No soy él.

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Minutos que para Kai fueron interminables, la sensación de pérdida de algo importante lo tiene al borde de la locura, dentro de la sala sabe que su bebé está siendo atendida, pensó que una vez que su hija tuviera atención médica él se sentiría más tranquilo, pero ese pensamiento fue fugaz porque llegado ese momento él muere de angustia, los pensamientos nuevos por supuesto son negativos, porque el médico puede ser el mejor, pero no todo está en sus manos, lo sabe, así es la vida.

Cuando Kai ve al médico salir se acerca a él sin meditar nada, no le importa invadir el espacio personal del hombre, incluso lo toma del brazo como si fuese el ancla al que se sujeta para no ahogarse. A Kai se le sale un sollozo con el gesto del médico, parece que podría absorberle con los ojos y eso le da pavor, porque parece que ese hombre guarda algo demasiado grande.

-Mi bebé.. No lo diga.. No..-Kai usó sus manos para aletear el aire, como diciéndole al médico que cierre la boca, no está preparado, quiere que le dé unos segundos más de esperanza antes de hacerle una herida mortal, porque una vez que lo diga todo estará perdido.

-Misa chan..-

-¿Qué?.. No entiendo.. Mi hija, dígame como está ella-Kai de verdad no entendió, no es que no escuche, el médico está frente a él, y problemas auditivos no tiene.

-Misaki.. Misa-Nowaki se ahoga un momento, se traga su propio sollozo y al fin pierde el control que no perdió en un principio por estar en shock y por dedicarse a salvar a una pequeña- ¡Misa chan!-

Una persona abraza a otra, la desesperación es impresionante, Nowaki no para de decir lo mismo, no deja de apretujar la cintura estrecha, no para de inhalar el aroma algo distinto pero similar al pasado, no puede detener la histeria pese a que es un hombre muy tranquilo y comedido.

Kai por su parte no reaccionó de inmediato, cualquiera pensaría que si te abordan de esa manera, lo obvio sería apartar a la otra persona, pero no es su caso, y no todos reaccionan igual, porque el que invadan su espacio personal causa una gran inseguridad y no todos son valientes cuando sienten inseguridad.

-Déjeme.. Por favor déjeme y dígame como está mi hija- Kai intentó ser lo más claro posible pese a que la voz salió llorosa y suplicante, solo le importa su bebé en ese momento, no entiende a ésta persona pero seguramente está confundido.

-Misa chan.. Definitivamente no te soltaré, no dejé de buscarte, día a tras día no dejé de pensar en ti, en como estarías, no podía dormir ni comer adecuadamente sin saber si estabas bien, me arrepiento, me arrepiento de nuestra última conversación, perdóname, te dije que no quería volver a verte, y no pensé..- Nowaki apenas puede ordenar lo que dice, se hace hacía atrás y toca la cara de Misaki, está tan emocionado que le tiemblan las manos- Misa chan, no dejé de buscar, estás aquí, y no te dejaré ir otra vez, lucharé por ti, estaremos juntos, voy a amarte siempre-

Nowaki no mide su locura, no dimensiona que las preocupaciones del chico frente a él son otras, que ese chico con suerte le a escuchado, es más, parece pendiente de ver a su alrededor como para pedir ayuda en cualquier momento, pero eso a él no le importa, no puede detener sus impulsos, por eso besa al otro en los labios precipitadamente, recuerda ese sabor, la textura fina y tibia, nunca podría olvidar el sabor tierno de Misaki.

Kai sin embargo se llena de terror, también de ira pues lo único que quiere es ver a su hija y saber que está bien, ahora tiene que lidiar con un loco y no tiene la estabilidad para algo así, por eso muerde fuerte y empuja al médico.

-Mis..-

-¡Basta! No soy esa persona que usted dice, ¡Déjeme en paz y dígame como está mi hija!-

-Misa chan..-

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