𝐒𝐀𝐓𝐀́𝐍 | Taekook

CAPÍTULO XXX Maratón 5/¿?

9:00 p.m.

El sueño comenzaba a invadir a Jungkook. Las lágrimas en su rostro comenzaban a secarse y se acostumbraba a la ausencia de Taehyung pues este debía hacer unas cosas con Min y Kim.

Se sentía extraño estar en aquella casa y estar sólo. Las noches siempre eran las más tristes. Los miles de pensamientos se repetían en su mente, una y otra vez, llevándolo a imaginar cosas que no eran ciertas o no eran correctas.

Todo eso se esfumó al escuchar a los animales comenzar a hacer ruido. Pensó que sólo era algún ratón pasando cerca de ellos pues siempre que sucedía eso, ellos se asustaban pero... supo que no era un roedor cuando logró escuchar los pasos de alguien dentro de su casa.

Se sentó sobre aquel colchón mientras buscaba con la mirada algo para poder encender una de las velas que tenía cerca pero fue ahí cuando pudo escuchar risas y susurros.

Se puso de pie lentamente buscando algo con que defenderse pero no había nada. El miedo comenzaba a invadirlo y sólo pedía que Taehyung estuviera de regreso pronto. Él era fuerte pero muchas veces el miedo lo hacía no reaccionar al instante.

Estaba seguro de que se habían metido a su casa, probablemente para robar o... eso quería pensar. Ahora su familia era una de las que tenían más comida y cosas "lujosas" por lo que entendía que alguien quisiera hacer eso pero, si lograban llevarse algo... su padre no lo perdonaría a él y sinceramente, no quería seguir decepcionándolo.

Poco a poco salió de aquella habitación yendo por la oscuridad buscando algún palo o algo con lo que pudiera defenderse pero ni siquiera logró llegar a la otra habitación cuando sintió cómo alguien tapaba su boca mientras lo agarraba desde atrás. Comenzó a forcejear con aquel desconocido dándose cuenta que habían 4 personas más ahí dentro.

— Más te vale no hacer ruido o aquí mismo te corto el cuello. —Habló alguien en la oscuridad.

Jungkook frunció su entrecejo para luego tomar un poco de fuerza y así tratar de soltar sus manos pero en su lugar sólo recibió un golpe en el rostro logrando caer sobre el chico de atrás quien seguía sosteniéndolo. Su respiración se agitaba cada vez más y el enojo, al igual que el miedo, se combinaban para así querer defender su hogar pero, está muy claro que... 5 contra 1, es imposible.

— ¿Qué pasa, Jungkook? —musitó aquel— ¿ahora ya no está el hombre con el que te besabas?

La sangre del susodicho heló, ¿lo había visto?

— Parecías tan feliz con él... me das asco. —Escupió.

— ¿Es así cómo tienen tantas cosas? Vas a... meterte con hombres de dinero, ¿no?, ¿Quién era él? —Preguntó pasando aquel cuchillo lentamente por la mejilla del adverso notando su miedo.

— N-no sé de qué hablan. —Titubeó.

— ¿No? —rió— ¿Sabes lo que le pasa a las personas cómo tú? ¿A los hombres que... les gusta estar con otro hombre? —Bajó más aquel cuchillo llegando así hasta su abdomen— me das asco, Jeon.

— Yo no hice nada, lo juro, me están--

Otro golpe cayó en su rostro volviendo a dejarlo un poco débil mientras era sostenido por detrás.

— ¿Sabes por qué venimos? —sonrió— hace mucho que... no tenemos un encuentro íntimo con alguien...

No, no puede ser eso.

— Y tu cuerpo... es el más parecido al de una chica, así que... qué tal si vas quitándote la ropa ó... lo hago yo. —rasgó aquella camisa con el cuchillo.

Jungkook sintió su cuerpo comenzar a temblar mucho más. No podía moverse ya que dos de esos hombres lo estaban agarrando y los otros 3 estaban al frente, no podía huir.

— No... por favor váyanse, llévense lo que quieran pero no me hagan daño. —Pidió con mucho temor.

— No somos ladrones, sólo queremos divertirnos. Tú también lo harás, ¿te gustan los hombres no? ¿Qué tal si pruebas a 5 esta noche? Seguro que te gustará... —susurró al final.

En ese momento sin esperar más tomó la ropa del menor para así comenzar a rasgarla dejando ver su cuerpo el cual era iluminado gracias a la luz de la luna que entraba por las ventanas y la puerta principal.

Jungkook quiso gritar pero nuevamente habían tapado su boca y no lo dejaban moverse. Sus lágrimas comenzaron a salir mucho más rápido y su corazón se agitó al punto de que podía escucharlo en su cabeza. Fue ahí cuando vio cómo aquel chico abría sus piernas para así posicionarse entre ellas por lo que siguió intentando soltarse hasta que pudieron escuchar la puerta trasera abriéndose un poco fuerte, algo que logró que aquellos cinco comenzaran a sentir nervios.

Los sonidos de los pasos yendo hasta ellos retumbaban en aquellas cuatro paredes hasta que una sombra bastante grande se puso al frente. Todas las velas se encendieron "mágicamente" dejando ver así a aquel hombre de ropas oscuras y doradas con una mirada tan intimidante. Este observó con detenimiento aquellos rostros notando el miedo.

— Vaya, vaya... —musitó quitando el cigarrillo de su boca para luego dejar salir el humo— ¿ustedes... no eran los aprendices en la iglesia?

Uno de aquellos cinco chicos intentó salir huyendo pero todas las puertas se cerraron al mismo tiempo y en su lugar sólo sintió cómo era arrastrado por algo que no podía ver hasta dejarlo pegado a la pared... sin tocar el suelo.

— ¿Q-quién... quién es usted? —preguntó el mayor alejándose de Jungkook. 

— ¿Yo? —sonrió mostrando aquellos ojos tan rojos que hacían a todos querer orinarse del miedo— ¿Quieres averiguarlo tú mismo?

En ese momento aquel chico que estaba en el aire comenzó a sentir la sangre salir de sus ojos, nariz, boca y orejas. Los gritos de este bastante asustado por lo que estaba pasando se hicieron más fuertes, cayó rápidamente al suelo y sólo trató de ir hacia sus amigos pero estos sólo se alejaron más pues su rostro iba deformándose mientras más gritaba.

Jungkook desvió la mirada y sólo se puso de pie yendo detrás de Taehyung para así tapar sus oídos mientras cerraba sus ojos. No iba a poder dormir en semanas e incluso meses.

— ¿¡Quién eres!? —Gritó YungWon, el que rompió la ropa del menor.

En ese momento Taehyung llevó la mirada hasta él dándole una sonrisa bastante cínica mientras hacía que aquel otro que gritaba, se pegara contra la pared para así poder deshacerse de su sufrimiento. La sangre saliendo se sentía cómo fuego, estaba sufriendo, necesitaba morir en ese momento.

— Yo soy Satán.

Al terminar de decir aquello volvió la mirada hasta el azabache que seguía gritando para así quebrar sus huesos sin necesidad de tocarlo hasta llegar a su cabeza logrando asesinarlo al instante.

Se habían metido con la persona incorrecta.