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Retira el casco de su cabeza, sus rizos oscuros quedan expuestos y el viento aprovecha para bailar con ellos un poco. Mira hacia todos lados, tratando de encontrar a alguien, una sonrisa se plasmó en su rostro después de unos minutos de buscarla y por fin encontrarla.
Ella estaba detrás de toda la multitud con una sonrisa que más de una vez lo iluminó en la oscuridad, lucía unos pantalones oscuros, una camiseta ocre y un chaleco avellana. Poe deja el casco en su asiento antes de echarse a correr hacia la mujer que lo espera, pidió perdón a todo aquel que tropezaba o golpeaba sin querer. Estaba muy emocionado por verla de nuevo después de mucho tiempo sin saber nada de ella, quizá ese era el motivo de su torpeza el día de hoy.
El comandante abrazó fuertemente a la pilotó, ella no se quedó atrás y le demuestra lo mucho que quería verle. Poe se alejó unos centímetros, colocó su mano sobre el rostro femenino, el cual seguía con una sonrisa que pronto se contagió a su rostro.
—Comandante —lo saludo con un tono dulce.
—______ —dijo con un tono suave—, veo que aún me recuerdas —bromeó.
Había pasado demasiado tiempo fuera igual que ella, sin embargo, sabía que sin importar cuánto tiempo estuviera fuera ella siempre lo recibiría con un abrazo y un beso.
—Nunca podría olvidarte, cielo.
Él le regala una sonrisa amorosa.
—¿Cómo le fue en la misión, Comandante? —preguntó, lleva su mano al cabello oscuro y lo acomoda.
—Salí bien —su pulgar acaricia la mejilla femenina—, aunque debo admitir algo.
—¿Qué es eso que debe admitir, mi Comandante? —alzó una ceja, aleja su mano del cabello oscuro para dejar su mano vagar por el rostro de su amante.
—Te extrañé.
Pegó su frente contra la frente de la mujer que es su estrella en medio de la nada, cierra sus ojos, respirando el dulce aroma de su cabello. Cuando ella coloca sus manos sobre sus mejillas y se mantiene unida a él, sabe que llegó a casa.
El ruido de un droide los saca de su burbuja, ambos se separan dándole una resplandeciente sonrisa al otro. Poe baja la mirada observando a BB-8 en los pies femenina, ella suelta un risa antes de agacharse y quedar a la altura del droide.
—También te extrañe a ti amiguito —colocó su mano sobre él—. Ve a darle tú reporte a la General y después vamos a comer algo antes de que me vaya —dijo, miró a Poe quién lucía perdido en ella. Su corazón saltó por el brillo que vio en los ojos chocolates.
