Vittorio
Y luego de unas horas de vuelo, los cinco arribamos a destino. Al Norte de Italia.
Y la verdad es que no doy crédito a lo que ven mis ojos, porque no parece real. Es un hermoso lugar con aire fresco, aguas turquesas y transparentes, el cielo despejado y celeste, un bello paisaje montañoso, todo rodeado por un lago. El Lago de Como.
Y como si todo ya no fuera salido de un sueño, llegamos al hotel donde nos vamos a quedar. Una enorme mansión antigua y elegante, rodeada de elevaciones, todo verde, con el lago rodeándola y una vista como no he visto jamás en mi vida.
¿Qué se sentirá despertar todas las mañanas en un lugar así? Y creer que tú vida es una especie de sueño hecho realidad.
Quisiera eso en la vida. Despertarme y poder estar bien, pensar que no necesito más que lo tengo, así sea mucho o poco, pero al menos tener esa paz de decir "Estoy bien."
- Sobreviviste a tú primer vuelo, Vittorito. - comenta Novak divertido, sacándome de mis pensamientos y pasando su brazo por encima de mis hombros. Nos encaminamos hacia la entrada de la enorme propiedad. - ¿A que fue estupendo?
- Claro. - respondo dudoso. La verdad es que quería bajarme apenas empezó el vuelo.
- Recién ahora esta recuperando el color de la cara. - señala Astor, a mi otro lado. Me mira. - Estabas tan blanco que por un segundo creí que habías visto un fantasma.
- No lo molestes, que no todos llevan bien el tema de volar por primera vez. - lo regaña Kai, junto a él. - Es difícil no pensar de que existe la posibilidad de que el avión se caiga y nos estrellemos en el mar, para luego ser comida de tiburones.
- Volveré a píe. - anuncio. - No pienso volver a subirme a esa maquina de la muerte voladora. - sentencio.
- Tranquilo. - dice Novak. - Que nunca se ha caído uno de nuestros aviones. O al menos por el momento. Para todo hay una primera vez, supongo.
Lo miro incrédulo. Los cuatro hermanos ríen.
- Dejen de fastidiarlo. - los regaña el Sr. Marshall parado en la entrada de la bella casa. Me mira con esa sonrisa amable. - No les hagas caso.
- Solo jugamos con él. - comenta Astor.
- ¿¡A expensas de dejarme traumas!? - exclamo.
- Te daremos el número de nuestra psicóloga. - sigue el menor de los Marshall. Pongo los ojos en blanco.
El señor Marshall ríe y me extiende su mano al detenernos frete a él. - Es un gusto volver a verte, Vittorio.
Tomo su mano y la estrecho. - Igualmente, señor Marshall.
- Renn. - me pide él. Asiento con una sonrisa.
- Señor Marshall. - se burla Astor. - Al oír eso te imagino con un bigote, papá.
- ¿Se acuerdan esa época en la que se dejo el bigote? - les pregunta Novak a sus hermanos.
Ríen. - Si, y que mamá nos hizo cómplices para que la ayudemos a afeitarle el "mostacho Marshall", como lo había nombrado. - sigue Kai, mientras ríen a carcajadas, a pesar de la cara de fastidio de su padre. Sonrío.
- En ese momento estaba de moda. - replica el patriarca de la familia, apuntándolos con el dedo, entre tanto ellos siguen riéndose. - Se veía sexy.
- ¿Sexy? Parecías Ned Flanders. - dice Kirian. - Mamá dijo que te parecías a uno de esos dibujos animados de los huevos rancheros.
- ¿Qué tanto parlotean? - pregunta la señora Marshall parándose al lado de su esposo.
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Hijo de la Mafia (Mafia Marshall IV)
RomanceTodo cambia en la vida de Vittorio Salvatore, cuando una noche su camino se cruza con el del peligroso jefe de la mafia, que controla todo en su ciudad. Un hombre imponente, cruel, poderoso, que no le tiembla la mano al momento de disparar a lo que...