''En mis recuerdos''

''Capítulo 20''

Por JR:

Al llegar al bar, no tardé mucho en encontrarme con BumZu. Él ya había reservado un asiento para mí en la barra. Luego de sentarme, comenzamos a beber y desahogarnos. No tardé mucho en contarle todo acerca de mi discusión con JaeBin. Le expliqué mi inquietud, el como me asustaba tener un hijo con ella, y más en mi situación. Sin siquiera poder recordar bien quien soy en realidad. Y sin saber si ese chico Ren estaba o no embarazado de mí. BumZu no paraba de repetir que debía tranquilizarme, que alterarme no me hacía ningún bien. Y aunque me costaba admitirlo, tenía razón.

Continuamos hablando durante un rato, hasta que el teléfono de BumZu comenzó a sonar y este tuvo que salir para poder responder la llamada. Mientras lo esperaba, no pude evitar examinar el lugar con la mirada. Había bastante gente, el lugar parecía estar lleno. Pero aún con todas aquellas personas a mi alrededor, pude distinguir a un grupo de amigos a lo lejos. Eran los mismos de la otra vez. Y con ellos estaba él, Ren, quien parecía estar divirtiéndose. Aunque también parecía estar bastante tomado, al igual que el resto de sus amigos.

Sin querer, comencé a observarle, no podía quitarle la mirada de encima. Toda mi atención se centraba en él. Pero luego de unos minutos, este pareció percatarse, por lo que comenzó a ponerse bastante incómodo. Sus mejillas estaban un poco rojas, quizás por el alcohol. Luego de un rato, pensé en salir y buscar a BumZu, pero este finalmente regreso.

—¿Está todo bien?—pregunté, notando una expresión de inquietud en su rostro, algo parecía preocuparle.

—Sí, yo... Lo siento mucho, pero debo regresar.—explicó con algo de prisa, justo mientras se ponía su abrigo.—Mi novia, Raina, me acaba de llamar y me dijo que no sé siente muy bien.

—¿Ella está enferma?—volví a preguntar, solo que ahora preocupado. En verdad esperaba que no fuera nada grave.

—No, todo lo contrario, ella está muy bien.—respondió con una sonrisa, al mismo tiempo que colocaba su mano sobre mí hombro.—Aunque no lo creas, esta tarde nos confirmaron que ella está embarazada. Y ya sabes, aún está algo alterada y conmocionada por la noticia.

—¿Enserio? ¡Muchas felicidades!—mencioné, para luego abrazarlo y darle unas palmadas en la espalda. Por su reacción se ve que la idea de ser padre le hace muy feliz. Muy al contrario de mí.

—En verdad pensaba quedarme a beber y así celebrar la noticia contigo, pero Raina me suplicó que regresara a casa con ella.—explicó una vez rompimos el abrazo.—No sabes cuanto lo siento, la idea de dejarte aquí solo me hace sentir fatal.

—Tranquilo, ve con ella, te necesita.—indiqué con una amplia y sincera sonrisa. En verdad me alegraba por él.—Yo estaré bien, no te preocupes. Ya nos veremos mañana en la oficina.

—Bien, hasta mañana.—dijo para luego estrechar mi mano. Y sin más, se fue, desapareciendo entre la multitud.

Pronto, al quedarme solo, no pude evitar volver a buscar a Ren con la mirada. Una parte de mí me decía que lo olvidara, que simplemente lo ignorara y volviera a casa con JaeBin; mi esposa. Esa dulce chica que debía estar esperando por mí. Pero por otra parte, no lograba controlar mis impulsos, algo me decía que debía buscarle, que solo él tendría las respuestas a todas mis preguntas. Y tras terminar mi trago, decidí ir al baño y regresar a casa.

Pero justo al entrar, pude observarlo enjuagando su boca, parecía como si hubiese vomitado. Cuando él notó mi presencia, a través del espejo, su rostro se puso pálido al instante. Era casi como si hubiera visto un fantasma. Y no era para menos, yo también me sorprendí al verlo. Pero ahora que lo tenía frente a mí, me era imposible dejarlo ir sin antes poder hablar con él, sin antes saber su versión de la historia. Sin saber si todo lo que mi madre y JaeBin me han dicho hasta ahora era verdad, o si por el contrario, era todo una mentira.