Sei Mia, Piccola

Capítulo Siete

Aitana Ocaña

Aitana: Hola. -dije fría-

Kirill: Hola papá. ¿Cómo has estado? -lo abrazó-

X: Aquí lo que importa es cómo están ustedes. -dijo sonriendome y yo doble los ojos- ¿Pasa algo, Aiti?

Se acercó a mi. ¿Por qué me tiene que decir Aiti?

Aitana: Sí, tú. -lo miré por primera vez a los ojos-

Kirill: No le prestes atención, papá. Ya sabes, sigue siendo una niña grosera y malcriada.

No sé que sentía en ese momento. Algo como rabia y tristeza. Sólo quería desaparecer.

Aitana: ¿Alguna vez han escuchado eso de tu familia te tiene que apoyar, estar ahí para ti y hacerte sentir querido? Pues con ustedes es todo lo contrario. Son una basura, ¡los dos! Tú, Kirill, eres sólo un imbécil que está pendiente de chicas, sus amigos, sexo y alcohol. Tú, Carlos, no creo que te pueda llamar "papá" otra vez. Nunca están ahí. ¿Esto es a lo que ustedes llaman una familia? ¡Está muy lejos de serlo! A veces, sólo quisiera desaparecer o irme lejos. Lejos de aquí, ¡alejarme de todas las personas que me rodean! En especial de "mi familia". Ahora no finjan que yo soy el problema, ni siquiera se atrevan a hacerlo. Los odio tanto. -dije entre lágrimas-

Por fin, por fin me había deshagodo. Sabía que algún día explotaría.

Kirill tenía una mirada triste y sólo miraba abajo. No me atreví a mirar a Carlos.

Subí a mi habitación y cerré la puerta de un portazo, me acosté en mi cama a llorar como hacía siempre. Empecé a gritar contra la almohada. Odiaba esto. Odiaba todo.

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Kirill Ocaña

Todo lo que dijo Aitana era cierto. Nosotros estábamos muy lejos de ser una familia. Me dolió tanto lo que dijo, fue tan sincera.

Toda esta familia se fue a la mierda desde que mamá murió y Aitana era la más cercana a ella. Era su mejor amiga, era su todo. Tenía ganas de abrazarla, de decirle que la amaba más que nada, pero ella no me querrá ni ver. Todos estos años he sido he sido un gilipollas con ella.

¿Cómo era capaz de si quiera dejarla que se viniera sola del colegio a la casa? ¿Sólo porque tengo que hacer algo con mis amigos o con chicas? Eso es verdad. Siempre la pongo a ellos primero que a ella. Soy una puta decepción.

Kirill: Papá, yo...

Carlos: Creo que debería irme mejor. Dile que la amo.

Pronto tomó todas sus cosas y se fue. Todo empeoraba. Todo.

Me senté en el sofá y me puse a pensar muchas cosas. Suspire. Mi móvil empezó a sonar.

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Sebastián: Hey Kirill, no te imaginas. Probablemente esa fue la mejor mamad... -lo interrumpí-

Kirill: No estoy de humor, Sebastián.

Sebastián: ¿Pasó algo? Sabes que me puedes contar.

Kirill: Sí, Aitana...

Sebastián: ¿Qué? ¿Le pasó algo a Aitana? ¿Donde está?

Kirill: Sabes vino papá y todo se salió de control, ella sólo dijo lo que ha sentido todos estos años. Ella empezó a llorar y nos dijo que nos odiaba. Fue horrible ver a mi hermana así.

Sebastián: Espera, voy para allá.

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Diez minutos después Sebastián estaba aquí, se sentó en un sillón y yo le expliqué mejor.