Veneno.

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Tic toc.. Tic toc... Su cavidad auditiva grabó el rítmico sonar del antiguo reloj.

Fuera una buena o una mala situación, siempre gustó de tomar el aroma del ambiente.. Oír un sonido específico, o ver un color que resaltara entre los demás.

Algo que le rememorara los momentos más importantes de su vida.

Nunca se acostumbró a la realidad de su cuerpo frágil, sabía que su existencia podría ser efímera cómo un precioso arco iris.

Fingir era lo mejor, le había resultado desde que tiene uso de razón.

Así disfrutaría cada segundo.. sin remordimientos.

-Tsumori san, gracias por la nueva receta, me a hecho bien, debo retirarme-

-Misaki, ésto que haces.. ¿No escuchaste nada de lo que te acabo de decir?..

Debes empezar un tratamiento, aún hay esperanzas, solo debes.. -

-Se hace tarde, mañana tengo una entrevista muy importante en el lugar dónde trabajo, podría ascender.. No quiero llegar tarde.. ¿Que pensarán de mi?-

-Misaki, morirás si sigues con tu actitud esquiva.. Si esa es tu decisión, la respetaré, pero necesito que me digas que eres consciente de tu estado y del diagnóstico que te acabo de dar.. Si no lo haces, te derivaré con un psiquiatra-

-Yo.. Tsumori san, que tenga buen día, deséeme suerte-

-No digas que no te lo advertí, te recomendaré con un buen psiquiatra-

Misaki tomó su bolso, hizo un asentimiento de agradecimiento, y salió con la misma calma con la que entró.

Nada estaba saliendo bien.

Nada estaba saliendo bien

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-Misaki.. Sube al auto-

-Shizuku san.. ¿Que.. -

-Tenemos que hablar, las condiciones con Akihiko cambiaron, debes saberlo-

-D..Debo ir a..-

-Lo sé, te llevaré, no llegarás tarde-

-Yo.. No quiero-

-Misaki, si no fuera importante, ni siquiera me aparecería frente a ti-

-Está bien.. Hablemos-

-¡Buenos tardes!, Usami sensei, más le vale que tenga listo el manuscrito-

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-¡Buenos tardes!, Usami sensei, más le vale que tenga listo el manuscrito-

-Tsk.. ¿Que haces aquí?, un día de éstos, cambiaré la cerradura de la puerta-

-Jajaja sensei, sabe que eso no servirá de nada, siempre encontraré la manera de llegar a ti, y hacerte cumplir con tu deber.

El manuscrito, ¿Lo tiene listo verdad?-

-Ni de cerca, ahora vete, sabes que estoy trabajando, no me gusta que me interrumpas-

-Si no quiere verme, debe ponerse a redactar, la revista no tolerará otro aplazamiento, la imprenta está esperando, sabe que a quién presionan es a mi.

¡Usami sensei tenga piedad!-

-Mm.. dos días-

-¿Dos días?-

-Si, ahora puedes irte, no vuelvas hasta que se cumpla ese plazo-

-Usami sensei.. ¿Se siente bien?-

-Si-

-Mm.. No fume tanto, se ve más deprimente que de costumbre, no quiero enfermedades de excusa para no cumplir, no cargue a Misaki kun con más preocupaciones, en vez de un esposo parece un hijo.

Hablando de Misaki kun, traje chocolates belgas, entrégueselos de mi parte, dígale que son de sus favoritos, acaba de llegar un nuevo lote a la ciudad, y tengo la suerte de ser amiga del distribuidor-

Luego de que la mujer se fuera, Akihiko tomó entre sus dedos, la oscura caja de chocolates.

Evocaba con gracia, la pequeña escena de celos hace años atrás.

Al principio, Misaki siempre fue muy esquivo con sus sentimientos.

Aún lo seguía siendo, al punto de ser denso.

Pero siempre sabía cómo llegar a él.

Sus ojos comenzaron a ver borroso, sus encías picaron.. Supuestamente era uno de los tantos efectos del medicamento que estaba ingiriendo.

Daba igual..

Esperaba que el celo, su percepción del olfato y su descontrol de feromonas, fueran cediendo y aminorando con el tiempo.

Daba igual si se lastimaba con aquellas píldoras de todos colores, daba igual si moría intentándolo.. Pero nunca.. Jamás se perdonaría envenenar a Misaki con su presencia.

Fragilidad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora