''Capítulo 40''

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Por JR:

Me encontraba bebiendo, justamente en el mismo bar de hace unos meses, nuevamente a la espera de BumZu. Ambos habíamos acordado ir a beber un poco después del trabajo, pero no sin antes ir a casa y cenar con nuestras respectivas parejas. Dentro de poco los dos nos convertiremos en padres, por lo que estábamos algo nerviosos y emocionados a la vez.

Aunque a diferencia de BumZu, yo no había planeado esta situación, no había deseado a mi hijo con todas mis fuerzas como lo hizo él. Ya que entre mis planes, no estaba el ser padre tan pronto, mucho menos sin antes haber recuperado la memoria o si quiera haberme enamorado sinceramente de JaeBin. Pero ahora todo estaba de cabeza, ya que iba a tener un hijo con ella, mientras que al mismo tiempo me moría de ganas por estar con Ren.

Otro trago, por favor.—indiqué al joven y amable bar tender que se encontraba frente a mí, al otro lado de la barra.

Que sean dos, y de paso dobles.—mencionó BumZu, apareciendo de pronto al mismo que colocaba su mano sobre mi hombro.—¿No me digas que fuiste capaz de empezar sin mí?

Confiezo que solo fueron un par, nada más.—mencioné de vuelta tras darnos la mano y ver como tomaba asiento a mi lado en la barra.—¿Todo bien en casa? ¿Cómo está tu novia y tú bebé?

La verdad, bastante bien, ya falta poco para que nazca nuestra hija.—comentó, con una sonrisa y un brillo en sus ojos llenos de ilusión. Haciéndome sentir culpable, por no tener esa misma ilusión hacía mi hijo.—¿Y tú, qué tal las cosas en casa?

Ya te podrás imaginar.—respondí, solo para después tomar de mi trago.—Mi madre evita todo tipo de confrontación usando su enfermedad del corazón como excusa. JaeBin no deja de quejarse sobre mi falta de cariño y atención hacía ella y nuestro hijo. Y yo...yo no puedo, no soy capaz de sacar a Ren de mis pensamientos e incluso de mis escasos recuerdos.

¿Qué irónico, no crees? Incluso después de perder la memoria, otra vez terminaste enamorándote de él.—dijo para también tomar de su trago.—Es como si la vida se empeñara en juntarlos, como si estuvieran destinados el uno para el otro. Y no tengo la menor duda de ello, me consta el gran y sincero amor que existe entre ustedes dos.

No te puedes imaginar cuanto detesto toda esta situación.—mencioné mientras golpeaba la barra con mi puño, dejando salir en aquel golpe todo mi dolor y frustración. Además de llamar la atención de las personas que estaban a nuestro alrededor.—Si tan solo supiera como sucedieron las cosas, llegar al fondo de todo esto y solo así, quizás poder recuperar mi vida de antes.

Sé que no es fácil pero créeme, tienes que ser fuerte y tener mucha paciencia, ya verás que pronto todo se va a solucionar.—comentó con seguridad, tanta que por un momento lo creí, dejando escapar una ligera sonrisa.—Escucha, tú mismo me dijiste que estás llevando un tratamiento y que poco a poco este a mostrado buenos resultados. Por ejemplo, recordaste muchas cosas de tu infancia, incluso momentos junto a tu padre. Por lo que estoy seguro de que muy pronto vas a recuperar tu memoria por completo.

Tienes razón, tengo que ser optimista. No puedo darme por vencido, no todavía.—dije para luego brindar con nuestros tragos.—No voy a descansar hasta recuperar mi felicidad al lado de Ren.

¡Así se habla, esa es la actitud!—exclamó con una enorme sonrisa.— ¡Por favor, otra ronda!

Sabes, fue justo aquí, en este lugar, donde me encontré con Ren hace unos meses.—mencioné con nostalgia, recordando todo lo que pasó aquella noche. Era evidente que el alcohol estaba comenzando a hacer efecto.—Esa noche lo vi, y aunque en un inicio buscaba respuestas a todas mis preguntas, al final terminé atrapado por sus encantos. Te juro que aún puedo recordar la suavidad de su piel, sus labios y de su voz diciendo mi nombre.

''En mis recuerdos''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora