cinco

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Almorzaron juntos y él insistió en llevarla a casa, pero ella se negó y dijo que otro día se verían. Él la vio alejarse, embobado.
Elizabeth estaba a pocas cuadras de la mansión Horan cuando un auto se detuvo a su lado. Divisó la penetrante mirada de Carl a través de sus lentes oscuros y comenzó a correr. La risa seca de él la hacía estremecerse. Él detuvo el auto frente a ella cortándole el paso. La chica intentó correr pero una mano la detuvo tomándola por el brazo con fuerza.
-Carl, por favor.- suplicó ella con lágrimas en los ojos.- Dejame ir.
-¿Crees que soy idiota? Te amo, Elizabeth, te amo con locura y no voy a dejar que te vayas de mi vida.
-Entonces que tu vida se termine.- dijo una voz a espaldas de ella.
Los ojos de la chica se fijaron en los de Carl. La bala entró en su frente, tiñéndolo todo de rojo. La fuerza de su mano disminuyó y se deslizó hasta el suelo.
Una enorme mano tomó la suya. Ella logró divisar el tatuaje de una cruz en esta. Volteó quedando frente a Harry.
-Sería mejor que lleguemos a la casa.- dijo él frío y la llevó hasta el auto.
Cuando bajaron en la casa, él ni siquiera volteó a mirarla, solo entró. Ella entró en la casa y divisó a Liam. Él se acercó rápidamente.
-Ese Carl no va a causar mas problemas.- dijo Harry haciendo que ella se estremeciera.
Liam la llevó hasta la habitación y se sentó con ella en la cama.
-Vamos a comer algo.
-Ya comí.- dijo ella.-No te preocupes por mi, Liam. Todo está bien.
Él la miró y vio en sus ojos que ella mentía. La rodeó con su brazo y se quedó con ella hasta que se durmió.
-Está asustada.- dijo Harry cuando los dos se sentaron en la mesa.
-Lo sé.- dijo Liam.- Pero no puedo dejar que se vaya.
-Lo sé.- dijo Harry.
Ahí terminó la conversación. Ambos eran así, fríos. Liam lo era siempre que no estaba con Elizabeth. Era como si ella lograra ingresar en su armadura, era algo que ella siempre hacía. Ella lograba llegar al corazón de la gente.
...
Los meses pasaron. Elizabeth ya no se ponía tan nerviosa cuando su hermano y Harry salían. Lo que la ponía nerviosa era la atracción que sentía por Harry. Él, simplemente la atraía con su corazón de hielo, pero ella no existía para un chico como él o eso pensaba.
La puerta se abrió y ella permaneció en su habitación. Escuchó los pasos en la escalera.
-Tenes que hacer algo.- gritó al teléfono.- Vos nos mandaste sabiendo que era imposible salir de ahí. Si, yo salí, pero Liam no.
La chica se puso de pie y se asomó a la puerta. Vio a Harry revolear su teléfono y entrar en la habitación. Caminó hasta la puerta y lo miró.
-¿Dónde está mi hermano?
-Probablemente muerto.- gritó él y luego volteó. Al verla apretó la mandíbula con fuerza.- No quise decir eso,- masculló.- él es inteligente, puede salir.
-Te escuché, Harry.- dijo ella con lágrimas en sus ojos y la mandíbula apretada.- Voy a buscarlo.
Sacó un arma y caminó hacia las escaleras. Harry, que no salía de su asombro, se apresuró a detenerla.
-No vas a ningún lado.
-Voy a buscar a mi hermano.- dijo ella con las lágrimas cayéndole por el rostro. Levantó el arma, apuntándole.- No vas a detenerme.
Bajó lentamente las escaleras sin perderlo de vista y echó a correr. Había escuchado a dónde irían, sabía cómo llegar. Corrió por las calles y un auto le cortó el camino.
-Vamos. Así va a ser más rápido.- dijo Harry.
Ella subió rápidamente y él volvió a arrancar a toda velocidad. Llegaron al lugar y ella abrió la puerta pero Harry se estiró volviendo a cerrarla.
-Yo voy. Quedate acá.
-No voy a dejarte ir solo.
-Te quedas acá.- dijo él apretando la mandíbula.
Ella se acercó a él y lo besó. Rápidamente se separó y bajó del auto adentrándose en el lugar. Harry bajó furioso tras ella. La tomó por el brazo e hizo que se agachara detrás de un contenedor para que no los vieran.
-Volvé al auto, Elizabeth.- dijo él firme. Ella negó y él la tomó por la cintura acercando sus labios a los de ella.- Por favor.
Ella retrocedió unos pasos y, en lugar de obedecer a Harry, corrió dentro, donde ya no había vuelta atrás. Dos tipos se alejaron y ella divisó a Liam amordazado en el medio del enorme galpón. Miró arriba. Sólo había dos hombres a la vista. Subió las escaleras en silencio y se encargó del primero, pasándole un cuchillo que llevaba en su zapatilla, por el cuello. Lo depositó fuera de la vista y caminó sigilosamente hacia el otro. Harry la miraba intentando detenerla pero ya era tarde. Ella repitió el acto con el segundo hombre y revisó que no hubiera nadie mas a la vista. Liam miraba a Harry y Harry la miraba a ella. La chica volteó haciéndole una seña a Harry para que desatara a Liam.
Bajó las escaleras y vigiló que nadie se acercara mientras Liam se ponía de pie. Ella le dio su arma y los tres se dirigieron a la salida. Era como una sombra. Nadie la veía, ella se encargaba de los posibles atacantes en el camino. Llegaron al auto y Liam subió atrás y ella delante. Se alejaron rápidamente.
-Te dije que yo iba.- explotó Harry.
-Y yo te dije que no iba a dejarte ir solo.
-Era peligroso.
-Liam estaba ahí.- dijo ella firme.
Él detuvo el auto de golpe y volteó a mirarla.
-¿Y si algo te pasaba? ¿De qué hubiera servido tu valentía si te hubieran matado a vos y a Liam?
-Eso no pasó.- dijo Liam firme.-Arrancá, Harry.
El chico de rulos hizo caso y ella fijó su vista en la ventana. Liam puso su mano en el hombro de ella pero Elizabeth se apartó. Harry la miraba de reojo enojado, preocupado, confundido. Esa chica se había metido por debajo de sus muros y ya no habría forma de que saliera.

La hermana de Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora