''Capítulo 14''

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Por JR:

Me encontraba en mi nuevo trabajo, o por lo menos así lo siento, ya que por lo visto continuo sin poder recordar. Mis compañeros de trabajo parecen estar al tanto de mi pequeño accidente al igual que mi situación mental, por lo que no dudan en ayudarme cada que lo necesite. De lo único que me quejo, hasta ahora, es de la reacción de mis compañeros al enterarse de mi ''repentina'' boda.

¿De verdad no recuerdas nada de nada, ni siquiera a Ren?—preguntó de nuevo mi asistente, BumZu, sino mal recuerdo su nombre. Él llevaba preguntándome aquello una y otra vez, desde hacía un par de horas, aún si mi respuesta seguía siendo la misma.

Ya te dije que no. Así que deja de insistir y mencionar a ese chico, ¿quieres?—respondí, molesto y de muy mal genio. 

Lo siento, es que yo...aún no puedo creer que te gusten las chicas. Y lo que es aún peor, el hecho de que te hayas casado con una.—mencionó un tanto nervioso, pero no fue eso lo que me inquieto de él, sino más bien sus palabras.

—¿Qué estás insinuando?—pregunté, ahora confundido y desconcertado.

—Bueno, no te lo vayas a tomar a mal pero...que yo recuerde, a ti nunca te han gustado las chicas, JongHyun.—respondió, esta vez en un tono serio, lo que me hizo notar que de alguna forma, tal vez, estuviese siendo sincero conmigo.—Es más, incluso antes de salir con ese chico, como tú le llamas, ya te habías declarado abiertamente homosexual. 

—¿Te volviste loco, de dónde sacas semejante estupidez?—alegué más que molesto. No lograba entender como era capaz de inventar una mentira tan desagradable. 

Puede que me haya caído de unas escaleras e incluso que me haya golpeado la cabeza, obteniendo como resultado una amnesia temporalmente parcial. Pero realmente dudo que antes del golpe, yo fuera capaz de perder tanto la cabeza como para volverme gay, peor aún, ser capaz de llegar a salir con un chico.

Es cierto, debo admitir que ese chico, Ren, del que todos suelen hablar a mis espaldas, es un chico realmente lindo. Pero de ahí a que haya salido con él, es una idea sencillamente descabellada, algo que me niego rotundamente a creer. 

—Vamos, no te pongas así, solo te estoy diciendo la verdad.—comentó al mismo tiempo que sacaba su teléfono, solo para segundos después mostrarme unas imágenes, unas donde aparecía, en compañía de ese chico rubio.—¿Ves estas fotos? Estas son de la noche en la que tú y Ren, anunciaron su compromiso. Ambos estaban más que emocionados a la hora de dar la noticia, aunque era de esperarse. El amor que hay entre ustedes es tan grande que hasta envidia suelen dar. 

—Ya basta, es suficiente, no quiero seguir escuchando más.—hablé ahora incómodo, pensando que todo aquello no era más que una mentira suya, aún si las fotos demostraban todo lo contrario. 

—Esta bien, yo...te dejo trabajar, cualquier cosa no dudes en llamarme. —indicó mientras se levantaba de la silla y rápidamente se dirigía hacía la puerta.—Por último, antes de irme, voy a darte un consejo, JongHyun. Deberías visitar a un psicólogo o algún especialista, alguien que te pueda ayudar a recordar y retomar tu vida de antes, no solo por tu bien; sino también por el de todas las personas que te rodean. Puede que ahora no lo recuerdes, pero algo de lo que estabas orgulloso todo el tiempo y que de verdad amabas, era el estilo de vida que tenías.  

Sin más, BumZu salió de mi oficina, dejándome completamente anonadado, sin siquiera saber que decir o hacer. Quizás él tenga razón, quizá debo tratar de recordar como era mi vida antes pero, por alguna razón, la sola idea de recordar que puedo ser homosexual me aterra y a decir verdad no sé porque.

Lentamente me incliné hacía atrás en mi silla, soltando un fuerte y largo suspiro al mismo tiempo que cerraba mis ojos, dejando que mi mente vagara por si misma. Y fue cuestión de segundos, para que una imagen clara y bien definida, se me viniese a la mente.

Eran unos ojos, unos bellos y radiantes ojos, unos que no solo se me hacían tiernos y llenos de pureza; sino que también me llenaban de completa tranquilidad. Me costo un par de minutos poder reconocerlos, pero al final lo hice, eran los ojos de ese chico rubio, el mismo que había llegado gritando como loco a mi casa el día de mi boda. 

No pude evitar sacudir mi cabeza en cuanto la voz de ese chico, Ren, también comenzaba a filtrarse en mis pensamientos. Aquello no estaba nada bien, yo no debía pensar en ese chico, al contrario, en quien debería estar pensando es en mi bella y sensual esposa. Eso es, es en JaeBin en quien debo pensar, yo...no puedo darme el lujo de acabar mi matrimonio por culpa de falsos rumores, por que eso eran. Solo falsos rumores.

Pero, si realmente lo son...¿Porqué no puedo sacar a ese chico de mi cabeza, porqué no puedo dejar de repetir en mi mente su nombre una y otra vez? Ren...Ren...Ren...es como un maldito eco en mi cabeza. Acompañado del recuerdo del otro día, el día en que ese chico había salido corriendo del restaurante con los ojos totalmente cristalizados y al borde del llanto.

Sin darme cuenta, el tiempo pasó y ya era hora de que regresara a casa, pero yo no quería hacerlo. Yo no podía regresar, no sería capaz de estar tranquilo, al lado de mi esposa, mientras en mi mente solo podía pensar en ese chico Ren. Un poco dudoso, decidí comenzar a buscar en mi ordenador a los mejores psicólogos y especialistas de la ciudad; tal y como me lo aconsejo BumZu. Debo averiguar porque todos se empeñan en que recuerde a ese chico, debo saber que tan importante fue o sigue siendo en mi vida. 

Pero hay algo, una pregunta que no puedo evitar cuestionarme en todo esto...¿En verdad lo mejor es que yo recuerde? Quiero decir...¿Y si la vida me puso ese pequeño tropiezo para que yo me cayera y así olvidara quien soy, para que así pueda comenzar una nueva y diferente vida lejos de lo que yo era antes? Sinceramente, no lo sé...
Debo solucionar esta situación pronto, o de lo contrario, terminará por volverme loco.

''En mis recuerdos''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora