Primera Vez.

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Las manos de usagi san por lo general son tan frías cómo los témpanos de hielo, sin embargo, ahora hierven, acaloradas caminan por su cuerpo en una técnica agradable y placentera.

Misaki no puede evitar ponerse ansioso, la desnudez propia, la desnudez ajena, era demasiado para su atolondrada mente y corazón, inexpertos de la pasión sobre un lecho de amantes.

Hace algo tonto.. Se sonroja absurdo mientras sostiene una almohada sobre su rostro. Sus ojos están cubiertos a la vergüenza, pero no sus oídos, ellos siguen cumpliendo su función. El calor de las palabras de Akihiko golpean su canal auditivo.

No lo soporta, no porque le desagrade, si no porque no sabe cómo jugar con él, se siente aún más torpe sin saber que responder, así que hace lo de siempre y le dice que es un pervertido.. Es sincero y le habla de su vergüenza, le pide que se detenga o no podrá continuar.

-Misaki, suelta esa almohada-Akihiko exige con una sonrisa retorcida.

-No-

-Misaki-ríe casi en una carcajada.

-No, ¡Dije que no!-

Akihiko toca sus piernas con las palmas completamente extendidas, goza con el temblor de Misaki, su inocencia le conmueve y también calienta su sangre.

Es su esposo, lo sigue siendo, no se lo a dicho a Misaki, pero en realidad, nunca firmó los papeles y logró que legalmente el proceso se congelara.

Las caricias, los inevitables besos, caen sobre la piel de su pequeño amante, se entretiene alrededor de su ombligo y sigue el feliz recorrido hasta colarse bajo la gran almohada.

Se encuentra frente a frente con sus ojos, Misaki está llorando.

-¿Misaki?-

-L..Lo siento.. No se cómo se hacen éstas cosas usagi san.. Intenta al menos no avergonzarme tanto-

-La vergüenza solo sirve para dejar ir las oportunidades, no tienes que avergonzarte de nada Misaki, estás con tu alfa, harás el amor con él, dijiste que me amas, yo te amo, entonces nada nos detiene-

-U..Usagi san..-

-Aunque.. Si tanto quieres aferrarte a esa almohada, aquí me tendrás, contigo debajo de ella y nos aferraremos los dos, te haré el amor aunque tenga que soportarla sobre mi cabeza-intentó bromear.

Pensó que Misaki se reiría y le regañaría por hacer bromas en un momento así, pero no. Tiritando, y con dulces titubeos, atrae la almohada y su cabeza hacía él.

Se besan.

Lo hace con ansias, empuja, la extiende y hace que su lengua baile en la tibieza de su boca. Lame todo, prueba y goza, a Misaki se le acumula la saliva, Akihiko chupa su lengua, se frota contra sus papilas ofreciendo un agradable sabor.

Entierra tanto su lengua que parece querer saborear hasta su úvula. La saliva sale por su comisura, Misaki se siente algo ahogado con la pasión del beso, piensa que usagi san es muy caliente en su actuar.

Akihiko le dice que lo ama, lame su barbilla, se acerca a la vena palpitante de su cuello y mastica su piel.

Acaricia sus hombros con ambas manos, desciende por sus brazos hasta llegar a sus codos, duda, se detiene y le abraza.

-¿Usagi san?-

-Amo tu cuerpo-

-Ugh.. T..Tonto-

Akihiko no deja de mirarle y le pone nervioso. Con una mano sostiene su rostro, así que ahora está seguro que lo que quiere es que no deje de verle a los ojos. Su otra mano acaricia sus pezones, hace que se endurezcan, que de cosquillas, es agradable, le hace gemir.

Fragilidad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora