Capítulo once

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-TESORO-

Río al tiempo que voy dejando a Alessio atrás, al cual dejé absolutamente en silencio con la respuesta que le di sobre Enzo, lo cual le dije más que nada para enfadarle, en venganza porque me hubiera tratado como un objeto de su propiedad. Fue incómodo, molesto y nada romántico así que se lo merece. Porque es que, ¿no es verdad que pienso que si a mi mejor amigo hoy lo veo solo como mi mejor amigo las cosas podrían ser diferentes en un futuro?

—¿Por qué te alejaste de esa manera? —pregunto a Enzo, postrándome frente a él y con los brazos en jarras. Él alza sus ojos azul grisáceos hacia los míos. Me lo he encontrado en el teatro de la escuela. Adiviné que estaría ahí por ello fue el primer sitio donde lo busqué, a mi mejor amigo le gusta actuar, de hecho ha protagonizado varias de las principales obras que ahí se han realizado, aunque sé que no estudiará nada relacionado, ya que sé que estudiará Economía y Finanzas, pues tiene el deber de hacerse cargo en un futuro de los negocios de su familia.

—Solo no quise ser un estorbo, Aitana —dice, al tiempo que aparta la vista del libro que leía antes de mi llega, cerrándolo y acto seguido lo mete en su mochila.

Frunzo el ceño.

—¿No quisiste ser un estorbo? ¿Qué estás queriéndome decir con eso?

Inhala.

—Pues eso que has oído, no quería ser un estorbo entre tú y tu... novio, por ello me alejé. Después de todo, ¿no dicen que mucho hace el que no estorba?

Es mi turno de inhalar en tanto me siento en la silla a su lado.

—Tú no estabas estorbando nada, es tonto lo que has dicho y que te alejaras de esa manera, porque en primer lugar, ¿quién dijo que Alessio y yo somos novios?

—¿No lo son?

Humedezco mis labios.

—Claro que no lo somos. —Suspiro—. No lo éramos antes de que sucediera todo lo que pasó por la mentira de Ginevra y cortáramos lo que teníamos, ya que no se le llegó a dar un nombre, y seguimos sin serlo ahora.

—Oh, Siguen en una relación sin nombre, supongo —comenta. Al parecer Leti no le dio todos los detalles.

—Ahora no tenemos nada.

Me ve fijo a los ojos.

—¿No tienen nada?

Meneo mi cabeza en negación.

—No, se podría decir que hemos vuelto a ser solo esos compañeros de clases que éramos antes de que... surgiese aquello entre los dos —comento, aunque sé que no es del todo cierto.

—Pensé que... después de haber sabido que Ginevra solo lo inventó todo ustedes... retomarían lo que tenían, sobre todo cuando yo sé que... sientes mucho por, Cassiano.

Tuerzo el gesto.

—Sí, siento mucho por, Alessio —no tengo problema en decirlo porque se trata de él—. Eres mi amigo y a ti no te puedo ocultar cosas, había estado sintiendo cosas por él desde hacía tres años. Desde que puso un pie en nuestro salón de clases y fue presentado como nuestro nuevo compañero yo dejé tan poco de mirarlo desde entonces, que cuando se me acercó aquel día y me habló al fin yo recuerdo que fue la cosa más emocionante que me sucedió hasta ese momento, luego cuando al final comenzó a suceder aquello entre los dos, me cegué un poco ante todo lo que me causó desde que le conocí, y que aquello estuviera pasando cuando creí que algo como eso no me sucedería, no con él que me olvidé por un memento quien era ese chico.

»Ante lo que sentía y esa nube en la cual me tenía, me olvidé que Alessio es lo que se podría considerar un donjuán, ¿no? No ha salido con una ni con dos chicas durante los últimos años, han sido varias a las que además, les ha roto el corazón al poco tiempo de haber comenzado cualquier cosa con alguna de ellas, así que bueno, digamos que cuando todo se aclaró si bien pude haber retomado lo que teníamos no lo hice. Me pregunté si de igual modo debido a su famita así Ginevra no hubiera hecho lo que hizo al final un chico como él no hubiera terminado rompiéndome de todos modos, así que eso es lo que me hizo frenar el retomar lo que teníamos aun cuando...

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