𝓣𝓮𝓻𝓻𝓪𝔃𝓪

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Josephine

Detención: lugar donde se viene a dormir.

Hasta ahora.

No iba a dormir en detención esta vez, no si Hero estaba a unos escasos metros de mí, eso de sentarse en las últimas filas era muy propio de él, eso de no quitarle los ojos de encima era muy propio de mí.

Me arme de valor, si de valor, porque si tengo y al entrar al salón me senté una silla delante de él, voy a hablarle. No sé si sea una gran idea, pero lo hare de todas formas. Me di la vuelta y le pregunté:

― ¿Qué haces en detención?

―Asesine a alguien ―dijo bromeando en voz baja, después sus labios se curvaron en una sonrisa, sonrisa que dejo al descubierto sus hoyuelos.

¡Rayos es lindo!

― ¡Diablos! yo también ―Susurre.

―Pensé que era porque habías golpeado a la hija del director, te vi pelar eres valiente ―Eso podría confundirse con un alago.

No te ilusiones Jo

―Que va, si me atacan me defiendo, como un perro.

―Yo diría más como un mono rabioso ―se burló.

― ¿Me dijiste mono?

―Talvez.

―Bien.

― ¿No te vas a enojar? ―Pregunto sorprendido, como si esperara a que me enfadara, talvez le gustaba verme así, pero no le daré el gusto esta vez.

―No, los monos son animales lindos, además soy el mono más rabioso de todo Balmont soy la más genial de todos los geniales.

―Eso es algo que diría alguien no genial ―Se burló de nuevo.

―Eso es algo que diría alguien quien tiene envidia a mi genialidad ―Bromee encogiéndome de hombros.

Él se rio, después se quedó en silencio por un par de segundos, mirandome, no pude soportarle la mirada, él tiene un don para ponerme nerviosa, aparte la vista hacia la pared de atrás, pero de inmediato la regresé a Hero, cuando hizo un cambio inesperado de tema.

― ¿Por qué no me hablaste en clase de Historia? ―Inquirió pasándose una mano por el cabello.

¿Qué significaba eso? ¿el esperaba que yo le hablara? O aún más descabellado ¿el que quería que yo le hablara?

―Ammm ¿Por qué tu no me hablaste en clase de historia? ―No hay mejor manera de evadir una pregunta que con otra pregunta.

―Bien, no te hable porque tu no me hablaste ¿Por qué no me hablaste en clase historia? ―Volvió a preguntar, esta vez en tono exigente.

―No te hable porque tu no me hablaste ―Exclame, y todos en el salón me escucharon.

―Haber ustedes dos dejen sus pláticas para otro lado, esto es detención se los recuerdo agarren un libro y pónganse a leer que no me pagan lo suficiente para ver a adolecentes revoltosos coquetear ―alego el señor Kutrapalli.

―No estamos coqueteando ―Replique.

― ¿Me importa? ―Pregunto con sarcasmo el señor Kutrapalli, llevándose su tasa de café a los labios y subiendo los pies a el escritorio.

Tengo que reconocer que es cool para ser un maestro.

―No, no le importa señor.

―Exacto, ya les dije no me pagan lo suficiente, yo no les digo que no coqueteen o froten sus cosas, están en la edad donde el cuerpo lo pide, ay mi adolescencia ―El señor Kutrapalli libero un suspiro ―, como les decía, pueden intercambiar saliva, y frotar sus cosas ojo con protección e, protección no sean tan tontos ante todo la protección, pero no lo hagan dentro de la escuela, no froten sus cosas e intercambien saliva dentro de Balmont, ni en ningún lugar público, se los digo por experiencia, ahórrense un bochornon de aquellos.

É𝖝𝖙𝖆𝖘𝖎𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora