||Trentuno||

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|31|Luca nunca ríe

Aquellas miradas llenas de enojo y desprecio las podía sentir quemando su espalda. La cena fue un completo desastre, Guido tuvo que impedir que Giulia se lanzara a golpear a Carina; quien seguía en su burbuja de color de rosa. Como ella se atrevía a decir que Luca le pareció un hombre raro, por suerte Alberto si la calló diciendo que no se atreviera a llamar así a su mejor amigo. Después de eso comenzaron a discutir hasta que la llevo a la salida para que se fuera que era lo mejor. Leo entre toda la discusión se refugió en los brazos de su tío mientras que Massimo se llevó a la bebé lejos de todo el escándalo.

Leo no hablo en todo el día y sabían que tenía que ver con las miradas de desprecio de su madre. Que lo único que lo animo a sonreír un poco fue la canasta que le dejo Luca, estaba ansioso de verlo y que lo abrace con cariño como lo hacía siempre.

–Leo, piccolo, ¿por qué no vas a ayudar a tu abuelo a cuidar a tu hermanita? –propuso Guido en un tono suave.

El niño asintió y una vez que él lo bajo al suelo, corrió hacia la cocina donde estaba su abuelo. Dejando a los adultos en el pasillo, tenían suerte que el dueño de la casa estaba entretenido con sus nietos y distraído con el ruido de las canciones antiguas de la radio.

Alberto suspiro al cerrar la puerta y preparándose para encarar a los dos.

–¡Eres un imbecille! –exclamó Giulia cruzándose de brazos y mirándolo con enojo.

–Como te atreviste a romper tu relación con Luca –añadió Guido. Él estaba enterado de todo lo que paso al llevar a Paguro a la casa de sus padres.

Cansado talló su rostro con fuerza, no quería recordarlo. Claro que estaba devastado por el rompimiento de una de sus mejores relaciones de su vida.

–Él me termino a mí –aclaró con fastidio una vez que descubrió su cara.

–Porque te encontró "felizmente" con tu esposa –reclamó con asco y haciendo comillas con sus dedos la pelirroja–, cual te quiero recordar te abandono, no una, sino dos veces con recién nacidos.

–Y nada de que lo hago por mis hijos –dijo fastidiado Guido–. ¡Alberto, ellos no se sienten cómodos con Carina!

–Leo es constantemente rechazado y callado mientras que Mina simplemente la odia. Todo el avance que hiciste...no, QUE LUCA HIZO con ellos se fue al carajo.

–¡¿Qué mierda te pasa?! ¡Tú eras feliz con él!

En ese momento quería gritar y derrumbarse, no le agradaba que le recordaran lo idiota que fue. Sabía su error, pero estaba acorralado. Tomo aire y con fastidio los miro a ambos.

–Lo hago por la custodia, ¿ok?

Ambos lo miraron molestos, pero no dijeron nada para que continúe. Alberto cansado de seguir siguiendo esa farsa se deslizo de espaldas contra la pared para sentarse en el suelo del pasillo, peino hacia atrás su cabello.

–Carina propuso darle una última oportunidad a nuestra relación, si hago esto hasta la boda y no funciona ella me dejara en paz y me dará la custodia total. ¡Solo quiero deshacerme de ella y vivir tranquilo con mis hijos! ¡Crees que me gusta ver a Luca así!...yo lo amo, pero él ya no me cree –musito lo último dejando caer su mirada al suelo.

–¿Crees que él te perdonara esto? –exclamó seria la mujer– A él le dolió darse cuenta que los niños podrían solo quererlo porque se parece a su madre –entre más hablaba su voz iba decayendo–. Cree que todo su cariño solo fue un engaño, que solo era un remplazo.

Él se quedó callado aun con la mirada agachada, nuca lo pensó así. Cuando conoció a Carina nunca pensó que se parecía a Luca, aunque si admitiría que cuando la vio a lo lejos le intereso. Había aceptado aquellas burlas como una broma, siendo que casi nadie sabía de su enamoramiento con Luca más que su hermana.

Entre Nosotros || LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora