Don't damn me ~ Izzy x Slash

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La luz roja que indicaba que alguien estaba grabando en el estudio estaba encendida. El micrófono captaba el sonido de la talentosa voz de Axl Rose, quien se meneaba mientras cantaba. En la parte del instrumental, miro a través del vidrio al resto de la banda, quienes estaban sentados en un sofá. Izzy leyendo una revista, Steven sentado sobre el regazo de Duff mientras le daba mimos y Slash mirándolo a él fijamente.

Sonrió de lado, devolviéndole el contacto visual de manera coqueta pero él no sonrió, no le causaba ni alegría ni gracia. El pelirrojo rodó los ojos antes de volver la vista a las hojas sobre el atril para seguir cantando.

Hudson dejó de prestarle atención, mirando primero al pelinegro a su lado quien no despegaba la mirada de su revista de chisme barato que compró en alguna esquina. Luego miro a su otro lado, Steven acariciaba los cabellos del bajista mientras él lo tomaba de su cintura, murmuraba cosas en su oido que lo hacían reír de forma dulce y mover sus piernas sobre su regazo con emoción.

—Te amo mucho. —dijo el más alto.

—Yo más. —respondió el otro.

—No, yo te amo más.

—Claro que no, yo te amo más.

Era algo incómodo verlos así pero sentía tanta envidia. Volteo nuevamente hacía Izzy, quien levantó la cabeza para mirarlo e hizo una mueca de asco por lo que acaba de escuchar.

Slash frunció su ceño, demostrando molestia hacía el guitarrista rítmico.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó él.

—Después hablamos.

Stradlin suspiró, rodando los ojos antes de volver su atención hacia las hojas plagadas de comentarios pasivo-agresivos hacía algún famoso que gracias a todo lo bueno del Universo, no eran ellos.

La luz se apagó y la puerta de madera fue abierta, el pelirrojo camino hacia el resto. Iba estirándose cuando los miro a todos.

—¿Saldremos ésta noche?

—Hoy no, Steven y yo tenemos planes. —dijo, sonriendo como en la mayor parte del tiempo desde que comenzaron a salir.

—¿Y ustedes dos? —preguntó, mirando al otro par.

—No ésta vez. —dijo Izzy, hablando por los dos.

—Bien, entonces, nos vemos mañana —saludó el pelirrojo mientras tomaba su mochila del piso para salir. Si nadie de la banda quería ir a emborracharse con él, llamaría a Vince para que le hiciera compañía esa noche.

—Nosotros ya nos vamos también. —Duff se paró del sofá cuando el baterista salió de encima suyo. —Hasta mañana —estrechó la mano de forma amistosa con ambos guitarristas antes de tomar la de su novio para irse.

Seguramente la pasaran mejor que nosotros. —pensó Saul.

—Bien, ¿De qué querías hablar? —él era de los que les gustaba ir al punto de una sola vez y no dar tantas vueltas.

—¿Por qué nunca me prestas atención? —hizo una pregunta que logró que la expresión de Stradlin de cansancio cambiara a una de atención.

—Yo siempre te doy atención. —contestó. —Te beso, voy a tu casa, te he hecho el desayuno, te trato bien en la cama, te recojo en mi moto. —enumeró con sus dedos. —Y muchas cosas más.

—Pero sólo haces eso cuando estamos solos. ¿Por qué no lo haces aquí en el estudio o en público? ¿Te avergüenzo o qué?

Izzy suspiró. —No, no me das vergüenza, sólo que no es algo que se me de bien.

—¿Sabes? Creo que deberíamos darnos un tiem-

—¡No! —gritó antes de que pudiera terminar la oración. —Te amo, Saul, no quiero perderte.

—Yo tampoco pero quizá esto no está bien. Los chicos ni siquiera saben que somos pareja. Axl coquetea conmigo todo el tiempo, y eso es culpa tuya.

—No me culpes de cosas que yo no hice.

—¡Ese es el problema! Cosas que TÚ no hiciste. Por ser tan frío conmigo, parece que no somos nada. No me das cariño nunca. ¡Mira a Steven y Duff! ¡¿Por qué no podemos ser como ellos?! —pensó que iba a llorar mientras decía todo eso.—¡Malditos sean todos! ¡¿Es tan difícil de entender?! ¡¿Tan malo es que pida cariño de mi novio?!

El guitarrista rítmico lo dejó hablar, mirándolo apenado. Después permitió que el silencio se hiciera. Era su culpa, lo reconocía pero no podía cambiarlo.

—Lo siento. —dijo finalmente. —Lo siento mucho. —no eran palabras que se escuchaban a menudo de él. —Pero ya no me maldigas, Saul, porque yo te amo.

—Y yo a ti —restregó su cara con sus manos, queriendo evitar llorar. Sintió como los brazos de él lo rodeaban, buscando darle calor y demostrarle algo del cariño que le pedía.

One-shots; Guns n Roses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora