╭══════•>☇<•══════╮𝗟𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼 𝗰𝗮𝗺𝗽𝗲𝗼𝗻𝗲𝘀
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Heather permaneció sentada, consciente de que todos los que estaban en el Gran Comedor la miraban. Se sentía aturdida, atontada. Debía de estar soñando. O no había oído bien. O tal vez esperaba a que Dumbledore riera y dijera algo como: «Bromita, bromita.»
Nadie aplaudía. Un zumbido de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Heather, que seguía inmóvil, sentada en su sitio.
El ruido de alguien cayendo contra el suelo resonó por todo el comedor, pero Heather no se inmutó ante la persona aparentemente desmayada.
En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El anciano inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo.
Heather se volvió hacia Ron y Hermione. Más allá de ellos, vio que todos los demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor la miraban con la boca abierta.
—Yo no puse mi nombre —dijo Heather—. Lo saben, ¿cierto?
Uno y otro le devolvieron la misma mirada de aturdimiento.
En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.
—¡Heather Potter! —llamó—. ¡Heather! ¡Levántate y ven aquí, por favor!
—Vamos —le susurró Hermione, dándole a Heather un leve empujón.
Heather se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff.
Le pareció un camino larguísimo. La mesa de los profesores no parecía hallarse más cerca aunque caminara hacia ella, y notaba la mirada de cientos y cientos de ojos, como si cada uno de ellos fuera un reflector. El zumbido se hacía cada vez más fuerte.
Después de lo que le pareció una hora, se halló delante de Dumbledore y notó las miradas de todos los profesores.
—Bueno... cruza la puerta, Heather —indicó Dumbledore, sin sonreír.
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𝖧𝖾𝖺𝗍𝗁𝖾𝗋 𝖩𝗈𝗌𝖾𝗉𝗁𝗂𝗇𝖾 𝖯𝗈𝗍𝗍𝖾𝗋
Fiksi Penggemar𝖰𝗎𝖾́ 𝗏𝖺𝗅𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗍𝖾 𝗏𝖾𝗌 𝗍𝖾𝗆𝖻𝗅𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝗆𝗂𝖾𝖽𝗈, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝖺𝗋𝗋𝗂𝖾𝗌𝗀𝖺́𝗇𝖽𝗈𝗍𝖾 𝖺 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗿𝗹𝗼. 𝘑. 𝘎𝘶𝘦𝘳𝘳𝘦𝘳𝘰