treinta

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Cuando Liam entró pálido en el departamento, todos supieron de inmediato que algo no andaba bien. Sus ojos estaban rojos e hinchados y se veía perdido.

-¿Qué pasó?- preguntó Louis por décima vez.

-Están muertos.- dijo Liam casi sin voz y con la piel blanca como una hoja del papel.- Elizabeth y Harry murieron.

El silencio lo invadió todo y nadie sabía muy bien qué debía hacer. Poco a poco fueron metiéndose en sus dormitorios y los ataques de furia y llanto llegaron al poco tiempo.

Louis revoleaba las cosas contra las paredes, furioso. Le sorprendía sentir la misma responsabilidad que había sentido tras la muerte de Susan. La vida en la que él había deseado meterse sin saber lo que traería provocó los mayores males con los que se vio atormentado. Primero tuvo que aceptar el ver partir a su hermanita y ahora debía aceptar que la pequeña sonrisa saltarina que siempre solía dar vueltas a su alrededor, tampoco regresaría jamás. Lágrimas de impotencia resbalaban por su rostro a la vez que él caía vencido, de rodillas.

Niall, inmóvil en su cama, intentaba asimilar lo que acababa de ocurrir, intentaba encontrar alguna fisura en la información que les había sido brindada pero no había nada, pura realidad, ellos ya no estaban. Miles de recuerdos dieron vueltas por su cabeza, desde aquel primer día hasta el último y, los rebeldes sentimientos, lo dejaron al descubierto en medio de una guerra entre el si ella lo hubiera querido ver llorar o no, donde perdió y las lágrimas salieron de forma descontrolada de sus ojos y empaparon su rostro. Y por más que quisiera que sucediera, esto no era una película, las lágrimas no iban a devolverle la vida a su mejor amiga y a uno de sus mejores amigos. Esto era la vida real, y en la realidad no hay nada que logre que sus corazones vuelvan a latir a estas alturas.

Mike estaba sumido en sus pensamientos, en un mundo en el que jamás había pasado nada relacionado a la tragedia que los había sumido a todos en la mas horrible oscuridad. Reviviendo el momento en que la vio en aquellas gradas presionando su teléfono por primera vez, se encontraba en silencio, en el silencio del dolor que llenaba su interior con cada segundo que pasaba dentro de su ensoñación.

Zayn armaba sus maletas a la vez que lloraba sin siquiera saberlo, no pensaba quedarse de brazos cruzados. No lograba aceptar lo que sucedía, no quería hacerlo. Por ese mismo motivo iría a buscarla y no pararía hasta encontrarla, no iba a rendirse, jamás se rindió cuando de ella se trataba y no comenzaría ahora. El amor que ocultaba dentro de su ser estaba ahogándolo, sumiéndolo en el mas profundo pozo de dolor en el que él se había encontrado jamás. Y mientras una capa de lágrimas cubría su visión, salió de la habitación porque no creería en su muerte, jamás lo haría.

Liam, por su parte, estaba mirando una foto de ella y él, juntos. Entonces lo hizo, maldijo el día en que ella llegó a Londres, el día en que tomó el arma, el día en que fue a buscarlo, cuando cambiaron de lugares, las emboscadas, los meses y noches enteras en el hospital, todas las lágrimas que no seco debido a que sentía que ella debía ser más fuerte para aceptar su trabajo. Maldijo el momento en que decidió que huir no era la mejor opción cuando lo cierto era que tenía miedo. Entonces recordó todas aquellas tardes jugando a la princesa, a los piratas y a todas esas cosas de las que, ahora, sentía que no había disfrutado lo suficiente. Su pequeña princesa había muerto y él no lograba encontrar el motivo. No quería aceptarlo, no podía evitar sentir que todo había sido su culpa. Maldición, tendría que haberse quedado con ella, no debería haber subido a ningún avión sin ella.

Los tormentos que los atosigaban, el silencio que presidió a los ataques de furia, las lágrimas mudas y las palabras ahogadas habían quedado suspendidos en el aire, dejando que el dolor creciera más y más. Sufrían, después de todo, era ella quien solía consolarlos luego de un mal día, pero ni ella ni Harry regresarían porque ya se encontraban en un lugar mejor donde ya no habría balas ni dolor, donde ya no quedaría nada que pudiera hacerles daño alguno.

La hermana de Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora