Aitana Ocaña
¿Qué? ¿Él me estaba diciendo eso a mi?
Aitana: Gracias supongo. -dije seca-
Aitor: ¿Cómo has estado?
¿Es que acaso intentaba tener una conversación conmigo? Estaba segura que sólo buscaba provocar a mi hermano.
Aitana: Bien.
Mentí y me fui nuevamente a sentarme con Lola.
Lola: ¿Qué ha sido eso, amiga?
Aitana: Pues no tengo idea. Creo que sólo provocaba a mi hermano.
Lola: Bueno, igual ellos no te dejaban de mirar.
Aitana: ¿Quiénes?
No, no, no, ¡ellos no por favor!
Lola: Pues, ¿quienes más? Tu hermano y sus amigos.
Aitana: ¡Mierda! Ahora Kirill se pondrá como loco, lo sé.
Lola: Intenta calmarlo.
Aitana: ¿Calmarlo? ¡Imposible! No hay nada que lo calme. Bueno, el sexo sí.
Lola: Ni siquiera se te ocurra calmarlo, eh. -ambas reímos-
Aitana: ¡Eres una idiota!
En la salida, estaba guardando mis libros junto a Lola cuando Aitor se nos acercó. ¿Qué quería?
Aitor: Aitana... Qué bueno que te encuentro.
Aitana: ¿Qué pasa?
Aitor: Pues, me harán una fiesta de bienvenida en mi casa y me encantaría invitarlas. ¿Las veré allá?
Lola: ¡Sí!
Le di un codazo, Christopher nos sonrío y se fue.
Aitana: ¡Lola! ¿Por qué? Ni siquiera quiero ir.
Lola: ¿Podrías dejar de ser tan aburrida? Eso es justo lo que necesitas Aitana, una fiesta. Aparte, sabes como son esas fiestas de Aitor, va todo el colegio y todo se sale de control. Uh, ¡sí! ¡Fiesta, fiesta, fiesta!
Lola lo dijo cantando su canción ridícula cada vez que iba a una fiesta. Me tocará ir.
Me acerqué a mi hermano que ya estaba en el auto, ¡sí! No tenía que esperar a nadie.
Aitana: Hola Kirill.
Él ni me miró. Ni siquiera me dijo algo. Sólo quiero las cosas cambien entre nosotros. La tensión se podía sentir. Sólo quería llegar a casa y ya.
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Minutos después ya estábamos ahí. Me baje y cerré la puerta de un portazo.
Subí a mi habitación y suspiré, cerré la puerta. Me recosté en mi cama y lo único que podía pensar era en lo mucho que extraño a mi hermano, creo que hablaría con él... La puerta. Estaban tocando la puerta.
Aitana: Pasa.
Kirill: ¿Podemos hablar? -dijo entrando y sentándose en mi cama-
Aitana: Sí, ¿qué pasa?
Kirilla: Sólo, te quería pedir perdón.
Lo decía mientras movía sus manos. Lo conocía a la perfección. Cada vez que hacía eso es porque estaba nervioso.
Aitana: ¿Perdón por qué?
Dije haciéndome la que no sabía nada.
Sí sabía porque se disculparia, sólo quería que empezara a hablar más nervioso que nunca, mezclando las palabras sin sentidos con un intento de pedirme perdón. No podía creerlo.
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Sei Mia, Piccola
FanfictionAitana Ocaña, Sebastián Yatra. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella una niña ins...