La hermana de Liam Payne

veintisiete

El silencio se instaló en la habitación tras la pregunta de Harry. Nadie decía nada, puesto que nadie lo sabía.
Elizabeth sintió como su hermano la pegaba más contra su pecho. Tenía tanto miedo del modo en que él pudiera reaccionar.
-Elizabeth, decime quién fue.- exigió Harry y ella jamás se había sentido tan lejana a él como en ese momento. Todo lo que vivieron juntos pasó frente a sus ojos, el modo en el que él había matado a Carl, en que la había besado e intentado protegerla. Ese Harry no parecía el mismo de aquellas ocasiones.
-Déjenme un minuto con ella.- pidió Liam y ella sabía que él estaba conteniendo la furia que sentía por el modo en que se aferraba a ella, como si fuera la poca cordura que aún permanecía intacta en el mundo de locuras en el que vivía.
Con pasos lentos, todos salieron de la habitación y ella se quedó con su hermano, en silencio.
-Cuando te vi llegar a Londres no pensé en todo el daño que mi vida podría causarte. Entraste en mi mundo y en el de todos los que estan acá. Te anclaste en nuestros corazones pero no creo que tengamos que llevarlos en todo esto. Tenemos que irnos, Elizabeth. -susurró Liam y ella sabía que él hablaba completamente enserio.
-No.- susurró.-La que tiene que irse soy yo. Yo causé todo esto. Es mi culpa y.. no soportaría que algo te pase, Liam.
La chica de levantó de la cama y se vistió rápidamente, ignorando el dolor en su cuerpo y las ganas que tenía de lavarse luego de haber tenido a ese asqueroso hombre divirtiéndose con su cuerpo.
Liam se aproximó y la detuvo.
-No voy a dejar que te vayas sola.- dijo él completamente serio. No estaba dispuesto a perder aquello que más amaba en el mundo.
-Hagamos esto.- dijo ella. -Salgan todos, tomen un avión. Nos encontramos en dos días al pie del obelisco en Buenos Aires.
-No voy a dejarte.- dijo él.
-Liam, o haces eso o voy a irme pensando en que fracasé en mi intento por salvarte. Voy a irme y voy a dejar que me maten por cargar con la decepción y el dolor de no haber podido salvarte, otra vez.
-Elizabeth.- susurró él, pero ya era tarde, la chica se había marchado.