🅳︎🅸︎🅴︎🅲︎🅸︎🅽︎🆄︎🅴︎🆅︎🅴︎

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𝗘𝗹 𝘃𝗮𝘀𝗮𝗹𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗟𝗼𝗿𝗱 𝗩𝗼𝗹𝗱𝗲𝗺𝗼𝗿𝘁

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Hermione dio un grito. Black se puso en pie de un salto. Heather saltó también como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

—He encontrado esto al pie del sauce boxeador —dijo Snape, arrojando la capa a un lado y sin dejar de apuntar al pecho de Lupin con la varita—. Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil —añadió.

Snape estaba casi sin aliento, pero su cara rebosaba sensación de triunfo.

—Tal vez se pregunten cómo he sabido que estaban aquí —dijo con los ojos relampagueantes—. Acabo de ir a tu despacho, Lupin. Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te llevé una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa. Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba. Te vi correr por el pasadizo seguido del Señor Granger.

—Severus... —comenzó Lupin, pero Snape no lo oyó.

—Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo... Lo que sea a entrar en el castillo, Lupin. Y aquí está la prueba. Ni siquiera se me ocurrió que tuvieran el valor de utilizar este lugar como escondrijo.

—Te equivocas, Severus —dijo Lupin, hablando aprisa—. No lo has oído todo. Puedo explicarlo. Sirius no ha venido a matar a Heather.

—Dos más para Azkaban esta noche —dijo Snape, con los ojos llenos de odio—. Me encantará saber cómo se lo toma Dumbledore. Estaba convencido de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado...

—Idiota —dijo Lupin en voz baja—. ¿Vale la pena volver a meter en Azkaban a un hombre inocente por una pelea de colegiales?

¡PUM!

Del final de la varita de Snape surgieron unas cuerdas delgadas, semejantes a serpientes, que se enroscaron alrededor de las muñecas y los tobillos de Lupin. Este perdió el equilibrio y Heather no perdio tiempo en acercarse hasta él y atraparlo.  Con un rugido de rabia, Black se abalanzó sobre Snape, pero Snape apuntó directamente a sus ojos con la varita.

—Dame una razón, te lo suplicó —pidió Snape.

Black se detuvo en seco. Era imposible decir qué rostro irradiaba más odio.

—Severus, no seas tonto —advirtió Lupin desde el suelo.

—No puede evitarlo ahora —dijo Black.

—Sirius, cállate —ordenó Remus, su cabeza estaba recostada en el regazo de Heather.

—¡Cállate tú, Remus! —contradijo Black.

𝖧𝖾𝖺𝗍𝗁𝖾𝗋 𝖩𝗈𝗌𝖾𝗉𝗁𝗂𝗇𝖾 𝖯𝗈𝗍𝗍𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora