Capítulo 12: Dame una oportunidad parte 2

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Narra Darwin.

El día había llegado como era su costumbre y yo le miraba atravesar el cielo nocturno cambiando la nítida oscuridad a colores tan vividos y brillantes. Tomaba una taza de té sentado en la ventana del ático disfrutando de la brisa matinal dejando fluir mis pensamientos.

Éste nuevo día había comenzado bien para mí. Me había despertado temprano, estaba bebiendo un té de manzanilla cómodamente en el ático mientras mis ideas y preocupaciones fluían sin nadie que me estuviera interrumpiendo pero fue mejorando al ver llegar el auto que tanto había extrañado en las vacaciones.

Bajé los escalones de puntillas tan rápido como mis pies y la escalera me lo permitía. Corrí a abrir la puerta y salí de la casa a recibir a Nicole y Richard.

— Hola cariño — me saludó primero Nicole — ¿Qué haces despierto tan temprano?— yo reía de felicidad al poder ver que mi familia había vuelto de su viaje con bien. Y no faltó mucho para que Anaís despertara de su sueño para salir corriendo hacia sus padres.

— ¡Mamá, papá! — se colgó de Richard que apenas bajaba del auto — los extrañé tanto~ — abrazo a cada uno haciendo varias preguntas a la vez con la emoción a flor de piel.

En cambio, conociendo a Gumball hasta que llegara la hora de almorzar despertaría hambriento y feliz de volver a ver a sus padres.

La mañana no duró tanto pues todos estaban exhaustos por lo que esperaría a la hora del almuerzo. Todos dormían mientras yo leía para matar el tiempo en ése transcurso de tiempo.

Miré la hora del reloj de la cocina y me apresuré a preparar el desayuno, alisté la mesa, ordené un poco en la cocina y me dispuse a llamar a todos para reunirnos a comer en familia. Primero le llamé a mis padres, luego a Anaís y finalmente estaba él.

Entré sigilosamente a su habitación y lo removí un poco a ver si reaccionaba pero al ver que ni lo notaba le comencé a hablar.

— Gumball... — le susurré — el desayuno ésta listo, baja a comer... — lo volví a agitar — Gumball....—

— Un poco más Darwin — se quejó —. Ven, durmamos juntos un rato— se acomodó del otro lado de la cama y me dejó un espacio justo frente a mis ojos. Él hablaba mucho dormido, por lo que me debatía entre hacerle caso o permanecer firme en mi postura para despertarlo...

  — ... Hey, anda, vamos a comer con los demás, ¿vale?— me incliné a su altura.

— No quiero— replicó —. Duerme conmigo— me suplicó. Pero cuando estaba por contestarle él tiró de mi brazo y me hizo caer encima de él. Abrió los ojos, tomó mi cara entre sus manos y estaba a pocos centímetros de robarme un beso, luego, en un parpadeo nuestros labios estaban unidos en un leve choque y yo aturdido por el gesto.

Me abrazó por la espalda queriendo intensificar el beso, tomó una de mis muñecas y la alzó por sobre mi cabeza al tiempo que él me empujaba a recostarme en su cama, mientras yo me dejaba llevar por sus besos que eran casi como un sueño para mi. Nos besamos unos minutos hasta que él de alguna forma terminó durmiendo encima mío.

Lo moví a un costado mirándolo incrédulo por lo que acababa de hacer en su sonambulismo, me enojé conmigo mismo por haber accedido tan fácilmente pero al mirarlo de nuevo recostado lanzando un pequeño ronquido de vez en cuando me dió una idea para resolver mi dilema y la respuesta que había estado buscando toda la mañana.

Bajé las escaleras casi corriendo esperando a encontrarme con mi consejera leal pero no me sorprendió mucho encontrar el comedor vacío y con la comida intacta pues si bien era cierto que todos los Watterson tenían una manera peculiar de salir de la cama cuando habían dormido pocas horas. Toqué nuevamente a la puerta de mi hermana y ella me abrió en su modo "automático".

Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])Donde viven las historias. Descúbrelo ahora