Apettite for destruction ~ Axl x Slash

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Un plato de cerámica voló sobre su cabeza, estrellándose contra la pared y partiendose en varios y pequeños pedazos al instante.

-¡¿Qué mierda te pasa?! -gritó el cantante.

-¡Es lo que mereces, perra! -respondió Saul.

De inmediato sintió la cólera apoderarse de él, haciendo que su vientre de revuelva de la bronca. Dispuesto a seguir con la pelea, levantó su puño cerrado y se le acercó, dejando caer sus nudillos sobre su rostro. La marca roja ardía en la mejilla izquierda del más alto.

-¡Estás loco! -le reclamó el guitarrista, sosteniendo su rostro adolorido.

-Ajá ¿Y tú no? Vete y no vuelvas nunca más.

La ira le carcomía la cabeza totalmente. Se marchó del apartamento de su novio con su ceño fruncido. A pesar de que Axl había tratado de elaborar una disculpa que fuese mínimamente convincente, la verdad es que lo hecho, hecho está y él sabía en lo que se metía cuando decidió revolcarse con otro.

No importaba cuánto Rose le gritó que lo escuchara, ya lo había arruinado todo.

Supuestamente había salido con algunos amigos a un bar y se había puesto bastante borracho, un chico se le acercó y después no sabe bien que hizo.

Slash reconocía que la pasión entre ellos se había acabado hacía mucho ya pero eso lo tomó totalmente desprevenido, sobre todo porque él aún trataba de encender esa "chispa" de amor, ahora se daba cuenta que era imposible sacar fuego de cenizas viejas.

Llegó hecho una furia a su casa y lo primero que hizo fue lavarse la cara con agua fría para tratar de bajar el calor que sentía en su mejilla. Luego de haber cerrado el grifo, sólo se hecho a llorar.

«Ese desgraciado no vale tus lágrimas» pensó, aún así le lloraba. En el frío piso del baño se replanteó todo lo que había hecho, lo que había dicho y, peor aún, jurado por él. Cuando tomo fuerzas para levantarse del piso, se acostó en su cama. Concilió el sueño casi de inmediato.

El teléfono sonó a eso de las nueve, sacándolo del sueño en el que había caído. Se levantó rápidamente para contestar.

-¿Slash? -el corazón se le estrujó en el pecho al oir la voz de su novio, mejor dicho exnovio.

-¿Por qué llamas?

-Ven a casa, por favor. -se lo escuchaba algo desorientado.-Por favor, te extraño aquí.

-¿Quieres que vaya a tu casa? -preguntó, aunque ya sabía que era eso lo que quería.

-Sí, ven, te estoy esperando.

Hudson no lo pensó mucho. Sólo se dirigió al baño para lavarse la cara, peinarse un poco y ponerse desodorante. Luego de eso, tomó sus llaves y abrigo para salir de la casa, cerrandola después.

Caminó solo por las calles iluminadas en farolas resplandecientes. La gente pasaba a su lado sin mirarlo y los autos igual. No importaba que fuera tarde, para la gente apurada nunca lo era.

Llegó al edificio donde vivía su pareja y ahí fue cuando empezo a dudar, lo hizo varias veces, preguntándose si subir o no por el ascensor. No estaba seguro de que lo quería hacer. De todos modos, lo llamó y entró cuando sus puertas se abrieron.
Al llegar al piso, tocó la puerta del 3B y el pelirrojo le abrió. Estaba tambaleándose y algo atontado. Su apariencia y olor delataban que había bebido.

El de rulos iba a decir algo, pero el otro lo detuvo.

-Sólo pasa, por favor.

Él obedeció. A decir verdad, era la primera vez que escuchaba al vocalista decir "por favor" tantas veces en un solo día.
Se sentó en el sofá, ese en el que tantas veces se habían declaro su amor y no sólo declarado, sino también demostrado.

El otro se sentó a su lado y se dejó caer sobre él, con la cabeza apoyada en sus rodillas. Mirándolo fijo con sus ojos aguados. Slash tomó uno de los mechones y suavemente lo deshizo. Luego se dedicó a acariciar sus cabellos, quitándoselos de la cara, dejándolos caer sobre sus piernas.

-Lo siento, mi vida. -dijo el pelirrojo.

-Yo lo siento más -le respondió.

-Todavía te amo. -preguntó Axl.

-Lo sé.

-¿Tú me amas? -cuestionó luego de un breve silencio.

-Sí, te amo.

-¿Y me perdonas?

Hudson no estaba seguro de como le daba la cara para preguntarle algo así después del daño que le causó.-También, te perdono. -aún así, le contesto de esa manera.

Porque no importaba que dijera o hiciera, Axl era la droga más adictiva que había existido y por ello, la más destructiva que podía haber. Porque no importaba cuánto daño le hiciera, Hudson lo necesitaba, no podía simplemente decirle que no. El amor bipolar de su novio era la más grande adicción que tenía y eso lo estaba destruyendo lentamente.

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sé que no es un canción, que es el álbum, pero me obsesioné con el disco y me pareció interesante hacer esto aunque no haya quedado tan bien como me hubiese gustado. Prometo mejorar más adelante!

One-shots; Guns n Roses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora