''En mis recuerdos''

''Capítulo 34''

Por la señora Kim:

Desde pequeño, mi hijo JongHyun siempre fue más unido a su padre antes que a mí, que soy madre. La persona que le había llevado en su vientre durante nueve meses y la cual casi pierde la vida a la hora del parto. Aún así, traté de controlar mis celos y ser una buena madre, una un poco estricta, pero solo lo suficiente. Tan solo quería lo mejor para mí hijo, mi único hijo.

Ya que mi única obligación, era que mi pequeño JongHyun creciera bien y que fuera un joven digno de llevar el prestigioso apellido Kim, o al menos esas fueron las palabras de mi suegra cuando mi hijo nació. Y me centré tanto en corregirlo y educarlo, que poco a poco fui descuidando mi matrimonio. Al punto de sentir que mi esposo ya no me amaba como al inicio, cuando estábamos recién casados. Mi único consuelo era nuestro hijo, el fruto del amor tan grande que alguna vez hubo entre nosotros.

Pero conforme JongHyun fue creciendo, las cosas con él sólo fueron empeorando. Este comenzó a tomar actitudes muy extrañas, las cuales no me gustaban para nada. Y cuando intentaba hablar con él, este solo me evitaba, haciendo que todo fuera un gran misterio para mí. Pero por más que intenté hablar con mi esposo al respecto, él solo se limitaba a decir que debía darle su espacio. Y para cuando mi hijo llegó a la adolescencia, las cosas se salieron de control.

Tristemente, mi esposo enfermó, y esto solo hizo que las cosas se pusieran más tensas en casa. JongHyun se negaba a creer que mi esposo fuera a morir, mientras que yo hacía hasta lo imposible por evitarlo. Pero, para mi desgracia, ese maldito cáncer terminó por ganarme y apartar a mi esposo de mi lado. Tras su muerte, intenté acercarme a mi hijo, que tuviera conmigo la misma confianza que tenía con su padre.

Pero antes de morir, mi esposo me confesó algo que me negaba a creer. Este no dejaba de repetir que JongHyun era diferente, pero que aún así debía amarlo tal y como era, ya que yo era su madre y la única persona en la que podría buscar consuelo una vez él ya no estuviera más con nosotros. Y esto me puso realmente nerviosa. ¿A qué se refería con diferente? ¿Qué sabía él sobre nuestro hijo, que no sabía yo, siendo su propia madre?

Fue entonces que comencé a investigar un poco más sobre la vida de JongHyun, al punto de revisar su habitación y sus cosas, encontrando varias revistas para adultos. Y cualquier persona diría que aquello era algo normal en un joven de su edad, pero habían ciertas revistas que no me terminaban de gustar en lo absoluto. Ya que algunas de estas eran de hombres en lencería. Por no decir que eran revistas homosexuales.

Y esto me hizo cuestionarme sobre que tipo de preferencia sexual tenía mi hijo. Ya que de ser cierto lo que sospechaba, esto sería una completa deshonra hacia el apellido Kim. El prestigio de la familia estaría en juego, y no podía permitir eso, JongHyun era el único heredero de la familia. Por esa razón decidí enfrentarlo, pero este solo se molestaba y lo negaba. Diciendo que solo eran ideas mías.

Pero una vez cumplió la mayoría de edad, y se fue a la universidad, este decidió dejar la casa e independizarse. Dejándome completamente sola en aquella enorme y fría casa. Ya no tenía a nadie más que a la servidumbre. Y esto solo provocó que me volviera más obstinada. Había perdido a mi esposo, y ahora también a mi hijo. Pero no pensaba descansar hasta hacer que mi hijo regresara a casa y tomará su lugar como único heredero de los Kim.

Por esa razón, aquella noche decidí llamarlo, y suplicarle que viniese a verme. Ya que, a decir verdad, lo extrañaba mucho, me moría de ganas de verle, de ver cuanto a cambiado en los últimos años. Pero por su tono de voz, era evidente que la idea no le hacía mucha gracia, aún así me dijo que me confirmaría en unos días. Días que se volvieron eternos, a la espera de una respuesta. Pero cuando, finalmente, me confirmo su visita no pude sino emocionarme, ya que volvería a ver a mi hijo después de casi cinco años.