''Capítulo 3''

208 31 14
                                    

Por Ren:

Después de negar con la cabeza y darle un corto beso en los labios a mi prometido, bajé del auto, caminando hasta la casa de mi hermano. Suspiré profundo antes de tocar el timbre, siendo recibido por Nana unos segundos más tarde, escuchando como el auto se alejaba de a poco.

Ren.—saludó mi cuñada para luego dejarme pasar.—¿Cómo estás? ¿Estás emocionado? Yo sí, ya quiero ir a ver los trajes.

Nana, tranquilízate, pareciera que fueses tú la que se va a casar y no yo.—bromeé divertido, haciendo reír a Nana. Poco después, pude distinguir a MinHyun y Jasón, ambos sentados en el sofá.—Hola chicos.

Hola Ren.—saludaron los chicos al unísono.

¿Cómo dormiste?—preguntó MinHyun curioso, mirándome detenidamente.

Perfectamente.—contesté con una pequeña sonrisa ladina, recordando lo bien que me la había pasado la noche anterior en los brazos de JR.

Por esa sonrisa, me atrevería a decir que a alguien se le adelanto su luna de miel.—bromeó esta vez Jasón, haciéndonos reír a todos.

Luego de hablar y bromaear un poco más, decidimos ir a desayunar a una cafetería. Luego del desayuno, nos dirigimos a una tienda, en la cual, veríamos todo tipo de trajes para la boda. Pero cuando estábamos de camino, lo recordé, recordé que tenía que comprar las pastillas y el lubricante que JR me había encargado.

Min...—llamé en voz baja, evitando que Nana y Jasón me escucharan.—¿Podrías acompañarme?

Claro. Pero, ¿a donde? —preguntó de vuelta, un tanto confuso.

A la farmacia.—respondí nervioso. No me gustaba hablar de ello, menos a mitad de la vía publica, rodeados de decenas de personas.—Tengo que ir a comprar unas cosas.

Entiendo, deja le aviso a los chicos.—indicó Min, caminando hasta donde Nana y Jasón, los cuales iban un poco más adelante, hablando seguramente de cosas para la boda. Me alegro tanto de tener amigos como ellos, no me imagino mi vida sin esos locos amigos míos.—Listo, ya podemos irnos. Ellos irán viendo algunos trajes en lo que regresamos.

Genial.—dije más tranquilo, despidiéndome de los chicos. Después, nos dimos la vuelta y nos dirigimos a la farmacia de siempre.

Ahora dime, ¿qué iremos a comprar?—preguntó Min ahora curioso, incomodándome al momento.—¿Acaso, vas a comprar una prueba de embarazo?

N-no seas tonto, MinHyun, claro que no.—respondí un poco nervioso, temiendo ante la sola idea de estarlo.—Tú mejor que nadie, sabes muy bien que JR y yo somos muy precavidos. Es solo que, se me acabaron las pastillas y debo ir a comprarlas, además de un lubricante.

Oh, ya veo, con que de eso se trata.—mencionó más tranquilo, aunque no tardó mucho en desvanecer aquella repentina tranquilidad.—Oye, Ren. ¿Y si compras una? Ya sabes, solo por seguridad.

No lo sé, yo si me he estado cuidando, dudo que pueda estar...ya sabes.—comenté incomodó, sintiendo la mirada de las personas sobre mí. Sobre todo la de unos tipos, los cuales trataban de verse varoniles y presumir con sus motocicletas. Absolutamente patéticos.

De pronto, uno de ellos comenzó a acercarse hacía nosotros, haciendo que MinHyun tomara mi mano. No entendía muy bien porque lo hacía, aunque la mirada pervertida de ese tipo lo decía todo.

Oye, muñeca. ¿Porqué no dejas a ese flacuchento y vienes conmigo?—dijo el tipo, con un intento de voz seductora. Odiaba a esos tipos, mejor dicho, a los de su especie; son como animales en celo. Bueno, no es como si JR y yo fuéramos unos santos pero, a diferencia de él, nosotros nos amabamos y es justamente por eso que nos vamos a casar.—Te prometo que daremos una vuelta, una que jamás olvidaras.

Imbécil...—comentó MinHyun ya molesto, sobre todo al escuchar como le llamaban flacuchento. Y casi de la nada, el tipo tomó a Min del hombro, volteándolo y sujetándolo de la camisa.

¿Qué fue lo que dijiste, flacuchento?—preguntó el tipo en un tono ahora amenazante.

Ya suéltalo, idiota.—hablé cabreado, viendo como aquel tipo quería pegarle a mi mejor amigo.

Vamos, flacuchento, repite lo que dijiste.—volvió a amenazar. En verdad me sorprendía como Min continuaba tan tranquilo ante la situación.

Que eres un completo imbécil, ¿qué acaso no te has dado cuenta?—mencionó con una pequeña sonrisa de lado, haciendo que el tipo levantase su puño y estuviese dispuesto a golpearlo. Pero, pronto se detuvo ante las palabras de MinHyun, quedando completamente inmóvil.—Esa ''muñeca'', como tú le llamas, es mi mejor amigo. Así que cómprate unos lentes y hazle un favor al mundo, ¿quieres?

Sin más, Min se soltó, tomando de nuevo mi mano y alejándonos de aquel tipo y sus amigos, los cuales podía escuchar perfectamente reírse de él. No pude hacer más que sonreír y abrazar a mi amigo, al mejor amigo de todo el mundo.

Muchas gracias por defenderme.—dije mientras hacía un lindo aegyo para él.

No tienes nada que agradecer, sabes que eres como un hermano para mí, Ren.—mencionó con otra sonrisa, solo que más amable, una como las que siempre suele mostrar más a menudo.—Además, ya hacía falta que alguien le pusiera un alto a ese imbécil.

Luego de reírnos un poco más de ese tipo, llegamos a la farmacia, comprando las pastillas y el lubricante. También terminé comprando la dichosa prueba de embarazo, después de lo que dijo Min, lo mejor era ser aún más precavido y estar seguro. Una vez que terminamos de comprar las cosas nos dirigimos a la tienda, encontrándonos con Nana y Jasón.

Hasta que por fin regresan.—comentó Jasón, a lo que simplemente pasamos de él, observando los hermosos trajes que ya habían seleccionado.

¿Qué te parecen, Ren? ¿Acaso no están divinos?—preguntó Nana con una enorme sonrisa, a la que claramente correspondí.—Bueno, antes debemos ver como te quedan, ¿no?

Luego de decir aquello, no tardó ni dos segundos en empujarme al probador, haciéndome probar todo tipo de trajes. En realidad, todos estaban muy hermosos, pero hubo uno del cual me enamoré al instante. Simplemente era perfecto, no tenía nada de brillo, pero su simpleza lo hacía aún más hermoso.

Era un traje blanco, con botones y lazo negro, además del pantalón. Ya me veía usándolo el día de mi boda. Y el solo imaginarla me hacía sonreír como tonto. Estaba tan emocionado, que me era imposible ocultar mi felicidad.

Oh Ren, te ves tan hermoso, creo que voy a llorar.—mencionó Nana conmovida, incluso parecía intentar contener el llanto.

Nana tiene razón. Es más, te ves como todo un modelo profesional, esos que salen en las revistas.—comentó Jasón, también intentando ocultar sus ojos ya cristalizados.

Chicos...ya no sigan, me van a hacer llorar a mí también.—sollocé levemente, tratando de que mis lágrimas no cayeran en el traje y lo ensuciaran por accidente.

De pronto, observé a MinHyun, el cual parecía llorar en silencio; con una mirada cargada de orgullo. Casi como si fuera mi propia madre.

Min... ¿Qué opinas, cómo me veo?—pregunté un tanto nervioso.—Tú opinión es muy importante para mí.

Pues...no sé que decir, realmente te ves increíble.—comentó con una enorme sonrisa.—Estoy seguro de que si JR te viese en este momento...no dudaría en casarse contigo ahora mismo.

¿T-tú crees?—pregunté aún más nervioso, tratando de imaginar cual sería la reacción de JR al verme así. De seguro sonreiría como de costumbre, con su enorme, blanca y perfecta sonrisa.

Por supuesto.—respondió de vuelta, sin dejar de sonreír.

Y no pude evitar corresponder su sonrisa, dejando salir mis lágrimas a montón, imaginando una vez más el día de mi boda. Sin duda alguna, sería el día más feliz de mi vida. Aunque obviamente, sería después del día en que tengamos a nuestro primer hijo o hija. Y en momentos como aquel, es donde me doy cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con JR. Por que lo amo y estoy seguro de que él es el amor de mi vida.

''En mis recuerdos''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora