Bad Apples ~ Axl x Steven

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Axl relamió sus labios viendo como el rubio más bajo se agitaba al golpear en diferentes partes de la batería. Su cabello saltaba con él mientras se mordía el labio inferior, con los ojos entrecerrados. El pelirrojo estaba parado con las manos en la cintura en frente suyo, sin despegar la vista de él, comiéndoselo con los ojos básicamente. Steven no notaba su mirada, así que daba igual.

Sólo quedaban ellos dos en el garaje, el resto de la banda se había marchado a un bar cerca de ahí.

—¿Ya podemos terminar? —preguntó, estaba cansado. —Hace mucho calor aquí. —limpio el sudor de su frente con una de sus manos.

—Sí, no hay problema —dijo. —Lo hiciste genial. Quiero que sigas así.

El rubio sonrió, sintiendo sus mejillas calientes. Amaba los cumplidos pero cómo
era extraño recibirlos por parte del cantante, los adoraba cuando venían de él.

—Mira lo que traje. —habló el más alto, sacando un par de cervezas de su mochila y dándole una al otro quien seguía en su banqueta, quedándose recargado en una de las paredes su lado.

—Gracias —le sonrió, abriendo la lata mientras se ponía de pie. —Aunque creí que iríamos con los chicos.

—De hecho, Slash ya se fue a casa y Duff e Izzy fueron a buscar compañía por ahí. —le dio un trago a la cerveza. —Así que no creo que los encontremos. Pero no te preocupes, —se enderezó. —Yo te voy a hacer compañía hoy. —tomó uno de los mechones rubios del otro.

—¿Q-Qué? —lo miró algo asustado, dejando la lata por ahí.

—Vamos, no te hagas el tonto, yo sé que quieres —subió su mano, llevándola a su cuero cabelludo para empezar a acariciar ahí.

—Axl, yo- —no pudo decir nada pues unos labios se pegaron a los suyos con fuerza, empezando a moverse casi de inmediato. Quiso seguirle el juego pero fue básicamente imposible para él.

Rose dejo la lata en el tom base, sin importarle si se arruinaba al caerle el líquido, aunque mucho ya no quedaba. Puso su mano libre en la nuca del otro, para atraerlo más a él. Las manos de Adler buscaban con algo de nervios donde estar, optando por la espalda de su compañero, tirando un poco de su camiseta sin mangas.

Cuando el mayor sintió que ya era suficiente, se separó con fuerza. Le gustaba enseñarles rápido a sus parejas quien mandaba.

—¿Por qué hiciste eso? -preguntó, mirándolo a los ojos con cierta sorpresa.

—Porque estoy aburrido y tú igual, así que divertamonos un poco. —tomó una de las manos del otro, haciendo que se pusiera de pie para después llevarlo hasta el sofá desgastado que estaba ahí para que se sentara y él lo hizo a su lado, mirándolo con algo de picardía antes de volver a unir sus labios.

Busco acariciar un poco sus piernas mientras volvía a besarlo, el rubio se dejó pues estaba bastante a gusto con la situación, sin embargo, no quería que escalara tanto en el sucio sofá del garaje donde practicaban. El colorado no pretendía ir muy lejos tampoco, sólo morder esos sabrosos y carnosos labios a los que les tenía ganas desde hacía meses.

Steven se acomodo un poco mejor, dejandole lugar entre sus piernas, Axl sonrió y se colocó entre ellas bajando lentamente hasta tenerlo debajo suyo. El baterista lo abrazó por la espalda, comenzando a sentirse excitado.

—Eres muy lindo —declaró el mayor. —Esa boquita que tienes... —acarició con su dedo pulgar el labio inferior algo hinchado. —Sirve para otra cosas además de decir idioteces todo el tiempo.

Adler quiso responder pero Rose lo mandó a callar rápidamente. —No quiero que digas nada, ya terminamos por hoy. —se puso de pie, dejandolo sentando en el sofá algo confundido.

—¿Ya te vas?

—Tú sabes que sí. —le contestó, tomando su mochila del piso. —Pero nos veremos mañana. —acarició un poco su cabello.

—Está bien —dijo algo decepcionado. Pensó que quizá podrían haber llegado a más, pero no fue así.

—¿Quieres que te lleve a casa? Así no te quedas solo hasta tan tarde. —ofreció. Después de haber visto su cara, algo de compasión tendría.

—No, yo puedo quedarme solo y no me pasará nada —respondió firme, dejando salir ese otro lado suyo que no le gustaba, aunque sabía cuando usar. Axl abrió grande los ojos pero no sé dejaría intimidar por él.

—Como quieras. —se colgó la mochila sobre uno de sus hombros y abrió la puerta del garage. Pensando en que una aventura con él no sería tan mala idea, como sea, esa vez sólo fue una probadita.

One-shots; Guns n Roses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora