Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])

Capitulo 1: El inicio de una rara pero divertida historia.

°~Capitulo 1: El inicio de una rara pero divertida historia.~°

-Haaa- Gumball un niño de apenas 8 años con el cabello rebuelto y autos de carreras en ambas manos trataba de imaginar otra situación más divertida con los pequeños coches, quizás un accidente automovilístico o incluso que él mismo es un gigante devorando una ciudad imaginaria, tal como el mismo "King Kong" hubiese hecho.

Se tumbó en el sillón y miró hacia afuera, el día era agradable, y él desperdiciandolo jugando solo en casa y evitando mirar la gran vista que le ofrecia el apartamento.

El mar de Miami era tranquilo en temporada de clases, los visitantes eran los que hacían revuelo en vacaciones y fechas festivas.

Desganado fue a por una manta y la acomodó cerca del ventanal completamente de vidrio para luego mirar el cielo boca arriba.

Miró extrañado una gran nube gris que se avecinaba, arrugó la nariz, odiaba los días lluviosos eso significaban pesadillas, problemas y frío. Se ladeó y cubrió con la mitad de la manta.

Pasaron un par de horas hasta que llegaron los padres del joven Watterson, Nicole tomó a su hijo como pudo y lo llevó a su habitación, y antes de que cantara gloria se le calló de las manos a unos cuántos centímetros antes de que lo dejara en su cama.

La madre ahogó un grito y al ver que su hijo permaneció como tronco suspiró aliviada, ni se inmutó de que había tenido una caída de medio metro.

Lo cargó nuevamente y esta vez casi lo lanza al colchón, previniendo una segunda caída. Antes de apagar la luz Nicole notó una pequeña hoja con un dibujo de un Gumball triste y solitario, una fuerza de diez toneladas oprimió su pecho, la culpabilidad la invadió; salió arrastrando los pies de la colorida habitación del infante y cerró la puerta lentamente.

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A la mañana siguiente el día era precioso. No hacía ni calor ni frío, y el cielo tenía largas cortinas blanquecinas decorando la ciudad de Miami.

Nicole fregaba los platos y Richard tomaba su café con cocoa mientas leía los titulares. Gumball apenas despertaba se duchaba para bajar a desayunar. Ninguno cruzó palabra a la hora de comer hasta que Nicole tomó la iniciativa.

-Gumball, éste fin de semana iremos todos a un sitio en particular... Así que no hagas planes con tus amigos, okay?- El aludido se limitó a suspirar mientras se metía cucharadas de cereal a la boca.

-Pss! Nicole! - Habló ahora Richard para su esposa -Creo que deberíamos ir hoy... Él está muy triste...- Dijo lo último lo más bajo que pudo para que el infante no los oyera.

-Esta bien- Anunció para ambos -Pero, ayuden a lavar los platos y guerdenlos en la alacena. Si no, esperarán hasta que yo lo diga, entendido? - La amenaza aterró a ambos, por tanto, apenas terminaron de comer hicieron lo que demandó Nicole lo más rápido posible y sin quejas.

Luego de hacer lo acordado, la familia Watterson subió al auto y Nicole fue al volante. Era algo temprano y poca gente andaba por ahí caminando, el sol era leve y el día estaba despejado, pronto iniciarían las clases y la jornada laboral; Gumball sólo miró por la ventana el recorrido que se hacía de su casa a la escuela, no le importó aprendérselo de memoria, pues al terminar su tercer año escolar se mudarían a donde el trabajo de sus padres les dijera.

-Hasta la tarde hijo- La fémina besó la frente del más joven. -Pórtate bien y recuerda lo que hablamos hoy temprano, nada de planes, okay?. Bueno, que te vaya bien- Gumball rodeó el auto por enfernte para despedirse de su padre.