Capítulo 20: Confesiones y temores

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Narra Boberto

— Alan, tienes que usar la fórmula, no puedes simplemente poner el resultado por tu "instinto" — lo regañé mientras miraba el desastre que había echo en su cuaderno de matemáticas.

— Pero... es pérdida de tiempo si hay una forma más sencilla de sacar la media aritmética — se quejó.

— Lo sé, pero para los profesores no es justificable si no usas las fórmulas — le expliqué.

— Sigo pensando que sería más sencillo hacerlo con el método que estoy usando, no es nada complicado de ésta manera — replicó mientras borraba los números con la goma.

Sonreí divertido por su aparente puchero —. Tranquilo, igual no es muy difícil de recordar, ¿o sí? —quise saber. 

— No... — apretó sus labios mientras desviaba la mirada, parecía un niño —. Tengo un excelente maestro — giró la mirada hacia mí mostrándome una sonrisa burlona llena de felicidad. Simplemente adorable. 

— Lo sé — dije con simpleza. 

— Oye Boberto... am... mis padres... han estado preguntando por la persona con la que salgo... — la seguridad de antes se había esfumado sacando a relucir su lado más inseguro —... quieren conocerte. No les he dicho que soy gay... pero... am... Simplemente no se me ocurre una manera de empezar la conversación — empezó a jugar con sus manos completamente nervioso, dándome a entender que no estaba nada seguro con respecto a lo que haría. 

— Mira... honestamente no creo que pueda ayudarte en algo que yo esté ahí cuando se los digas, pienso que es algo que deberías de decirles en su debido tiempo, para darles tiempo para pensar y así. Saben que somos amigos, pero... bueno, creo que es algo más complicado que un amigo del mismo sexo se convierte en pareja de tu hijo — pensé un poco en ello recordando lo que me había dicho mi madre cuando le había contado que estaba saliendo con Alan.

— Para ti fue sencillo... tu madre es muy linda y comprensiva — hizo un puchero. Revolví su pelo para que su mente se despejara un poco.

— Sí, mamá es muy abierta en muchos temas — comenté recordando aquél día. 

La mañana siguiente de escuchar la confesión de Alan y corresponder, me había levantado antes que él, mi madre llegó justo cuando bebía jugo para despertar y ahí se lo solté: "Mamá, estoy saliendo con el chico que está en mi recámara. Alan, ¿lo recuerdas? es un gran chico, me hace muy feliz". Ella lo había tomado muy bien a decir verdad, de echo si me lo preguntan a mí, ella parecía muy feliz, asombrada, pero feliz. Supongo gracias a los cambios que Alan había hecho en mí.

— Pfff... Bueno, tienes razón. Primero debo de calmar las posibles olas que ocasione la noticia y ya con las aguas tranquilas te presento formalmente — meditó. 

— Sí — suspiré tranquilo. 

Su teléfono emitió la irritante melodía que correspondía a su tono de trabajo, supongo que o le llamarían para notificarle de un evento o tendría que correr a un lugar lejos de mí. Alan se levantó de su sitio para responder la llamada y la última frase que dijo me aseguró que se trataba de la segunda opción "voy en camino". Colgó la llamada, se despidió de mi con un beso en la mejilla,  para luego salir despavorido hacia vete a saber donde. 

Suspiré con fastidio, ya que el trabajo de mi novio me traía verdaderamente con los pelos de punta, más luego de descubrir que tenía una contrincante tan audaz como lo era Carmen. Me levanté de mi sitio con cierta pesadez, ya nada se me apetecía y frustrarme pensando en la "admiradora" de Alan no era lo más productivo que podría hacer con mi tiempo libre decidí seguir con una de mis investigaciones para ocupar mi mente con algo que verdaderamente me traería algo bueno.

Amo a mi hermano pequeño ¡¿y qué?! (Gumball y Darwin [yaoi/Gay/BL])Donde viven las historias. Descúbrelo ahora