Capítulo Catorce

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Sebastián Yatra

Sonó el timbre. Mierda, ¿quien tiene que venir a interrumpir ahora?

Alison: Mejor me voy, es tarde.

Alison se levantó de mi cama. Se tapó con las sábanas.

Cómo si no la hubiera visto desnuda hace poco.

Sebastián: Te acompaño. -me hice el cabellero-

Probablemente sea Román el que esté tocando, le presumire un poco con quien acabo de estar. Esta chica sexy.

Bajamos y ella abrió la puerta.

Román debe de estar en shock. Reí para mis adentros. No podía esperar ver su cara.

Me acerqué a la puerta.

¿Alguna vez han sentido como tu mundo se detiene? ¿No puedes moverte, decir ni una sola palabra? Así estaba yo justo en ese momento. ¿Qué hacía ella aquí? Me encantaría desaparecer en este preciso momento, nos mirábamos fijamente, los dos no decíamos nada. Alison me sacó de mis pensamientos, se despidió de mi dándome un beso en la mejilla y se fue. No era capaz de decir algo.

Aitana: Supongo que llegué en un mal momento. -dijo entrecortada, con la mirada baja-

Sebastián: No, espera Aitana.

Ella se estaba yendo. La agarré del brazo con delicadeza y ella volteó.

Aitana: No, Sebastián. No tienes que decir nada. Déjalo, no pasó nada. -se fue-

Todo es una mierda, una horrible mierda.

Cerré la puerta de un portazo. ¿Por qué todo tiene que estar tan jodido? ¿Por qué? Me dirigí a la sala y vi la botella de cerveza que estaba en la mesa que tomaba unas horas atrás. La agarré y la arrojé haciendo que los vidrios estrellasen contra el suelo.

Soy un cobarde. ¿Por qué no me atrevo a decirle que la quiero? ¿Por qué tengo que seguir con esto de estar con cualquier chica que se atraviese en mi camino para olvidarla? ¡Esa mierda no sirve! Maldito Román y sus estúpidos consejos.

Ella nunca me querrá. Somos demasiado diferentes. Ella es especial y yo soy todo lo contrario. Un puto chico jodigo que no tiene idea de que hacer con su maldigo futuro.

Por más que intente olvidarla, es imposible.

¿Es que acaso es esto lo que quieres? ¿Olvidarla? ¿O seguir intentando un poco más? ¿Cuánto más va a aguantar? ¿Te quiere tanto como tú la quieres a ella? ¿Serías capaz de cambiar por ella? Le importas, ¿pero cuanto?

No sé como, Aitana. Pero juro que demostraré que te quiero.

🔴

Aitana Ocaña

Duele, si mi día estaba yendo mal, ahora estaba mucho peor.

¿Por qué Sebastián tenía que ser así? ¿Por qué tenia que ser ese chico que siempre me hace sonreír, escucha y entiende pero a la vez ese mujeriego que no me quiere como yo lo quiero? ¿Por qué tiene que ser ese chico que tanto me encanta?

No paraba de llorar sentada en el asiento de un parque.

¿Por qué tiene que ser tan importante para mi? Cómo te odio Sebastián, te odio, ¡te odio!

Mi móvil empezó a sonar. Aitor. ¡Aitor! Claro, él me puede ayudar a olvidar a ese imbécil. No me importa si Kirill lo odia, puedo hacer lo que quiera. Aparte, Aitor es atractivo. Odio su personalidad tan arrogante pero eso es lo que menos importa, sólo necesito cualquier chico que me haga olvidar a Sebastián.

📱

Aitor: Hermosa...

Aitana: ¡Aitor! ¿Cómo estás?

Aitor: Muy bien preciosa. ¿Qué estás haciendo?

Aitana: Pues...

Vamos piensa algo. Tienes que empezar con todo esto rápido.

Aitana: En casa, aburrida...

Aitor: ¿No querrías divertirte un rato?

Aitana: Sí claro. -¿en que mierda me estoy metiendo-

Aitor: ¿Puedo pasar por ti en media hora? Juro que no te arrepentirás.

Aitana: Me parece perfecto. -dije mientras reía-

Aitor:Nos vemos preciosa.

📱

Fui directo a mi casa después de la llamada.

Oh dios, Aitana... Le atraes a este chico, sí. El también te puede atraer a ti, sólo tienes que darle una oportunidad. ¡Tienes que olvidar a Sebastián!

Sentí la bocina del auto. Aitor ya estaba aquí. Abrí la puerta y el estaba apoyado en el auto mirándome. Se veía sexy, pero nunca como Sebastián... ¡No, no, no! Se veía muy sexy, más que nadie que haya visto antes.

Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Me abrió la puerta y entré al auto. Él hizo lo mismo.

Aitor: ¿A dónde quieres ir?

Aitana: No lo sé, pensé que tenías algo planeado. No tengo nada en mente.

Aitor: Podríamos ir a mi casa y después a una fiesta que queda cerca. Pero no quería incomodarte y por eso te doy la opción de elegir.

¿Qué? ¿Es que acaso está loco? ¿Estar a solas con él y después una fiesta?

Aitana: Pensándolo bien, sí tengo algo en mente. ¿Podríamos ir al... Cine? -él sonrió-

Aitor: Si eso es lo que quieres.

Ya nos encontrábamos haciendo fila para comprar los pochoclos y entrar a la película. Íbamos a entrar a "La Cabaña del Terror". La eligió él. Películas de terror que producen todo menos miedo, no sé que pasa con Hollywood.

Entramos a la sala y nos sentamos. Esta película estaba bastante aburrida y ya los pochoclos se acabaron.

Si me tocaba tomar la iniciativa, entonces lo haría. Agarre su mano y me voltee a mirarlo. Él sonrió.

Oh Dios Aitana, no puedo creer que me vayas a hacer esto.

Me acerqué a él lentamente y él me agarro la cintura.

Mis labios hicieron contacto con los suyos.

No sé cómo, Sebastián. Pero juro que te voy a olvidar.








Aitor en Multimedia


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Sei Mia, PiccolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora