Narra Darwin.
Desperté sudando frío por todos lados, la respiración agitada y los sentidos corriendo a toda prisa.
Mirando un poco a los alrededores me di cuenta que en realidad ya no estaba en aquél lugar al que había sido llevado a la fuerza, sino que finalmente había llegado a casa, cosa que me pareció verdaderamente extraña. Entonces pude verlo: Gumball. Me estaba cuidando al pie de la cama, aunque ahora parecía dormido.
Hice las cobijas a un lado para levantarme, pero algo me impidió hacerlo, caí precipitadamente al punto de lastimarme en la caída. Obviamente comencé a quejarme y por lo tanto Gumball despertó por mi caída.
— ¡Darwin! — me llamó — ¡¿Darwin qué haces fuera de la cama?! — alzó uno de mis brazos para ayudarme a levantarme —. Vamos, regresa a la cama — ordenó.
— Gumball... ¿Cómo llegué aquí?—.
— Yo y los chicos fuimos por ti — dijo con simpleza.
— Pero... Nadie sabía dónde estaba o quién me había raptado — fruncí el ceño.
— Lo sé, recibimos ayuda de alguien — sonrió a medias.
— ¿Qué? ¿Pero de quién? — la curiosidad pudo conmigo.
— William — frunció los labios con duda.
— ¿Will? Pero si su padre fue el que me secuestró en un principio — dije confundido.
— Sí. Pero parece ser que él te tiene más afecto que el miedo hacia su padre. Mañana ya podrás hablar con él, por el momento necesito que descanses — Me recostó en la cama para arroparme.
— Pero... No entiendo nada — reclamé .
— Lo sé, yo tampoco comprendo; William dijo que vendría en la mañana para verte y si era posible hablaría contigo para explicarte todo éste embrollo — besó mi frente antes de volver a su posición anterior, al pie de la cama para velar mi sueño.
— Gumball... — lo llamé.
— Dime — sonrió.
— ¿Puedes dormir conmigo? Me da miedo estar en la cama yo solo — me quejé.
— Entiendo pecesillo, pero, te lastimaron mucho, dudo que toleres siquiera que te abrace por la cintura —.
— Lo aguantaré, lo prometo — aseguré.
— Está bien — contestó, se acomodó entre las sabanas y me atrajo hacia él mientras yo me acurrucaba en su pecho.
— Gumball... — mencioné su nombre mientras sentía mis ojos aguados. Quería llorar, pero antes debía decirle.
— ¿Sí? — inclinó la cabeza para mirarme — ¿Qué tienes pecesito? —.
— ¿Qué harías si te dijera que ésos hombres no sólo me han pegado... Que ellos... Me hicieron otras cosas malas? — La voz me temblaba. Empezaba a odiar esto, maldecía la hora en la que se me ocurrió decirle.
— No pasa nada. Ya lo sé, yo te cargué todo el camino y limpié tus heridas... Lo vi — sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo que lograba apegarme tanto a su pecho que podía escuchar los latidos de su corazón, eran lentos, calmaban la tormenta que se desataba dentro de mí.
— ... Pero... Yo sólo quiero ser tuyo — Mi voz se había quebrado y las lágrimas salían a borbotones de mis ojos.
— Lo eres, eres sólo mío. ¿Sabes por qué? — Negué con la cabeza a su pregunta — Porque no hay nadie, escúchame bien, NADIE en éste mundo te ama como yo, y no sólo eso, soy el único que te ha hecho el amor. Eso te convierte en mío, mí pareja. Porque tú y yo nos hicimos uno, en cuerpo, alma y nuestros corazones laten al mismo tiempo — tomó una de mis manos para llevarla a su pecho — ¿Lo ves? Tú y yo somos uno mismo — me dedicó una tierna sonrisa antes de besar mis labios.
ESTÁS LEYENDO
Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])
FanfictionBueno, es la historia de dos adolecentes los cuales pertenecen a una serie por nombre "El increíble mundo de Gumball" la cual es una de mis series adoradas. Gumball Watterson de 16 años hace un par de descubrimientos sorprendentes conviviendo con su...