La hermana de Liam Payne

diecisiete

Los meses pasaron y las misiones mas peligrosas les eran encomendadas a Elizabeth y a Harry. Louis y Zayn nunca estaban en casa. El colegio iba bien y Liam habia comenzado con una empresa de automoviles que empezaba a dar frutos.

Esa noche salieron de la casa. Elizabeth entró delante y se encargó de los primeros hombres. Aún era como las primeras veces. Sus ojos se cerraban con fuerza, murmuraba el perdón y cerraba los ojos del muerto.

Subió al segundo piso mientras Harry se encargaba del sótano. Era una casa llena de mafiosos. Creyeron que sería difícil, pero ambos eran talentosos en eso. A Harry no le agradaba la idea de separarse pero debían hacerlo. Elizabeth mató al que creyó el último del piso. Una billetera cayó de su bolsillo. Ella frunció el ceño y la tomó. Al abrirla se encontró con dos fotos. Un nene y una nena, ambos muy chiquitos. Ese hombre tenía hijos, tenía una familia. Quizá todos las tuvieran. Las lágrimas se agolparon en sus ojos y cayó de rodillas llorando junto al hombre.

-Lo siento tanto,- murmuró.- yo no quería esto.- escuchó unos pasos a su espalda. Un chico de cabellos rojizos le apuntaba con su arma.- Matame,- suplicó ella.- no merezco vivir. No después de todo lo que me vi obligada a hacer.

El chico bajó el arma con el ceño fruncido.

-No creí que formaras parte de esto.- dijo con voz ronca.

-Pero lo hago y merezco la muerte porque maté a tantos que perdí la cuenta.

-¿Cómo terminaste acá? Me intrigas. No todos piden perdón luego de matar. Ninguno llora. Ese hombre mató niños y mujeres. Tantos hombres que son incontables, pero vos lo lloras.

-Él tiene una familia. Sólo los protegía.

-¿Lo conocías?- ella negó intentando secarse las lágrimas.- ¿Entonces cómo lo sabes?

-Todos intentamos cuidar a alguien.- murmuró ella.

-No voy a matarte.- susurró el chico.- Bajá. Ya no queda nadie, lo juro. Intentá salir de esto.

-No puedo. Si yo salgo vuelven a meter a mi hermano. No voy a dejar que hagan eso.

-Escapá antes que lleguen mas.- dijo él.

Ella bajó las escaleras y se topó con Harry.

-¿Estás bien?- preguntó él. Ella negó.- Vámonos a casa.

Salieron de la casa y subieron al auto. Harry arrancó y ella fijo su vista en la ventana.

-Su billetera se cayó, tenía fotos de sus hijos. Harry, ya no puedo con esto, simplemente no puedo.

Harry frenó el auto y volteó rápidamente. Se acercó a ella y la besó con urgencia.

-Elizabeth,- murmuró.- quiero sacarte, de verdad quiero hacerlo y sé que hay alguna forma. Estoy intentándolo, lo intento con todo mi ser.- las lágrimas resbalaban por sus mejillas.- Cada maldito dia te veo y lo único que quiero es alejarte de todo este peligro. Y detesto no haberlo logrado aun. Estoy intentándolo.

Ella se sentó sobre sus piernas apoyando su espalda en el volante y le tomó el rostro entre las manos.

-Lo sé. Lo sé, Harry. Te amo.- dijo limpiándole las lágrimas. Se acercó y lo besó. Él la pegó mas a él y la rodeó con sus brazos. Ella recostó su cabeza en el pecho de él. Permanecieron así un largo rato.

-Vamos a casa, no es seguro acá.- dijo él en un susurro besándole la frente.

Ella volvió a su asiento y él manejó hasta la casa.

-Son como nosotros, Harry,- la escuchó decir Zayn desde la habitación.- todos intentamos proteger a alguien.

El corazón se le encogió al oír esas palabras. Todos protegían a alguien. Ella protegía a Niall, a Liam, a Harry y puede que a Mike. Harry la protegía a ella, a Liam y a Niall. Louis la protegía a ella y a su primo. Y él, él la protegía a ella. La hubiera protegido contra un ejército entero desde aquel primer día cuando ella le tiró encima el café frío.