–INTRIGA–
Afortunadamente, en lugar del golpe que esperaba sentir y del cual juré no me levantaría, mientras me imaginé en tan solo un par de segundos, rompiéndole el corazón a mis padres que sé se volverían locos de dolor, mis hermanos y mis amigas, además de él, solo sentí un tirón antes de que me viera cayendo sobre un cuerpo duro que me protegió del destino que vi correr con la misma velocidad con la cual latía mi corazón hacía mí, cuando creí que ese auto me pasaría por encima.
Mi corazón está latiendo a una velocidad tan alarmante que amenaza con destrozar mi caja torácica, la sangre me golpea con furia tras las orejas y no puedo controlar el temblor en mi cuerpo, como una hoja en mitad de un vendaval. Segundos, tan solo un par de segundos más y en este momento estaría en mitad de esa calle…
—¡¿Q- qué coño, Aitana?! —su voz, mitad alterada, mitad aliviada, casi la escucho en la lejanía, pues aún sigo aturdida, como si todavía estuviera ahí, paralizada e imaginando mi trágico final—. ¡Demonios! ¿Cómo es que ves venir un puto coche hacia ti y te quedas paralizada en mitad de la jodida carretera? ¿Qué habría pasado sí…? Joder, joder… casi me matas de un infarto.
Saliendo un poco de mi trance, enfoco los ojos de Alessio y solo hasta ese momento puedo darme cuenta de que no soy la única que está temblando aceleradamente, y mi corazón no es el único que late totalmente embravecido, ya que siento el suyo latir con rapidez contra el mío. Me encuentro totalmente tirada sobre su pecho, mientras sus brazos me tienen sujeta en un agarre duro y firme.
—Yo… —apenas puedo hablar, porque no puedo dejar de pensar incluso si el peligro ya pasó, estoy totalmente a salvo. Alessio salvó mi vida, no me detengo a pensar cómo pudo llegar hacía mí tan rápido, lo único que importa es que acaba de salvar mi vida en apenas un par de segundos antes de que ese auto me arrollara.
—Por Dios, lo vimos todo, ¿están bien? ¿Aitana? —reconozco la voz de Carola, que se acaba de acercar y junto a ella Bruna y Emilia.
—E-estoy bien —logro decir, en medio de un balbuceo, mis ojos llenándose de lágrimas mientras mis dedos se aferran con fuerza a la camiseta de Alessio. Muerdo mis labios intentando no echarme a llorar de verdad gracias al susto que acabo de pasar, aún temblando sin que pueda hacer nada para evitarlo, pero no puedo contenerlo y comienzo a sollozar de verdad—. E-estoy… —soy incapaz de decir una sola palabra más, porque me rompo, mis hombros sacudiéndose ante mis sollozos.
A veces, no apreciamos tanto la vida o no sabemos lo mucho que queremos vivir hasta que durante un solo segundo la muerte parece que estira su mano para agarrarte.
—Estás bien —en medio de mis sollozos, escucho murmurar a Alessio, que acaricia mi espalda con caricias rítmicas—. Estás bien, principessa. Estás a salvo, estás a salvo —repite y escucho sus suspiros de alivio, uno tras otro.
Elevo mi rostro, mirándolo a través de mis ojos nublados por las lágrimas, mismas que se arrastran a través de mi cara y mojan mi leotardo rosa.
—G-gracias —murmuro como puedo, apretando con más fuerza la tela de su camiseta—. Gracias por… salvarme.
Alessio me abraza, más fuerte de lo que ya me estaba apretando. Su corazón continúa latiendo a un ritmo enloquecido.
—Jamás permitiría que te pasara nada si puedo evitarlo —respira duro y fuerte—, pero por favor, Aitana, para la próxima si ves un auto venir hacia ti no te quedes parada en medio de la carretera, corre y sálvate, joder.
—N-no pude —sollozo—, es que me asusté y… y.
—Shh —susurra en mi oído, sus manos aún presionándome contra su pecho con fuerza, como si quisiera meterme dentro de sí para protegerme, e inconscientemente me doy cuenta de que empujo más y más hacia su pecho, queriendo meterme en su interior—. Respira, solo respira. Ya pasó.
![](https://img.wattpad.com/cover/296889218-288-k412699.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Melodía Que Nos Une ✓✓
Novela JuvenilLIBRO 7 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» LIBRO I y LIBRO II •••• El sueño más grande de Aitana Forter, es llegar a ser una primera bailarina de ballet y poder bailar en los grandes escenarios del mundo, pero ese no es su mayor problema, aún. Su prob...