La Melodía Que Nos Une ✓✓

Capítulo catorce

–SUSURRAN LAS ESTRELLAS–

Mi padre lo dijo bastante en serio cuando aseguró que nuestra conversación tras haber descubierto lo de Alessio, no había comenzado siquiera, así que en cuanto la cena terminó me encuentro frente a él y mamá en estos momentos.

—Bien, mocosa. Ahora quiero que me lo cuentes todo —pide, con sus brazos en jarras y sus ojos oscuros  sobre mí, esperando respuesta.

Paso saliva.

—Ya te conté todo antes —gesticulo, sabiendo que no es tal—. No hay más nada que contar. Alessio es un chico que… me gusta mucho, pero como te aseguré y luego de un consejo de mi madre de que me lo merezco todo, solo nos estamos conociendo poco a poco sin que yo tenga la intención de ir a más con él hasta que yo sienta que se lo ha ganado.

Mi padre mira a mi madre.

—¿Significa que tú lo sabías? —cuestiona, con sus ojos negros en su esposa.

Mamá me ve un segundo, luego a papá asintiendo.

—Sí, me lo contó.

—¿Y me lo ocultaste? ¿Desde cuándo tú y yo tenemos secretos, Carolina? ¿Cómo fuiste capaz de no contarme que está señorita —me señala— estaba viéndome la cara?

Mis labios se abren en un círculo, ¿viéndole la cara? Que exagerado.

—Iván cielo, no hagas un drama de esto. Es verdad que sabía que nuestra hija… estaba empezando a gustar de un muchacho por primera vez, me lo contó luego de pedirme que se quedara entre nosotras, y lo respeté. Mi deber como madre es respetar a mi hija.

Observo a mamá, quien me guiña un ojo y luego me envía un beso.

—Bien, Aitana —papá regresa su mirada a mí—. Quiero que me lo cuentes todo.

Observo un segundo a mamá, después a papá.

—Ya te conté to…

—No —me interrumpe—. No me crees tonto, jovencita. Eres mi hija y te conozco lo suficientemente bien para saber que no me dijiste todo, así que comienza a darme todos los detalles. ¡Vamos! —ordena, sus ojos negros clavados en mí, una ceja alzada y los brazos en jarras, esperando que cuente lo que él adivina no le contado.

Por Dios… Me paso la mano por la frente. Observo a mamá y su mirada me dice lo que ya sé: es mejor que le cuente todo a mi padre y lo haré, porque a decir verdad, tampoco es que hubiera hecho algo tan malo como haber sido casi novia de Alessio de manera oculta y mentirle, bien se sabe que no me agradó nunca.

—Vale, papá. Te contaré todo desde el principio, pero tienes que prometerme que me dejarás contártelo y explicarte todos los detalles, ¿está bien?

Me mira serio durante un segundo, luego asiente.

—Bien, escucha atento y deja que termine. —Tomo un par de inspiraciones profundas—. Bien —vuelvo a decir, sin saber por donde comenzar, buscando las palabras hasta que las encuentro—. Hace tres años que no podía dejar de mirar a un muchacho de mi salón. Por mucho que me lo propusiera no podía quitarle los ojos de encima ni controlar todo lo que… hacia que sintiera por él. Aunque estábamos en la misma clase solo surgieron apenas unas miradas, jamás me atreví a dirigirle la palabra y menos él a mí, hasta que un día de acercó en la biblioteca. Estaba mal en una materia en la cual yo tengo la nota máxima y me… pidió unas tutorías. Ese día sentí que se me saldría el corazón por la boca porque el chico que me había estado gustado desde hacía años se acercó a mí, me habló aunque fuera para pedirme un favor.