreno.

—Pero luego lo averiguamos.

—Que lindo es con ese otro inspector.

—Sí, se tratan diferente.

—Si vemos al inspector Pérez le preguntamos, ¿Vale?

—Vale.

En cuanto a Horacio, este estaba viendo unos papeles que Gordon le había entregado, eran sobre la búsqueda y captura de la mafia italiana.

Estaba solo en el despacho nuevo que se le había asignado hacía algunos días.

—La están liando de nuevo... espero que Carlo no esté haciendo alguna movida o lo reviento.

Estaba apoyado al escritorio, algo agachado mientras veía cada uno de esos papeles que tanto odiaba recibir, él era mejor en un tiroteo, en un operativo, en el peligro.

Oyó que tocaron la puerta.

—Pase...

No se movió, tan solo seguía viendo el escritorio.

Al entrar el ruso, no pudo evitar mirarle de pies a cabeza y ya que estaba dando la espalda, le fue imposible no verle el culo un segundo para luego apartar la mirada y ver hacia el techo.

—¿Desea alg-?—Al darse vuelta vio de quien se trataba—Ah... eres tú...

—Horacio... yo... quería...

—Mira, no quiero pelear ahora, así que dime que deseas y luego te vas.

—Deseo que me escuche, agente...

—¿Ah sí? ¿Y qué tiene para decirme, caballero?—Se cruza de brazos ladeando un poco su cabeza sin apartar la mirada del ruso que estaba frente a él.

—Perdón...

—¿Komo?

—Que... perdón por lo de esta mañana. No estaba en todos mis cabales y terminé echándote la culpa a ti. Me enfadé y no medí mis palabras ni mi actuar en... esa situación.

—Deja el tecnicismo...

—Perdón... a veces no lo controlo.

—Está bien...vale, acepto tu disculpa... Pero que sepas que no olvido, eh—Volkov dio un suspiro—¿Qué traes ahí...?—Se mueve un poco, tratando de ver lo que tenía escondido tras su espalda. Desde que lo vio le entró curiosidad.

—Son...—Pone sus manos al frente, mostrando lo que ocultaba—Son flores... son para ti.

—Estás de coña...

—No, son para ti... por lo de esta mañana.

—No me jodas... no me jodas, no me jodas—Una sonrisa se formó en su rostro, se acercó al ruso, quien le entregó el ramo. Con una mano lo abrazó fuertemente, siendo correspondido por Volkov—Están muy chulas. Ahora sí te perdono, ruso bobo.