𝕰𝖑 𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔

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Hero

Que mierda había dicho, enserio que carajos estaba pensando al mencionar ese dato sobre los tomates, no se muchos datos interesantes y fue lo primero que se me vino a la mente, fue algo que leí en un libro de Botánica de Elena una vez que estaba aburrido. El objetivo era sonar cool no como un tonto experto en tomates.

―Me gustan los tomates ―replico ella dándome una sonrisa tímida.

Mierda realmente luce bonita esta noche con ese vestido, la tela se pega a su cuerpo de una manera pecaminosa, pero inocente a la vez. No la había visto con otra cosa puesta que no fuera el feo uniforme de Balmont.

― ¿Me dirás el trato? ―pregunte intentando cambiar de tema.

―Si compartes tu botella de vino conmigo, te doy estos cigarros caros ―murmuro sacando unos cigarrillos de su sostén. Enserio se los saco del sostén, por un segundo pensé que estaba soñando, que lo que miraban mis ojos era producto de mi mente sucia, pero lo sorprendente es que no me lo estaba imaginando ella de verdad metió su mano en el escote de su vestido y saco los cigarritos que ocultaba ahí. Joder sí que está loca, esta chica es una caja de sorpresas y eso me atrae mucho. Eso es un problema.

Parpadeé perplejo, pero después pregunté:

― ¿De dónde los sacaste?

― ¿Eso importa?

―Tu sabes de donde saque la Botella, es justo que sepa de donde los sacaste.

Ella volteo los ojos de nuevo.

―Se los robe a mi padre, por eso te digo que son caros mi padre no fuma porquerías ―explico.

No puede evitar reírme.

―Está bien, trato hecho ―Señale.

―Bien, aunque te haces mucho del rogar ¿Sabias? ―pregunto irónicamente.

―Mira quien habla ―Bromeé saliendo por la ventana ―. ¿Qué esperas? Ven conmigo ―la llame con una mano.

Ella salió por la ventana detrás de mí, se notaba nerviosa, pero a la vez emocionada, y yo estaba exactamente igual.


Josephine

No haberle hecho caso a mi madre había resultado una increíble idea, ¿Cómo correría si usaba tacones? Hero y yo no previmos que en jardín trasero del señor Maguire hubiera un Pit Bull Terrier Americano poco amistoso, corrimos tan rápido que me dolieron los pulmones, una gran cantidad de adrenalina se produjo dentro de mí, no sé si porque me corría un perro rabioso, o porque Hero me tomo de la mano, Hero corría más rápido, es evidentemente más atlético que yo, así que prácticamente me arrastraba detrás suyo.

Saltamos una pequeña barda y el perro nos perdió de vista, al parar de correr nos miramos y nos echamos a reír, nuestras respiraciones eran agitadas, mi pecho subía y bajaba cada vez que lo miraba, me felicite internamente por haberme puesto desodorante. Aun seguíamos en la propiedad del viejo Maguire, sin embargo, estábamos alejados de la mansión, la propiedad es gigantesca.

Entre unos árboles secos cerca de un pequeño riachuelo había una pequeña banca, este debió ser un jardín, ahora todo esta tan seco, los que antes supongo eran rosales ahora solo son espinas.

Me senté en la banca, Hero se quedó de pie destapando la botella de vino que gracias al cielo no se rompió, le dio un trago y después me la paso, no pude evitar sonreírle y tomé también, el vino no era la gran cosa, pero tampoco sabía feo. Cuando el subidón de adrenalina me abandono, empecé a sentir el frio que hay en la intemperie, froté mis manos sobre mis brazos en un intento por calentarme.

É𝖝𝖙𝖆𝖘𝖎𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora