Capítulo 7: Desorientado

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Narra Gumball

Desperté a eso de las 5:48 Am... Mi cuerpo estaba pesado y tapado hasta arriba, mis zapatos ordenados... Yo nunca dejaba las cosas en orden. Miré a mi alrededor y otros objetos también se encontraban en orden; en conclusión, alguien había entrado a mi habitación. Pero, lo último que recuerdo es que Darwin había ido hasta mi puerta y hablamos de algo... Fuera de eso no recuerdo mucho...

De la nada me llegó un vago recuerdo en el que estaba peligrosamente cerca de Darwin y luego... Ufff... mi cabeza comenzó a doler mucho. Me arrastré por mi habitación hasta llegar a la ventana de mi cuarto. Corrí las cortinas dando paso a la luz de la Luna, con ello, un aire nostálgico llenó mis pulmones.

Desde que conozco a Darwin han ocurrido varias cosas, incluso puedo decir que he cambiado. Antes era muy callado y reservado, a comparación con el "yo" de ahora, creo que me quedo con mi forma de ser actual...

La curiosidad roe mi mente. ¿Por qué no seré capaz de recordar lo que pasó con Darwin hace un par de horas?...

Mi mente seguía divagando en el asunto y no me dí cuenta cuando mi hermana menor entró a mi habitación como si estuviera buscando alguna cosa en él, pero para en seco al verme de pie cerca de la ventana.

─ ¿Qué haces despierto?─ me miró de arriba a abajo con los ojos muy abiertos ─Deberías... deberías estar descansando─ me dedicó una sonrisa extraña.

─ ¿Por qué debería? Es mi habitación, yo puedo hacer lo que me plazca en ella─ me cruzo de brazos mirándola incrédulo ─ Después de todo, soy el hermano mayor─ sonrío triunfal, hasta que caigo en cuenta de algo más ─ ¿Y tu qué haces en mi cuarto?─ le reprocho.

─ Porque... Am... ¡Dios, mira la hora! me tengo que ir, las chicas me están esperando─ Dice tan rápido que en cuanto cierra la puerta a penas si logro entender lo que me dijo.

Me tiró sobre la cama y me pongo a pensar que incluso Anaís estaba actuando raro, recién no me levantó reproches o se defendió de mis palabras, lo más extraño es que esperaba verme dormido, lo cual es raro, a menos de que hubiese hecho deportes en la escuela o tenga que presentar algún examen me duermo temprano o incluso duermo poco más de las ocho horas, el cual no es el caso...

Finalmente, me decido por ir a husmear en el cuarto de Anaís. Les sorprendería la información valiosa que he conseguido espiándola.

Giro lentamente la perilla de mi puerta haciendo casi lo imposible para que está no me delate con la oxidación de la misma. Me deslizo por el pasillo, dando pequeños pasos de puntillas para que las tablas no se quejen por mi peso. Llego hasta su habitación y una sonrisa ladina se dibuja en mi rostro. Está vez han bajado mucho la guardia, pues la puerta está entre-abierta.

─ Entonces... ¿Cuál es el siguiente paso?─ Mi semblante cambia a uno de confusión.

─ ¿Eso quiere decir que mi confusión es parte de uno de sus retorcidos planes...?─ Una voz dentro de mi les reclama, con su mirada reprobatoria y ojos entre-cerrados.

─ Bueno, después de éso tenemos que... ─ Casi no escuchaba, susurraban entre ellas y me era imposible captar toda la información.

Aguardé pacientemente, esperando escuchar algún dato importante, pero no fue así, tal vez sí fueron bastante cuidadosas al momento de hablar para que nadie a excepción de las personas que estaban dentro del círculo pudieran escuchar su maquiavélico plan.

De la nada comienzan a reírse como si hubieran contado un muy buen chiste, lo cual no me da muy buena espina.

─ ¿Y luego qué te hizo?─ dijo una de ellas y me sobresalté al pensar en que Anaís tuviera interés en algún chico e incluso fuera capaz de cometer alguna estupidez, pero, mejor sigo escuchando.

Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])Donde viven las historias. Descúbrelo ahora