𝐒𝐀𝐓𝐀́𝐍 | Taekook

CAPÍTULO XXXVII

2 días después. 

20 - 11 - 1750

— ¡Jeon!

El susodicho levantó la mirada encontrándose con aquella mujer de nuevo. Algo se sintió raro en su interior y sabía el porqué, pero, no sabía si era miedo o... solo eran los nervios al ver a aquella señora.

— Buenos días —sonrió.

— ¿Quieres ir a comer a casa hoy?, hice un buen almuerzo, fue muy difícil comprar una gallina en este lugar así que con Hoseok hablamos de que seguramente te gustaría comer con nosotros. No comemos eso todos los días, al menos no nosotros.

— Uhm... —se puso de pie jugando con el trapo entre sus manos.

— Anda, no has estado alimentándote muy bien —se acercó un poco más—, además, él dice que tiene muchas cosas que contarte —hizo referencia a su hijo.

Jungkook permaneció pensativo, ¿haría enojar a Taehyung de nuevo?, pero, era la primera vez en que alguien... lo trataba como un amigo y no como "El hijo del sacerdote". Necesitaba distraerse de todo lo que estaba sintiendo en su vida y esa sería una buena oportunidad, no obstante, se sentía algo inseguro. 

Últimamente "él" había estado muy extraño. Estaba mucho más al pendiente de cada uno de sus pasos, de sus acciones, de lo que decía o con quien se juntaba. Podía entender que lo estaba protegiendo pero, ¿por qué ahora que había conocido a Hoseok?, es decir, antes de él, sí, lo cuidaba pero ahora estaba llegando a un nivel donde incluso se sentía ahogado. Si era un "ser" que lo sabía todo, que veía y escuchaba cada cosa, que estaba en todos los lugares, ¿por qué se preocuparía tanto por alguien que... no era más que un simple joven que necesitaba amigos?, ¿Hoseok era malo?, ¿por qué lo quería alejar de él?, es que acaso... ¿es que acaso nadie en ese pueblo era alguien de fiar? 

De igual forma, ignoró todas esas alertas. Ya tenía 21 años y sabía cuidarse, sabía defenderse pero... por alguna razón, ya no era así. Estaba perdiendo fuerza en todos los aspectos desde que... quiso alejarse de Dios. 

— Sí, está bien —sonrió tímido. Estaba decidido a ir y pasar una buena tarde, después de todo, siempre estaba solo en casa. 

— Bien, iré a comprar lo que falta y te paso trayendo, ¿de acuerdo?

El castaño asintió. Sentía su corazón latir un poco más rápido de lo normal, mientras que un cosquilleo en su estómago se hizo presente. El trapo entre sus manos fue apretado un poco más sintiendo una vibra bastante extraña. Estaba solo, lo sabía, Taehyung no estaba ahí, nadie estaba en la iglesia, solamente él y... ¿Dios?

Era extraño ver como a través de los cristales de las ventanas se extendía un hilo de luz que daba directo al gran crucifico frente a él. El ambiente de repente era cálido y con un tono... naranja que lo hacía sentir en una realidad alterna. La llama de las velas alrededor de toda la iglesia se hicieron más grandes; un dulce aroma a jazmín se hizo presente y por primera vez luego de tanto tiempo pudo sentir esa sensación de estar... ¿a salvo?

Sus pies se movieron con algo de lentitud y torpeza hasta llegar hasta aquel altar en donde por inercia se colocó de rodillas admirando los hermosos colores en aquel altar. Sus ojos se cristalizaron y fue ahí donde dejó salir un profundo suspiro. 

Los recuerdos llegaron a su mente y de alguna manera el coraje se formó en su interior al igual que la vergüenza por haber blasfemado tanto frente aquel lugar donde... sufrió uno de los peores traumas en su vida. 

— Señor... yo... —murmuró bajando la cabeza lentamente buscando hacer una reverencia pero el sonido de alguien saliendo de la puerta a su derecha lo asustó. 

Su rostro palideció y sus ojo se abrieron tanto que era muy sorprendente su expresión. ¿Qué estaba pasando?, ¿por qué... estaba viendo eso?, no era real, no, él había muerto, todos lo vieron, estaba muerto, no podía estar vivo.

Sus palabras ni siquiera podían salir como balbuceos, simplemente... se había quedado estático en su lugar, observando la imagen de aquel sacerdote que lo hizo temer tanto, el mismo que quiso... arruinar su vida, arruinar su cuerpo y mente, el mismo que Satán había hecho pagar por sus pecados. 

Al cabo de unos segundos, el sonido de la puerta principal abriéndose y de los pasos aproximándose lo hicieron reaccionar. Al girarse, su mirada se encontró con la de Taehyung quien bastante preocupado iba hasta él para poder tenerlo entre sus brazos y así protegerlo de aquello que lo estaba aterrando. 

— ¿Jungkook?, ¿Qué sucede? —preguntó bastante asombrado por la expresión del susodicho. 

Este ni siquiera pudo abrir la boca, simplemente se aferró al cuerpo adverso buscando su lugar seguro. Quería olvidar lo que había visto, quería olvidar a aquél hombre y... creer que simplemente había sido su mente sugestionándose por estar solo en un lugar tan "tenebroso" como lo era el interior de la misma iglesia que lo vio crecer, las mismas cuatro paredes que le hicieron adorar a aquel Dios supremo, pero que también... le había causado pesadillas. 

— Tranquilo, estoy aquí —acarició aquel suave cabello—, nadie te hará daño —susurró. 

—Sácame de aquí —acotó. Fueron las únicas palabras que lograron salir de su interior mientras se inundaba en lagrimas sintiendo tanto terror por seguir en aquel lugar. 

Kim sin dudarlo lo tomó en brazos para luego salir de aquella iglesia llevándolo lo más pronto posible hasta su hogar pero... antes de alejarse por completo, volteó hacia aquella arquitectura y de su preocupada expresión se esbozó una sonrisa orgullosa por lo que había logrado. 

Sabía las intenciones de aquel "Dios", sabía que no iba a dejar que ese chico fuera suyo por completo y en cualquier momento seguiría atrayéndolo a su lado de nuevo pero, era muy difícil cuando él también tenía poder sobre todo a su alrededor. Él podía hacer todo lo que quisiera, y aunque fuera difícil (gracias a que ese chico seguía bajo el mandato del "todopoderoso"), iba a lograr lo que quería, hacerlo suyo por completo. ¿Iba a hacer todo lo que estuviera en su alcance?, por supuesto. Le demostraría su mayor miedo solo si así podría tenerlo en su camino de nuevo.

Quizás había sido cruel mostrarle a aquel asqueroso tipo pero, ese hermoso chico no iba a seguir en las manos equivocadas, ni mucho menos... ir con Hoseok.