Advertencia: Diferencia de edad en la relación de la rayis con Jonathan, prejuicios sobre este tema, matrimonio falso, se narrará una escena +18 (no es tan explícita)
Personaje: ______ mi rayis querida.
Palabras: 4,323.
N/a: Sobre la escena +18 no esperen mucho no soy de escribir eso en realidad, lo escribí porque tenía la idea de hacer una segunda parte de esto y iba a suceder algo por eso. Así que para no llevarse una decepción no se hagan ilusiones sobre está escena jajaja.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mira por su ventana rectangular el hombre atardecer que el sol está dejando al ocultarse en el alba. El azul, el morado, el naranja y un poco de amarillo junto con rosa están salpicados en aquel lienzo en blanco mostrándoles un poco de arte a los ojos humanos. Abre la ventana, la brisa fría golpea su rostro. Llena sus pulmones con aire fresco, lo retiene unos segundos para después dejarlo ir.
Su cuerpo tenso se transformó en una más relajado. Con la liga oscura que tiene su muñeca traza un moño improvisado para que sus mechones no le prohíban ver aquel hermoso paisaje que tiene enfrente.
Agradece vivir en el último piso del edificio por estás vistas que puede tener. Aunque en las mañanas suele maldecirlo porque el ascensor dejó de funcionar hace meses y aún no logran arreglarlo.
Baja la mirada al escuchar el ruido de un motor de automóvil detenerse. Un auto oscuro que es familia se estaciona frente a su edificio. Achina sus ojos tratando de ver mejor. El conductor salió, no estaba cerca de él, pero aún podía oler ese olor a cigarros y a té.
Sus cabellos rizados canosos llaman su atención junto con su gran barba que tiene rastros de estás canas que adornan sus mechones. Cuando alguien comenta que un hombre tiene canas su imaginación vuela hacia a un abuelo de la tercera edad que se mira en una estado devastador, pero él le dejó muy claro que su imaginación está equivocada.
A él le sentaban muy bien las canas grisáceas.
Sus lentes redondos están sobre el tabique de su nariz, la desliza un poco hacia atrás para observar mejor a dónde caminará a continuación. Siente una mirada en él, ve hacia los lados hasta colocar su vista arriba encontrándose con esos ojos llenos de estrés, preocupación, timidez y al mismo tiempo de amabilidad y alegría.
Solía mirarla a hurtadillas durante su clase de filosofía, siempre se sentaba en la esquina derecha a un lado de la ventana del aula. La mayoría del tiempo la miraba con un cárdigan de diferentes colores, su preferido era el blanco ya que solía resaltar los ojos femeninos que en ocasiones lo miraban.
