La Melodía Que Nos Une ✓✓

Capítulo veinticinco. (Final libro 1)

–FUISTE TÚ–

No existe nada más desgarrador que confiar tanto en una persona y, que esa persona no sea capaz de confiar en ti de la misma manera o que te mienta.

Saber que Alessio fue capaz no solo de mentirme esa noche, y durante días en los que pudo ser honesto, pero no lo fue, me siguió en mi salida con Enzo, de verdad que me derribó.

Yo confío en él, respeté que saliera con la araña venenosa porque entiendo que son amigos y está en todo su derecho de hacerlo, él solo fingió que confiaba en mí para luego… Joder. Decir las palabras siquiera me desgarra por dentro como no lo ha hecho casi nada nunca.

E ahí la razón por la cual durante días no intenté preguntarle, me negaba a confirmar que no era una intriga más de Ginevra porque supe desde el inicio que de ser cierto me destrozaría.

 Y ha resultado que no fue una intriga más de esa araña, Alessio me mintió, no fue a ese concierto con Nano porque estaba muy ocupado siguiéndome mientras disfrutaba con mi mejor amigo. Tengo un dolor en el pecho que me dobla en dos, que quisiera meter mi mano dentro y arrancármelo yo misma solo para ya no seguir sintiendo ese dolor, me está quemando como fuego al rojo vivo, pero no hay forma de acabar con él. Es más fuerte que todo.

Acepté que Alessio fuera celoso y posesivo, incluso si me molestaba que fuera de esa manera, pero de ninguna manera puedo aceptar lo que hizo, porque eso es inaceptable. No tiene ninguna justificación.

Alessio y Enzo no solo casi se mataron el uno al otro, hasta que fueron separados por el entrenador y algunos de sus amigos, debido a la regla de cero violencia en la escuela la directora los regañó furiosa antes de que les diga que estarán suspendidos durante una semana, y además, tendrían que realizar trabajos comunitarios por su mala conducta, eso lo supe porque Letizia me envió un mensaje para decírmelo ya que siquiera fui capaz de permanecer un momento más en la escuela después de eso, no me creía siquiera capaz de ver a Alessio a la cara luego de haberme enterado de su acto sucio, ya que lo es y tampoco podía con todas las miradas sobre mí. Nunca fui la nerd oculta a la que nadie ve, pero tampoco fui demasiado popular, sin embargo, haberme hecho novia del más popular de la escuela me convirtió en una.

 No sé cómo se enteró Enzo de que Alessio nos siguió aquella noche, pero eso ya no importa. Lo supo y no me lo dijo a mí, fue capaz de gritarlo en frente de casi toda la escuela que mi novio me siguió como un psicópata acosador mientras salía a una cita con mi mejor amigo porque no me tiene ni puta confianza.

—Muñequita, ¿qué ocurre? —me pregunta mi tía Kiera. He intentado contenerlo, pero no he podido así que ella ha visto en seguida las lágrimas en mis ojos cuando estoy entrando en casa. 

—Hola, tía —susurro, llegando hacia ella.

— ¿Qué pasó? —me pregunta ella mientras me coge el rostro húmedo entre sus manos y me ve con preocupación, con esos ojos tan idénticos a los de mi madre y la abuela Camila, no quedando duda alguna de que son madre e hijas—. ¿Por qué has llegado del colegio antes de la hora reglamentaria y, tienes esos ojitos húmedos?

Me voy a los brazos de mi tía Kiera y sollozo contra su pecho.

No muchos minutos más tarde entra mi madre por la puerta de casa, y se alarma al verme llorar en los brazos de su hermana. Como si supieran que tenían que aparecer en el momento correcto, mi padre también aparece aunque él no había ido a la oficina el día de hoy sino que es uno de esos días en los que decidió trabajar desde casa. Muchas veces lo hace, ya que dice que ir a la oficina cada día lo asfixia un poco.

—Pensé que no tendría que llegar a esos extremos, pero prometí que si ese muchachito ponía una sola lágrima en los ojos de mi hija lo lamentaría —gruñe mi padre, pues entre los tres han comenzado a interrogarme para saber por qué llamé al chofer para que me recogiera antes alegando sentirme muy mal, y tan pronto he dicho Alessio, se ha puesto como un toro bravo viendo rojo.