Capítulo 53

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Vittorio

Los dos hombres nos llevan hasta el galpón, dónde Nolan está allí aguardando, con esa sonrisa perversa que me da tanto escalofríos (y en un mal sentido). Nos sientan en las sillas, enfrentados, y nos atan. Él se para frente a mi, observándome con atención. 

- A ver Vittorio si hoy es el día en el que abras la boca y salga algo útil de allí. - dice. 

- Hice un curso de criptomonedas, por si te interesa invertir. - menciono. - Está en auge. 

Ríe con malicia. - Creo que una parte de mi va aburrirse luego de que me deshaga de ti. 

Me llevo una gran sorpresa cuando saca una navaja de su bolsillo y la desliza por mi rostro, cortándome la mejilla. Lanzo un quejido de dolor, que no consigo reprimir ya que me tomo desprevenido. 

- ¡Vitto! - exclama Novak, con un grito ahogado. 

Siento como la sangre comienza a correr por mi rostro. 

Mira a Novak. - Tú hablas y directamente pierdes la lengua. - sentencia. Se vuelve hacia mi, inclinándose hacia delante, apoyando sus manos en sus rodillas. - Ya sabes lo que quiero. Dame información del clan Markov, y te doy mi palabra de honor de que seré benevolente contigo. 

Lo escupo. - Tú palabra no vale una mierda. 

Se pasa una mano por el rostro para limpiarse el escupitajo, para luego volver a deslizar la navaja por mi cara, del lado contario. Está vez puedo reprimir el alarido, mordiéndome la lengua. Veo la expresión de Novak, refleja preocupación y angustia. Niego levemente con la cabeza. 

- Te estoy dando la oportunidad de librarte de esto, y no sabes aprovecharlo. - comienza a decir. - Y todo por proteger a los Marshall, quienes son los que te pusieron en está situación en primer lugar. Eres tan solo un estudiante de periodismo, no perteneces a nuestro mundo. 

- Soy periodista, hijo de puta. - replico con fastidio. - No batalle un año en mi tesis, para que tú me sigas diciendo "estudiante". ¿Cómo te sentirías tú si yo te llamará "pandillero"

- Ese no es el punto, sino que te estás perjudicando a ti mismo y a los que te rodean, por algo que no lo vale, porque seamos honestos ¿realmente vale todo este sufrimiento por ser la mascota de los Marshall? - sigue. - Solo son unas pocas preguntas. Respóndelas y podrás marcharte. Tú y yo sabemos que si seguimos de este modo te quedan unos pocos días, y no se si llegarán a tiempo para ayudarlos.

- Y también tú y yo sabemos que lo que dices es pura mierda. Buscas lastimar a Izan, ¿y que mejor que matándome?  

Menea la cabeza. - Puede ser... - hace una pausa, pensativo. - Pero conociéndolo, se que las personas desleales lo cabrean más. No soportaría una traición, mucho menos de su enamorado. 

- Si realmente crees que con ese discurso barato vas a convencerme de hablar, estás muy equivocado. - digo. - Hasta te recomendaría que tomes unas clases de coaching, porque si así pretendes ser el jefe del clan, la verdad es que da lastima y verguenza. Y no me uniría a ti, ni aunque mi vida dependiera de ellos. Y en estos momentos, depende. 

Se encoje de hombros. - Quería tener una pizca de bondad y ahorrarte esto, pero ya que no lo sabes apreciar. Yo lo vengo queriendo hacer desde el primer día. - habla. 

Me mira con esos ojos siniestros y esa sonrisa maliciosa, tan desagrádale. Extiende su brazo y toma entre sus manos uno de los dedos de la mía, para levantarlo hacia arriba en un movimiento brusco. Me retuerzo de dolor, mientras un grito se escapa de mi garganta. Las lágrimas brotan de mis ojos, que me arden. 

Hijo de la Mafia (Mafia Marshall IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora