Capítulo seis

754 127 60
                                    

CONSUELO, REENCUENTRO

Aitana

Cinco días más tarde, sigo diciendo que mi noviazgo con Alessio no se ha reanudado, sin embargo, sigo aceptado cada beso que me roba, sigo dejando que me tome de la mano, y entremos juntos a clases cada día y que incluso se siga colando en mi habitación, porque definitivamente no puedo rechazar sus contactos. No puedo rechazar nada que venga de ese chico, punto, es por esa razón que cuando salimos de clases ese día, no estoy yendo a casa con mis hermanos. Acepté cuando me dijo que quería mostrarme un lugar, aunque antes envié un mensaje a mi madre —papá está de viajes—, para avisarle porque no llegaría a casa a la hora de siempre. No hizo preguntas, solo me pidió cuidarme.  

—¿Ah que no vives está experiencia todos los días, principessa? Es genial —Alessio dice, mientras estamos en un autobús, ya que él no tiene auto debido a que su madre se lo confiscó.

Sonrío. Nuestros dedos están entrelazados. Él no deja de tocarme y yo soy incapaz de rechazar sus contactos, lo lamento por ser tan débil.

—De hecho —río—, es mi primera vez subiéndome en un autobús —confieso.

Alessio esboza una bonita sonrisa mientras acaricia la piel de mi mejilla con su mano libre.

—Siendo así, me alegro mucho de darte tu primera vez en un autobús.

—Me has dado muchas… primeras veces, Alessio —me atrevo a confesar. Su sonrisa se expande, y sus ojos adquieren un brillo deslumbrante mientras se acerca a mi boca, arrimándose más a mí, su calor traspasándome, aunque no me besa, no aún.

—Tú también me has dado muchas primeras veces, principessa, demasiadas.

Mi corazón se acelera.

Alessio toma mis labios en un beso dulce y cálido, uno corto, antes de que se aleje, pero no me quita los ojos de encima. Me mira todo el tiempo mientras retuerce un mechón de cabello entre sus dedos.

—Es hermoso estar contigo así otra vez. Te eché mucho de menos, principessa.

—Tú y yo no estamos juntos de nuevo, sin embargo —digo. Él sonríe, negando.

—Aceptas mis besos y todos mis toques, sin embargo, ¿cómo es eso de que todavía no estamos juntos de nuevo?

Suspiro.

 Podría no tener demasiado sentido el que diga que Alessio y yo no estamos juntos cuando apenas cinco noches atrás lo dejé no solo volver a besarme, me tocó, me hizo vivir esa experiencia tan bonita, que me llenó tanto y al mismo tiempo, me dejó vacía y con ganas de más, sin embargo, no es tan simple.

—Digamos que eres como ese chocolate adictivo que no puedo rechazar, y no me la pones fácil porque eres insistente. Sabes que no me puedo resistir y solo te aprovechas de mi vulnerabilidad, y mi necesidad de ti.

—Yo… —tapo sus labios con un dedo.

—Pero Alessio, todavía sigo enojada, todavía me duele que me mintieras —señalo—. Lo que hiciste ese día persiguiéndonos a Enzo y a mí, es una imagen aún muy molesta en mi cabeza. Lo siento, no me puedo deshacer de la mala sensación, de la incomodidad y el dolor por el engaño, aunque me gustes tanto que no me pueda resistir a ti —dejo salir, porque no es nada más que la verdad, parecerá algo absurdo, pero no para mí. Estoy feliz de que esté yendo a terapias, y puedo entender un poco las razones por las que actuó de esa forma, mas, aun así, su engaño, su desconfianza, es una espina incrustada en mi corazón que todavía lastima.

—Lo entiendo —dice, con un hondo suspiro—, pero de nuevo, Aitana mirarte a los ojos mientras te mentía fue en verdad horrible. Te lo prometo.

—No lo dudo, sin embargo, sé que si Enzo no lo hubiera gritado para toda la escuela, habrías seguido mintiéndome.

La Melodía Que Nos Une ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora