Capítulo 2: Un maravilloso momento en una noche tormentosa.

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°~ Un maravilloso momento en una noche tormentosa.

La casa de los Watterson estaba llena de risas y algarabía, la cena era exquisita, todo era casi perfecto... Hasta que...

-Mamá, dónde dormirá Darwin?- Preguntó el azabache con la boca llena de galletas.

-Rayos!...- Dijo por lo bajo la fémina al chasquear los dedos.

-Nicole, te parece si él duerme en el sillón-cama, en la sala- Le susurró lo más bajo posible un pelirrojo a su esposa. La última asintió con la cabeza y buscó con la mirada al mencionado.

-Darwin... Cariño... Tú dormirás en el sillón-cama por lo pronto, en tres días compraremos una litera... O al menos una cama...- Dijo al fin algo apenada.

-Esta bien señora mamá- le sorío el pequeño Darwin -Dormiré donde digan- pasó sus brazos por detrás de su espalda.

-¿Seguro?- El niño asintió con la cabeza -Okay...-

Esa sería la primera vez de todos en compartir una noche en la misma casa, mañana sería viernes y también el final de las clases. Nicole trajó consigo todas las cosas necesarias para que su nuevo hijo durmiese cómodo Richard y Gumball en cambio seguían hablando con él.

-¿Y cuántos años tienes?- Preguntó curioso un juguetón azabache.

-Hoy cumplí 7 años- Sonrió pícaro y con un leve rubor asomandose por sus mejillas.

Nicole se sorprendió tanto que tragó saliva con dificultad y Richard aflojó un poco su corbata cobalto. Gumball al contrario saltó de alegría mientras abrazaba al niño de cabellos naranjos.

-¡Es fantástico, Feliz cumpleaños hermano!- Saltaban ambos niños en una alfombra hueso mientras el de ojos zafiro festejaba por el otro.

-Ahém!- Aclaró la garganta la mayor -Bueno... Amor... No lo sabíamos... ¿Pueden, tú y Gumball quedarse un par de horas en casa?- Se inclinó a sus alturas tratando de disimular la preocupación.

-¡Sí señora!- Gritaron ambos al unísono con un saludo militar y el pecho por fuera.

-Bien, su padre y yo volveremos en un par de horas- Al terminar la frase un retumbar avanzó por la cuadra e inmediatamente un niño de ojos zafiro había desaparecido de su sitio.

Un hombre a medio vestir un traje se inclinó por debajo de la mesa, encontrando un pequeño bulto temblando como un celular en vibrador.

-Gumball- Le llamó -Tienes que ser valiente, tu nuevo hermano no te puede ver así, tú deberías protegerlo ¿no crees?- Lo sacó de su escondite y le revolvió el cabello -La próxima semana nos mudaremos, no le digas a tu hermano, es una sorpresa- Le guiñó el ojo y salió de la cocina buscando a su esposa.

El infante se quedó un rato más a limpiar sus lágrimas, respiró profundo y acto seguido hizo las manos puños para caminar recto de vuelta con su hermano.
Llegó hasta Darwin, se acomodó a su lado, carraspeo la garganta y exhaló el aire que había tratado de retener hace poco.

-Perdona lo de hace poco- Balbuceó Gumball.

-¿El qué?- Preguntó con el entrecejo fruncido.

-Yo... Le tengo miedo a las tormentas- Confesó temeroso el de piel lechosa.

-... Está bien Gumball, yo le tengo miedo a los apagones... - Ambos niños conocían el miedo del otro y así sin más se miraron mutuamente con una radiante sonrisa ladina.

-Yo te cuidaré de los apagones- El azabache extendió el dedo meñique.

-Y yo de las tormentas- Entrelazó ambos meñiques y le dio un casto beso en la frente -Lo juro, por mi vida, yo te protegeré-.

Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])Donde viven las historias. Descúbrelo ahora