É𝖝𝖙𝖆𝖘𝖎𝖘

𝔻𝕦𝕝𝕔𝕖 𝕧𝕖𝕟𝕘𝕒𝕟𝕫𝕒, 𝔸𝕕𝕠𝕟𝕚𝕤 𝕪 𝕗ú𝕥𝕓𝕠𝕝.

Josephine

―Aun no puedo creer que tus padres te hayan dejado venir a un partido en un sábado por la noche ―Me dijo Blue mientras nos dirigíamos al campo de futbol de Balmont.

―Les mentí, les dije que era obligatorio venir, les invente que daban puntos extras en educación física por asistir a los partidos, ya sabes con lo obsesionados están por convertirme en la señorita perfecta, calificaciones perfectas, así que accedieron a que viniera, de todos modos, no estoy completamente libre mi papá vendrá por mi cuando termine.

―Estuve rogándote casi desde que te conocí que me acompañaras aun partido y no la habías hecho antes ¿Desde cuándo te surgió el amor por el futbol como para engañar a tus padres? ―Me cuestionó Blue entrecerrando los ojos, peinándose con los dedos su bigote imaginario ―. Sospechoso.

―Era esto o quedarme viendo un documental de animales en Discovery con ellos, mi papá por lo regular se pone algo sentimental al ver como un depredador devora a la cría de marsupial, mientras mi madre lo consuela diciéndole que eso sucede porque así lo quiso Dios y a él no hay que cuestionarles sus actos respecto a la naturaleza, como veras eso no suena como el plan más divertido para un sábado por la noche, así que aquí estoy ―Me encogí de hombros.

―Más bien ¿Esto no tendrá que ver con que Hero don guapísimo jugara esta noche? ¿Oh sí? ―Blue enmarca una ceja mirandome acusatoriamente.

―Está bien, si tiene que ver con el ―Admití liberando un suspiro que surgió como humo saliendo de mi boca, ya que hace un frio no tan agradable a esta hora a la intemperie ―. No podía no venir Hero me invito, ya sé que piensas que solo está jugando conmigo, pero qué más da, compréndeme no puedo alejarme de él, simplemente no puedo Blue.

―Se nota que no puedes ―aseguro Blue mirándose las uñas ―. Chica estas perdida.

―Lo sé, siento que estoy perdiendo la cabeza, últimamente he sentido remordimiento por mentirle a mis padres constantemente ¿Crees que soy una mala persona por hacerlo?

―Bueno, considerando que somos adolecentes, si, somos horribles personas, pero no te preocupes te compondrás cuando crezcas o eso dice mi hermana, yo que sé, porque me haces preguntas tan profundas perra, solo no te preocupes y, cómprame un algodón de azúcar antes de que empiece el partido.

―Bien ―accedí mientras nos acercábamos al puesto de algodones, compre dos le di el color rosa a Blue y me quede con el color amarillo, después nos dirigimos a buscar asientos en las gradas antes que el partido comience.

Las gradas están llenas de chicos con la playera del equipo, chicas con pancartas. Las porristas ensayando antes de comenzar su función, la banda escolar tocando a mas no poder, no sabía que existiría tanto espíritu escolar en un sábado por la noche en Balmont.

―Hay mucha gente ―Le comenté a Blue, mientras buscábamos con la mirada asientos vacíos.

―Es que es el partido más importante de la temporada, es la final épica de clubes estudiantiles entre nuestros Guerreros y nuestros archirrivales los Halcones del instituto Cortázar ―Respondió Blue mientras señalaba un par de asientos vacíos.

Nos apresuramos a sentarnos antes de que nos los ganaran. Aunque el bullicio me cohibía un poco, esto no está nada mal, podría decir que es hasta cierto punto muy divertido, todo esta tan iluminado y alegre, hasta que veo a Kimberly Montaigne pavoneándose con su uniforme de porrista, moviendo su cabello como si estuviera en un comercial de champú, el simple hecho de verle la cara me provoca nauseas, y rencor, el perdón no es una opción yo quiero venganza, pero no sé cómo, necesito idealizar un plan maestro, donde mis manos queden limpias y Kimberly humillada.