Misaki despierta y a los pies de la cama, justo sobre un sofá, su vestuario está pulcramente extendido sin arruga a la vista. Cerca del baño, una mujer le llama con un par de toallas en la mano, no la hace esperar, se quita la ropa de cama de encima y se sienta con buenos ánimos. El día anterior fue el último de su tratamiento puertas adentro, ahora tiene permitido salir y hacer su vida normalmente, pero sin olvidar en regresar a ese lugar cada tres días, y siempre y cuando siga manteniendo en absoluta reserva parte de lo que a vivido en esa mansión medieval.
Pese a que no a convivido mucho con el delta que lo ayudó, ese hombre huraño resultó ser muy buen consejero, solo le bastaron un par de palabras para que él pudiese ver su situación de forma diferente. Gracias a él ahora es fiel a si mismo, tiene una mentalidad renovada, sus ansias de vivir no las cargará en nadie, el ser humano es frágil y tiende a romperse de vez en cuando. No puede poner su vida en cimientos que ciertamente se quiebran sin dar aviso, haciéndole caer y desear morir. Sus ánimos no pueden depender de Akihiko, ni de nadie, es muy riesgoso y no quiere eso ni para él ni para su bebé.
Misaki pensó seriamente que cuando Akihiko le buscó aquella vez en su apartamento, no debió ceder, no debió besarlo ni casarse con él, en ese tiempo tenía razones miles para no estar juntos, ser un gamma ya era razón única y válida, una razón suficientemente poderosa para haberle alejado, fue ingenuo dando cabida a un amor honesto y a una ilusión que terminó por romperse.
Tanto Akihiko cómo Nowaki le hicieron el mismo ofrecimiento. Vivir bajo el mismo techo, alojarle. Él porsupuesto rechazó ambas propuestas, quiere sentirse independiente, por eso recuperó su trabajo, aunque con menos salario, eso no le importa, por ahora solo quiere trabajar, sentirse útil y mantener su mente ocupada de temas que salen de sus manos.
El delta que cuidó de él, le consiguió un alquiler muy decente y económico, era un departamento muy pequeño, de cincuenta metros cuadrados aproximadamente, pero estaba perfectamente ubicado y amoblado con todo lo necesario para vivir. Al menos ese sería su hogar en un principio, estaba feliz con que la cunita de su bebe entrara a un costado de su cama, cuando el cachorrito creciera se encargaría de encontrar algo de dos dormitorios. Solo debía trabajar adecuadamente para obtener un buen ingreso mayor que cubriera todos sus gastos.
Por suerte Misaki es un experto en ahorrar dinero, por ese lado no tiene problemas, incluso después de casarse con alguien a quién no le faltaba nada, siempre fue cuidadoso con los gastos básicos. Los enceres los compraba para dos semanas, así que al por mayor a veces era un poco más barato. Quizá para los demás no era mucha diferencia el ahorrar algunos yenes, pero cuando él lo calculaba anualmente, entonces todo ese ahorro daba para el pago de los gastos de un mes completo. Así que no es algo que Misaki se tome en broma, para él es muy serio, y ahora que debe independizarse, sus capacidades ahorrativas serán totalmente necesarias.
Con su regreso Misaki debe enfrentar a Akihiko, él quiere hacerse cargo de su paternidad y eso es algo que no puede ni quiere negarle. Siendo sincero, que Akihiko tenga la intención de cuidar al hijo de ambos es algo que calienta su corazón, porque quiere creer con todas sus fuerzas, que su bebé no puede estar en mejores manos que las de su propio padre, en caso de que él no lo logre.
Misaki sale por la puerta principal, se sorprende de que el delta esté ahí, dentro del automóvil, no pensó que él iría a dejarle a su nuevo hogar, no cuando apenas le ve la punta de su bonita nariz, el hombre baja el vidrio para quitarse las gafas y mirarlo con algo de molestia. Misaki se ríe cómo un niño nervioso, es obvio que quiere que se suba rápido para "no hacerle perder más su tiempo".
Misaki se sube al automóvil y se pone el cinturon, no debe preocuparse de su maleta pues el mayordomo ya se encargó de envíar sus cosas por adelantado. El auto parte y Misaki se sorprende por el cambio en la melodía.
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Fragilidad.
FanfictionPorque nada es lo que parece. Usami Akihiko, Takahashi Misaki.. Un amor contra todo pronóstico. Un amor doloroso.. Sufrido, abnegado, dulce y que pasa a hiel en segundos. Los personajes no son de mi autoría, pertenecen a la serie de manga Junjou rom...