Don't Cry ~ Slash x Steven

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El ruido molesto y chillón del timbre hizo que Slash se levantara con pesadez de su cama. Así como estaba, con el torso descubierto y despeinado se dirigió a la puerta de entrada.

—¿Qué quiere a esta hora? —preguntó cuando abrió la puerta, suponiendo que era el casero pues había estado molestandolo para que le pagara unos pocos centavos que le debía de la renta. En seguida quitó su ceño fruncido pero cuando al abrir los ojos se encontró con su rubio baterista. Él tenía una expresión de tristeza y la cara llena de lágrimas secas.

—Mi novia acaba de dejarme, Slash. —le dijo, mientras sus ojos volvían a cristalizarse.

La cara de él cambió a una de arrepentimiento. —Oh, mierda —pensó. —Pasa, Steven, pasa. —se hizo a un lado.

—Siento mucho la hora, pero eres el que vive más cerca de mi. —se disculpó con él. —Llamé a mamá y dice que no me preocupe pero ella está tan lejos de aquí.

—Hey, no tienes que disculparte. —le dijo. —Espera aquí un segundo. —volvio rápido a su cuarto para ponerse una camiseta y un pantalón, sería muy incómodo estar en ropa interior con él cuando estaba pasando por algo tan difícil.—Siéntante. —indicó el pequeño sofá individual, mientras iba por una silla de la mesa.

Adler secó sus lágrimas con un pañuelo de tela que tenía en el bolsillo de su pantalón y que había estado usando antes. Hudson puso una de sus manos sobre su hombro.

—No llores, si te dejó es porque no te merece. —dijo palmenado su hombro.

—¿Puedo abrazarte? —pidió entre sollozos. Realmente necesitaba el contacto físico pero no quería tener que incomodarlo por eso.

—Ven aquí —abrio sus brazos, dejando que el rubio se metiera entre ellos para seguir llorando.

Fácil estuvo unos diez minutos ahí, sollozando y echando disculpas al aire cuando nada malo había hecho él y ese bastardo se había marchado con otro sólo porque se aburrió. No pasó mucho tiempo más para que se quedara casi dormido sobre el guitarrista, tal vez por la calidez que sentía allí o por lo cansado que estaba de tanto llorar.

—Oye, no te duermas —acaricio su espalda.—¿No quieres salir a despejarte?

El baterista alzó la cabeza. —Esa es una buena idea.

[ . . . ]

El antro parecía que reventaría de tanta gente. Fue difícil para ambos entrar pero con un poco de chantaje del sucio al guardia de la entrada pudieron pasar. La música estaba fuerte y las luces bajas, perfecto ambiente en el que tanto Steven como Slash se perdieron por un rato de los dos.

Se volvieron a encontrar chocandose de espaldas cuando ya pasaban de las cuatro de la mañana, los dos trataban de no involucrarse en una pelea que se había formado en el centro de la pista de baile y que incluía una botella rota como arma.

—Ya mejor salgamos de aquí —le dijo Hudson mientras lo tomaba de la muñeca para largarse de ese lugar.

Afuera ya parecía que amanecería y ellos andaban juntos por la acera.

—Me divertí contigo esta noche. —declaró el rubio, subiendo el cierre de su chaqueta. Tal vez no habían estado pegados todo el tiempo, pero habían llegado juntos y juntos se iban a ir.

—Yo igual. —le sonrió, feliz de saber que lo había ayudado a distraerse al menos un poco.

Cuando llegaron a una esquina, se miraron por unos segundos. Tenían que separarse ahí.

—Bien, ya me voy, nos vemos luego. —el de rulos puso sus manos en sus bolsillos, dándose la vuelta para marcharse.

—Hasta luego. —saludó Adler, caminando rápido para llegar a besar su mejilla izquierda antes de que se fuera.

Con las mejillas coloradas de vergüenza, Slash camino hasta su casa y Steven a la suya.

One-shots; Guns n Roses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora