Capítulo Veintisiete

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Aitana Ocaña

Eran las 09:00 y me encontraba en el sofá viendo televisión mientras Sebastián hacía el desayuno.

Se veía tan sexy, sin remera, su cabello despeinado y cocinando. ¿La mejor parte de todo? Es mio.

Nos sentamos a comer y luego, los que hicieron bastante ruido ayer, aparecieron. Lola llevaba la remera de su novio y Hero estaba en bóxer.

Sebastián y yo nos miramos, riéndonos.

Aitana: ¡Oh, Hero!

Empecé a imitar a mi amiga de hace unas cuantas horas. Lola se quedó paralizada y yo podía dejar de reír.

Sebastián: ¡Ah, ah!

Me empezó a ayudar Sebastián. Los dos estaban en una especie de shock.

Sebastián y yo seguíamos imitándolos mientras nos reíamos a carcajadas.

Lola: ¡BUENO, YA! ¡DETENGANSE!

Ella gritó completamente sonrojada. Luego Hero se empezó a reír.

Lola: ¡Ven, ya! -me agarro del brazo- ¿Me puedes explicar qué fue eso?

Aitana: Sólo un pequeño resumen de ayer. -dije burlona-

Lola: ¡Maldita sea! -se sentó y escondió su cabeza entre sus piernas y me senté a su lado-

Aitana: Puedes llegar a ser muy ruidosa. -ella levantó la cabeza y me fulminó con la mirada-

Lola: Como si tú y Sebastián no hubieran hecho lo mismo ayer. -suspire-

Aitana: Lo peor es que no. -ella me miró al instante y lo comprendió-

Lola: No estas lista, ¿verdad?

Aitana: No. -miré al mar-

Lola: No te apresures. Todo llega a su debido momento.

Aitana: Mi madre siempre me decía eso. -apoyé mi cabeza en su hombro-

Lola: También recuerdo cuando te decía que no podías salir tu habitación hasta que estuviera ordenada. Y la estúpida de tu mejor amiga tenía que esperarte una hora más. -reí-

Nos quedamos en silencio probablemente recordando. Lola es una de las personas que siempre me apoyado y la única persona que no se alejó de mi cuando cambié.

Los chicos luego aparecieron y nos dijeron que deberíamos meternos al mar.

Oh, no.

Una de las cosas que más odio es que me vean con vestimenta de baño. Recuerdo que cuando mis amigos solían hacer esas fiestas en la piscina, decía que estaba en mi periodo o que no tenía muchas ganas.

Soy bastante insegura y mucho más con mi cuerpo.

Lola ya estaba lista y creo que mi autoestima bajó mucho más. Mi mejor amiga tenía un cuerpo hermoso.

Me miré al espejo por última vez y sin ni siquiera dudarlo tomé una remera larga y me la puse.

Lola: ¿En serio vas a salir así?

Claro, Lola, no tengo un cuerpo como el tuyo.

Aitana: Sí, hace frío...

Lola: Y tú estás mintiendo. Deberías ser un poco más segura de ti misma. El chico que está allá afuera, te ve completamente perfecta. Así que quítate eso y vamos.

Lola me conocía perfectamente y no pude evitar sonreír. Le hice caso a mi mejor amiga y me la quite.

Íbamos donde los chicos y escondí mi cuerpo detrás de el de Lola. Pero ella al ver a su novio, se le tiró encima y le dio un beso.

Sei Mia, PiccolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora