ℂ𝕚𝕟𝕔𝕠 𝕞𝕚𝕟𝕦𝕥𝕠𝕤 𝕪 ú𝕝𝕥𝕚𝕞𝕒𝕤 𝕧𝕖𝕔𝕖𝕤

65 11 0
                                        

Josephine

Los nervios me revolvían las entrañas, caminaba de un lado para el otro intentando calmar mis nervios, pero estos solo empeoraban, me mordía las uñas, tanto que podía sentir el sabor de la sangre en mi boca proveniente de mis cutículas y como si todo esto no fuera suficiente a mi periodo le pareció una maravillosa idea bajarme en este preciso momento, acompañado de cólicos, solo para agregar más sufrimiento al asunto.

―Podrías quedarte quieta me estas mareando ―renegó Lori al verme hecha un manojo de nervios. Su presencia solo hace que mi furia aumente, después de todo lo que me ha confesado, se ha convertido en una persona de mi poco agrado, pero por lo menos me ha servido de compañía después de que Blue regresara a su casa.

―No la conoces es malvada, seguramente justo ahora lo está amenazando de muerte ―Le asegure, al darme cuenta que la visita que mi madre le ha hecho a Hero se ha extendido más de lo que debería.

―Tranquila tu madre no puede ser tan mala, lo está entrenado, mi primo Antonio hará lo mismo, pero el probablemente si lo diga enserio ―Se rio como si todo lo que está pasando fuera un chiste.

―No es gracioso, realmente no es gracioso, ¿Cómo puedes estar tranquila? Esta aquí en gran parte por tu culpa, eres una persona horrible y una terrible amiga ―Le eche en cara.

―Eh cuida tus palabras bonita.

―No tu cuida tus palabras, si tu no le hubieras presentado a tu primo, ni convencido para que empezara a vender esas porquerías, el no estaría aquí, ni siquiera sé que rayos haces aquí, lárgate no actúes como si Hero te importara.

Al escuchar mis palabras se levantó de golpe de forma retadora para encararme.

―Tú no tienes ni puta idea de cuantas veces le he salvado el culo a ese idiota, y no te confundas, tu solo llevas un par de meses de conocerlo, yo soy su única amiga en este lugar, solo intentaba ayudarlo.

― ¿Ayudarlo? Ja vaya forma de ayudarlo ―Voltee los ojos.

―Sí, ayudarlo, ¿Tu que has hecho por él, aparte de lloriquear, quejarte de tu madre y de tu vida de princesa pringada? Si buscas a alguien a quien culpar búscate a otra, además los verdaderos culpables de que nosotros optemos por realizar estas prácticas; son ustedes los niñitos mimados que buscan una forma de complicarse la vida, buscan emoción, placer, algo que los haga sentir vivos, problemas, a los tuyos les encanta buscar o inventarse problemas, ¿No es esa la razón por la que estás aquí? Él se ha convertido en tu marca personal de droga, me pregunto si lo querrías tanto si él no se te fuera prohibido.

Cuando estaba a punto de responderle a Lori, mi madre aparecido por el pasillo, acercándose a mí con rapidez, su rostro denotaba furia más de lo habitual.

―No puedo creer que me hagas hacer esta clase de cosas, ¿Cuál es la necesidad de que alguien como yo esté en este horrible lugar? ―Mi madre se acomodó su saco en una especie de tic nervioso ―. Me provocas muchos des fortunios, mírate hecha un desastre por un delincuente, es que tú no puedes ser hija mía, me has decepcionado tanto, haz avergonzado a toda nuestra familia actuando con tanta promiscuidad y desobediencia, si tus abuelos se enteraran de esto a los pobres les daría un infarto, si a mí da un infarto o me enfermo será tu culpa, por hacerme pasar por tantos disgustos, debí meterte en un internado religioso solo de mujeres, para evitar que esto pasara.

―Lo siento mamá sé que soy lo peor, pero ¿Diste autorización para que pueda entrar a verlo? ―Le pregunte cuanto termino de darme uno de sus muchos regaños.

―Eres increíble ―Negó con la cabeza ―. Tú no tienes vergüenza, deberías demostrar un poco de arrepentimiento por haberme mentido, una vez más ―Recalco lo último.

É𝖝𝖙𝖆𝖘𝖎𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora