Advertencia: Le voy a poner ninguna porque quiero que sea sorpresa lo que van a leer jajaja.
Personaje: ______ McAdams necesitaba ponerle un apellido así que solo se me ocurrió ese jsjsjs.
Palabras: 5,214 un poco más que el anterior.
N/a: Este personaje es de la película de Ex-Machina por si quieren ver la película la cual es interesante y la actuación de mi hombre es muy buena <3.
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Dejar ir a las personas que amamos se nos complica, Nathan Bateman comenzó a experimentar ese sentimiento después de enamorarse de ti, te habías ido tan lejos que solo en otra vida podrían volver a estar juntos. No entendió como es que él pudo enamorarse tan rápido de ti como para sentir este enorme vacío en su pecho, ¡Dios! Quería desaparecer de este mundo e ir a uno donde tú estuvieras, ni siquiera programar podía ayudarlo, ni el alcohol podía hacerlo olvidar aún cuando se bebía todas las botellas que tenía. Lo único que puede ayudarlo eres tú y tú ya no estás, pero... Había una forma de que estés con él.
Los años comenzaron a pasar, había mejorado y la única forma que encontró para dejar de sentirse vacío había funcionado.
—Cariño —lo llamas desde el pasillo de la casa inteligente donde viven, caminas hasta la cocina, ahí tenías una vista privilegiada del paisaje que te rodea y como tú novio entrena, verlo ejercitarse algo que disfrutaba hacer la mayoría de la mañana. Al principio él hacía ejercicio porque cada noche bebía, sin embargo desde que está aquí dejó de hacerlo y comenzó a ejercitarse por salud, y no para curar su resaca.
Llegas a la cocina y ahí está él entrenado. Una sonrisa aparece en tus labios, podrías estar mirándolo en estos momentos quedando embobada como siempre, sin embargo tenías algo que discutir con él antes. Antes de que pudieras caminar hacia el pasillo para ir hacia afuera donde entrena, Nathan parece notarte, detiene tu entrenamiento para caminar hacia la casa, te quedas esperando en la cocina hasta que él llega.
—Buenos días —saludo, se acercó a ti para dejar un casto beso sobre tú frente. Nathan Bateman era complicado cuando hablamos sobre el amor, no solía decirte que te amaba, te lo demostraba con caricias o besos en algunas ocasiones dejándote regalos, pero rara vez decía un: "Te amo" o se expresaba a ti con un apodo amoroso—¿Cómo dormiste?
—Aun me duele —pones una mano en tú cintura recordando la noche anterior, los recuerdos hacen que un leve sonrojo aparezca en tus mejillas causando la carcajada de Nathan, el cual acomoda los mechones de tu cabello detrás de tú oreja para verte mejor—, pero dormí muy bien —te acercas a él envolviendo tus brazos en su cuello, te regala una sonrisa que alegra tú corazón—. Necesitamos hablar.
—Claro, sobre ¿Qué? —abraza tú cintura, mira tus ojos tratando de encontrar tú brillo.
—¿Por qué no me dijiste que alguien de tú empresa se quedará en nuestra casa? —Si no hubieras estado cuando le llegó el mensaje a su computador seguro que no te había dicho hasta que el empleado estuviera aquí—. Es nuestra casa merecía saber que alguien vendría.
