La fría noche había caído. Lo que parecía ser un almuerzo se había convertido en una larga charla con aquel chico que tenía tantas cosas interesantes que contar. Todo había sido bastante agradable a pesar de que al inicio no quería ir pero... había "encontrado un mundo nuevo" ante cada palabra que aquel muchacho afirmaba.
Solo ahí podía darse cuenta que el mundo no era como sus padres se lo habían pintado desde un inicio. Había... tantas cosas que jamás pudo imaginar, tantas personas singulares que eran tan interesantes.
Estaba seguro de que volvería a aquella casa solamente para hablar con él. Algo que... a Taehyung no le gustaba.
— ¿Entonces? —preguntó Jungkook caminando sobre aquella oscuridad de vuelta a casa— ¿me dirás cómo es que él puede verte?
Satán permaneció en silencio, sin expresión alguna, sólo mirando el camino frente a ellos.
— Yo no sabía que... habían personas con esa cualidad —musitó luego de no obtener respuesta—. ¡Mañana volveré con él! —exclamó feliz dando pequeños saltos en cada paso— lo que vio en el bosque fue interesante, necesito saber quienes eran esas--
— No —respondió interrumpiendo.
El castaño borró poco a poco su sonrisa, sus saltos cesaron y en su lugar la curiosidad apareció.
— ¿Por qué no? Él... él es bueno, no me hará daño como los demás, puedo--
— Te dije que no —espetó volteando hacia él con una mirada un poco más dura.
— No entiendo... —musitó desanimado.
— No vas a volver a esa casa, no vas a volver a hablar con esa mujer ni con ese hombre; no saldrás de tu casa a menos de que sea para ir por comida o a tu trabajo, luego de eso NO vas a ir a ningún lado —entonó en tal palabra.
El menor mantuvo la mirada en él. Una mirada que fue brillando cada vez más gracias a las lágrimas, una mirada que demostró tristeza y enojo a la vez; una mirada... de una presa sin salida.
— ¿Me entendiste?
Él solo desvió la mirada al frente, esta vez, cabizbajo.
— Te hice una pregunta.
— Sí, mi señor —murmuró con el nudo en la garganta— no volveré a ir...
Taehyung sin decir nada más ignoró el lloriqueo del castaño para así seguir su camino, siendo seguido por él en cuestión de segundos.
No le había gustado para nada que su chico estuviera tan feliz de ver a ese hombre, he iba a hacer todo lo posible para que no volvieran a hablar pues sabía que Hoseok podría ser muy peligroso para él. No iba a poner en una cuerda floja lo que había logrado solo por una tonta amistad.
Lo que agradecía demasiado era que Jungkook era muy fácil de manipular. Todo lo que pedía, él lo hacía; todo gracias a aquella noche en la que se entregó en cuerpo y alma sin importar nada más. Estaba... a poco tiempo de obtener todo en él, a poco tiempo del caos.
• • •
La casa estaba en penumbra, solo se visualizaba las pequeñas decoraciones antes de llegar a la "habitación".
Jungkook entró después de Kim, aún en silencio y con las lágrimas al borde de sus ojos. Se sentía tan mal cuando él le hablaba de esa forma, le hacía... creer que lo estaba tratando como todos los demás, alguien insignificante que solamente debía obedecer ante sus órdenes sin ninguna objeción.
— ¿Puedo dormir ya? —preguntó con timidez manteniendo la mirada en el suelo.
El azabache suspiró, quitó el Gat de su cabeza dejándolo sobre un pequeño mueble para luego volver con el adverso, esta vez viéndolo de una mejor manera. Chasqueó sus dedos y repentinamente las velas cerca de ellos se encendieron, algo que muchas veces Jungkook le había dicho que le daba miedo.
— ¿Sigues molesto? —preguntó llevando con delicadeza sus dedos hasta la barbilla del susodicho para poder levantar su rostro— ¿Por qué lloras por esas tonterías?, ¿acaso te lastimé?
— No —gimoteó.
— ¿Entonces? —limpió las lágrimas— no deberías llorar por esas cosas. Tú sabes muy bien que lo hago por tu bien —se acercó lo suficiente hasta tomar su cintura— sé muy bien el tipo de gente que necesitas fuera de tu vida —musitó sintiéndose más cálido que antes.
El castaño sin decir nada solo observaba aquellos peculiares ojos.
— Tú entiendes el por qué lo hago, ¿cierto?
Asintió.
— No quiero que nadie vuelva a tratar de abusar de ti. Yo veo el mal en las personas, y sé que siempre es lo mismo. Te dicen cosas increíbles, te hacen sentir bien pero... son todo lo contrario, ¿acaso olvidaste lo que hizo el sacerdote?
Jungkook volvió a dejar que las lágrimas cayeran sobre sus mejillas. ¿Tenía que hacerle recordar eso?
— Nadie es bueno en este lugar, por eso debes confiar en mi... —susurró acariciando aquel bello rostro— yo debo ser el único en tu vida, yo jamás... te haría daño.
— No todos son malos...
— Claro que lo son —corrigió— ¿olvidas quién los creó?, vienen de un ser... que te manda al infierno si no crees en él —volvió a limpiar aquellas lágrimas.
— Es solo que... me siento solo —respondió abrazándolo— extraño a mis padres, extraño a mamá...
— Ella está bien —acarició aquel suave cabello.
— Quiero tener amigos, quiero... ya no sentirme... solo —repitió.
— No estás solo, yo estoy aquí —respondió algo molesto pero, trató de disimularlo— yo siempre estoy aquí.
El menor suspiró relajándose ante aquel abrazo. Dejó su cuerpo en manos de Taehyung disfrutando de las caricias hasta que sus miradas se encontraron de nuevo, su sonrisa apareció y, como acto seguido, se colocó de puntillas hasta que sus labios estuvieron sobre los adversos. Cerró sus ojos y luego de ser correspondido, volvió a acercarse un poco más hasta que el deseo de querer más lo invadió.
Luego de unos segundos, se separó. Sus mejillas estaban tan rojas que incluso era perceptible ante la cálida luz de las velas.
— Lamento haberme comportado así —musitó llevando sus manos hasta el lazo en su jeogori— por favor, acepte mis disculpas... —dejó ver poco a poco su pecho y hombros— ya no volveré a contradecir su palabra —musitó con timidez.
Taehyung lo observó con mucha atención. Su sonrisa apareció y sin decir nada, lo tomó de la cintura apegándolo a su cuerpo hasta volver a unir sus labios de nuevo, pero esta vez... logrando tocar su cálida y lechosa piel.
No era la forma que tenía en mente para arreglar el mal momento, pero no iba a negarse ante aquel cuerpo que lo hacía estremecer.
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𝐒𝐀𝐓𝐀́𝐍 | Taekook
FanfictionEn el momento en que te pones de rodillas, sientes tus ojos llenarse de lágrimas y pides misericordia a aquel ser omnipresente sientes que todos tus pecados son bañados con agua bendita de las preciosas manos del "Señor". Ruegas por piedad y das las...