Abrió los ojos, sintiendo como dos manos lo sacudian y un peso sobre él.
—¿Qué cojones haces...?
—Pues despertándote, ¿Qué más?
Horacio estaba con ambas piernas a los costados de Viktor, de rodillas pero colocando un poco su peso encima.
—Sí, eso ya lo sé, mi pregunta es más un... ¿Por qué?
—Porque ha salido el sol, es mi santo y ayer me has dejado picado con lo de la sorpresa.
Se fija a su alrededor—Sabes que en realidad sigue oscuro, ¿Cierto?—mira de nuevo al moreno—Venga, a dormir, no me jodas la madrugada, Hache.
Tomó su cabeza e hizo que se acostara a su lado.
—Sé que te he dejado con ganas de saber qué tengo planeado pero quiero que descanses y yo también lo necesito porque va a ser un día largo. Además a esta hora no hay nada abierto... quédate aquí conmigo y... pues duerme un poco más, te prometo que valdrá la pena.
Seguía algo adormilado, pero eso no evitó que se acercara a Horacio y le diera un beso en su frente.
Ambos ya se estaban acostumbrando a esa muestra de cariño por parte del ruso, así como los abrazos que tanto amor mutuo destilaban, esos besos eran de apoyo y cariño sincero.
Así, Horacio se acostó más tranquilo, eran las cinco de la mañana y ya estaba loquísimo por ver lo que le deparaba ese día especial. Pero... si Volkov quería que ambos se quedaran juntos un poco más, lo haría por él... y porque en realidad también tenía sueño.
.
.
.—Te juro que estaba abierto, si he venido antes.
—Pues estaba... tiempo pasado.
Suspira—Bueno... yo...
—Vamos, sé que tienes un plan C, luego venimos al arcade y después a las pizzas, ¿Vale?
—Vale... sube al coche.
Ambos caminaron hacia el coche para ver el plan C de Volkov.
Esa mañana, antes de ir a por Horacio de nuevo al hotel, fue a cambiarse de ropa y ponerse su camisa color vino que siempre usaba para ir a checar los lugares a donde irían ese día.
Pero cuando volvió con Horacio ambos lugares, la pizzería y el arcade estaban cerrados.
Decidió conducir hacia las canchas de Tennis, lugar que era caro y sin querer soltó un comentario relacionado al precio.
—¿Quieres... que reconozca que estás gastando plata en mí?
—No, no, no lo decía con esas intenciones.
—Bue~no...
Prende la radio mientras iban por carretera, veía el mar al estar en una zona cercana al mismo.
Por un momento recordó aquel día de tormenta en el que estuvo en el muelle... solo...
Sacudió su cabeza, para alejar esos recuerdos. Ese día Volkov estaba haciendo lo posible porque fuera uno de sus mejores cumpleaños, para que él estuviera feliz por lo menos ese día entero y no podía estar recordando las cosas malas de su pasado.
Aunque escuchar que Volkov tarareaba esa canción de los 80' por lo bajo hizo que dejara de pensar en todo eso.
Oír eso hizo que suspirara y viera hacia afuera como un chaval enamorado.
Luego de un rato llegaron a donde estaban yendo, Volkov había aparcado y luego ambos fueron a las canchas, éstas estaban vacías.
Horacio tomó una de las raquetas y una de las pelotas que habían en el mostrador fuera de la cancha en sí. Esperó a que el ruso lo alcanzara.
ESTÁS LEYENDO
¡Gustabo, me gusta tu hermano! 《Volkacio》
Fanfic-¡Atrás ata as! -Joder... -Que no te voy a dejar a Horacio, hijoputa. -Que celoso eres, Gustabin. -Cállese, viejo, que esto no es para andar de risas. Horacio no va a estar con este inspector del nabo. -¿Diskulpe? -Dije que no. Viktor Volkov había...