''Capítulo 27''

55 11 5
                                    

Por Ren:

No sabía muy bien cuanto tiempo había estado dormido. Pero por lo cansado que me sentía, podía suponer que había sido bastante. Tras mirar a mi alrededor, me pude dar cuenta que estaba en casa de Min y Aron. Y poco a poco fui recordando todo, incluso el horrible momento en que pensé en quitarme la vida. Y fue entonces, cuando ese dolor en mi pecho comenzó a intensificarse otra vez, porque mi corazón estaba destrozado, hecho mil pedazos por culpa de JongHyun.

Con algo de esfuerzo, logré contener mis lágrimas y levantarme de la cama, sintiendo las piernas un poco débiles. Y con justa razón, no había comido mucho últimamente, por lo que mi cuerpo no contaba con suficiente energía. Al llegar a la puerta, tuve un fuerte mareo, uno que me hizo tropezar y caer al suelo. Gracias al cielo, MinHyun apareció un par de minutos después.

¡Minki!—llamó alterado y preocupado, ayudándome a levantarme y llevándome hasta la sala de estar.—No te vayas a mover de aquí, te traeré algo de agua y fruta.

Y sin poder protestar, MinHyun fue corriendo a la cocina. Trayendo con él, minutos más tarde, una buena bandeja de desayuno. En verdad no tenía como agradecerle el que me cuidara y me consintiera tanto.

Gracias, Min.—mencioné para luego meterme un trozo de fresa a la boca, con ayuda de un tenedor.—A decir verdad, no tengo mucha hambre.

Nada de eso, jovencito. Tú te vas a comer toda esa fruta.—indicó como toda una madre responsable y estricta.—Y no pienso moverme de aquí hasta ver que te hayas comido todo.

Esta bien, Omma.—respondí con una leve sonrisa, solo para esta vez comerme un trozo de sandía.—Por cierto, Min... Con respecto a lo que pasó ayer...

Ya lo sé, sé muy bien como te sientes.—comentó no muy feliz, sino todo lo contrario, podía ver la preocupación reflejada en sus ojos.—Yo también me volvería loco si llegara a perder a Aron. Pero de eso, a querer acabar con mi vida, es algo muy distinto.

Lo siento.—mencioné avergonzado. En aquel momento no llegué a pensar en nada ni en nadie. Mucho menos en mi amigos y familiares. Solo podía centrarme en mi dolor, en el dolor que albergaba mi corazón.

No tengo nada que disculparte, Ren, todo esto no es tu culpa.—dijo mientras se ponía de pie y luego se sentaba a mi lado, tomando mi mano con suavidad.—Sino de la vida misma. O quizás de ese par de arpias con las que esta JongHyun en este momentos.

¿Tú también crees que ellas sean las responsables de lo que le pasó a JR?—pregunté ahora angustiado.

Aron piensa que tal vez pudieron tener algo que ver con el accidente.—comentó no muy seguro.—Y que gracias a este, pudieron aprovecharse y engañar a JongHyun; haciéndole creer que estaba comprometido con esa chica.

¿Y si es así? ¿Cómo podría recuperar a mi JR?—pregunté de nuevo. Llenando, otra vez, mi corazón con falsas esperanzas.

Por lo pronto, nosotros no podemos hacer nada, solo esperar a que JongHyun recuerde todo.—respondió, ahora rodeando mi espalda con su brazo.—Ya que solo él podrá decirnos lo que realmente ocurrió.

¿Y si JR nunca recupera la memoria?—pregunté, con mis ojos cristalizados, pensando lo peor.

No seas tan negativo, MinKi, pensar así no nos ayudará de nada.—regañó molesto, entrecerrando sus finos y pequeños ojos.—Lo mejor ahora es centrarnos en ti. No podemos permitir que vuelva a pasar algo como lo de ayer.

Min...—intenté protestar, pero fue inútil.

Escucha, sé que no quieres, pero lo mejor es buscar ayuda profesional.—indicó, acariciando mi cabeza.—Necesitas ir con un psicólogo, solo él podrá ayudarte a salir de esta fuerte depresión. Además, no puedes quedarte toda la vida lamentándote el haber perdido el amor de JongHyun.

Esta bien.—contesté con una mueca, no me hacía muy feliz la idea, pero MinHyun tenía razón. No podía seguir así, llorando por JR hasta el último de mis días. Debía pensar un poco más en mí y en mi futuro.

¿Sabes? Extraño a mi mejor amigo, a ese MinKi lleno de vida y energía.—mencionó con algo de nostalgia.—A ese loco conejo que no se dejaba ganar por nada ni por nadie. Que estaba lleno de orgullo y dignidad. Ese que amaba salir a todas partes y, de vez en cuando, ir de compras.

No sé si ese MinKi siga existiendo.—comenté de vuelta. Me era imposible creer que esa personalidad aún estuviera dentro de mí. Y es que sin JR, me sentía incompleto, como si se hubiera llevado con él una parte de mi alma.—Pero te prometo que lo voy a intentar. Trataré de buscar empleo e iré a todas las terapias que sean necesarias.

Eso es justo lo que quería escuchar.—dijo MinHyun con una amplia sonrisa. Su expresión había cambiado drásticamente, pasó de ser una gris y opaca, a una muy brillante y llena de alegría.—¿Y sabés por qué? Porque mañana mismo te llevaré con el mejor psicólogo de la ciudad. Él te va a ayudar a sanar todas esas heridas y podrás intentar rehacer tu vida.

En verdad quisiera que fuera así, pero no todo es tan fácil.—mencioné con dificultad, sintiendo como mi corazón y mi mente se aferraban al recuerdo de mi dinosaurio.—Yo amo a JR y dudo que algún día pueda dejarlo de amar.

Eso lo sé, Ren. Pero la vida da muchas vueltas.—indicó sin dejar de acariciar mi espalda. Estaba seguro de que lo único que MinHyun quería, era ayudarme y apoyarme ahora que más lo necesitaba.—Y quizás, en un futuro no muy lejano, puedas conocer a alguien más. Alguien especial, capaz de hacerte olvidar todo este trago amargo.

Lo dudo mucho, Min.—respondí algo desconfiado. Dudaba mucho el poder encontrar a alguien capaz de sacar a JR de mi corazón. Porque aún si conociera a cien hombres diferentes, ninguno de ellos me haría sentir lo mismo.

Porque con JongHyun las emociones eran realmente únicas. Solo él es capaz de hacer que mi corazón lata con fuerza, bastando con una sola de sus sonrisas. Solo él hace que mi piel se ponga sensible con una sola de sus caricias. Que con un beso, me haga sentir que puedo tocar las nubes y las estrellas. Simplemente me negaba a creer que alguien más pudiera hacerme sentir todo aquello.

Aún así, no pensaba desobedecer a MinHyun, él ya esta haciendo mucho por mí. Lo justo es que yo también ponga de mi parte. Por esa razón, debo ir con ese psicólogo. No solo por los chicos, incluyendo a mi hermano, sino que también debía hacerlo por mí. Después de todo, debía pensar en mi bienestar.

Además, si JR regresará algún día, y toda esta pesadilla acabara, lo mejor es que me encuentre estable. Y no hecho pedazos, como esas dos mujeres pretendían. Porque estaba seguro de que ellas dos debían estar muy felices y contentas, se habían salido con la suya. Se habían quedado con JR. Pero tarde o temprano, él va a recordar, y entonces ellas recibirían su castigo. O eso es lo que más anhelo con todo mi ser.

''En mis recuerdos''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora